La pandemia puso a las trabajadoras del hogar más lejos de la igualdad de género

Perdieron su empleo de forma permanente o temporal, arriesgaron a sus hijos y enfermaron. La precariedad empeoró para ellas.

Foto: Unsplash
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CIUDAD DE MEXICO. Tras un año de pandemia en México, un total de 252 mil 752 trabajadoras del hogar que perdieron su empleo no han podido recuperarlo, de las cuales, 4 mil 874 eran formales y 247 mil 878 informales, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y quienes han podido volver a sus empleos lo han hecho en condiciones más precarias y bajo riesgo sanitario.

Marcelina Bautista, fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación de Empleadas del Hogar (CACEH) contó a Dalia News+Media, la plataforma de información de Dalia Empower, que entre los múltiples casos que asistieron en el último año, observaron que a varias colegas las enviaron a descansar sin goce de sueldo debido a la pandemia.

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Varias más tuvieron que retirarse de sus lugares de trabajo con la promesa de sus patrones de que les llamarían de nuevo, pero eso no ha ocurrido a la fecha y tampoco han tenido respuesta cuando intentan comunicarse con ellos.

“Muchas ahora por la pandemia han sido despedidas, y han preguntado en nuestras redes sociales: ¿A qué tengo derecho? Porque mi empleadora me descansó desde marzo pasado y todavía no me habla. Me estuvo dando un poquito de lo que era mi salario y luego me dio la mitad. Pasados tres meses dejó de hacerlo”, comentó la activista.

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Una precariedad que se agravó

Durante el primer trimestre de 2020 había en México 2 millones 192 mil 375 trabajadoras del hogar. Pero hacia el cuarto trimestre del mismo año quedaron activas solamente un millón 939 mil 623 trabajadoras activas, de acuerdo con el dato más reciente de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.

La fundadora de CAEH mencionó que entre las trabajadoras del hogar que mantuvieron sus empleos identificaron casos de contagio de COVID-19 tras haber adoptado la modalidad de tiempo completo o de planta, y sin visitar a sus familias. Esto, con el objetivo de evitar la propagación del virus en caso de adquirirlo.

“No hubo mucho cuidado de los empleadores. De acuerdo con las compañeras, si alguien de la familia donde trabajaba presentaba síntomas, decía que no era COVID-19. Subestimaron el virus y contagiaron a la trabajadora”, señaló Bautista.

De acuerdo con el Informe Sobre Situación de los Derechos de las Personas Trabajadoras del Hogar en la Ciudad de México, publicado el 29 de marzo por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred), tan solo en la capital mexicana 2.6% de las trabajadoras que se contagiaron por COVID-19, contrajeron el virus en su lugar de labores, y 2.1% fuera del sitio.

Para llevar a cabo el reporte, se encuestaron 428 personas trabajadoras del hogar.

Del conjunto total de trabajadoras que se han contagiado de COVID-19, ya sea en su trabajo o fuera de él, es decir, el 4.7% que equivale a 20 personas, dos estaban inscritas al seguro social IMSS y en un caso más el empleador cubría el acceso a servicios de salud o atención médica.

Datos de la Federación Internacional para Trabajadoras del Hogar (FITH) -que muestra el panorama de América Latina y el Caribe durante la crisis de COVID-19- revelan que 49% de las mujeres trabajadoras del hogar fueron despedidas o suspendidas; 23.1% continuaba laborando y exponiéndose a contraer virus; 14.2% laboraban con reducciones en sus jornadas y salarios, y solo 13.8% estaba en cuarentena remunerada.

Marcelina Bautista recordó que a lo largo de la pandemia han llevado a cabo la campaña #CuidaAQuienteCuida para sensibilizar acerca de la vulnerabilidad de las empleadas de este sector y las medidas sanitarias pertinentes.

La formalización aumentó en 2020, pero fue insuficiente

En 2019 se aprobó la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, que obliga a los patrones a afiliar y formalizar a las empleadas del hogar. En noviembre del año pasado se cumplió el plazo de 18 meses para implementar el programa piloto.

No obstante, no ha tenido el impacto esperado en la pandemia, de acuerdo con Saul Arellano, investigador de la organización civil México Social.

En entrevista para Dalia News+ Media explicó que las instituciones responsables como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), debieron poner orden a este tipo de actividad laboral en medio de la crisis sanitaria.

“No hubo un modelo desarrollado por parte de la Secretaría del Trabajo para apoyar los derechos de esas personas en el contexto del COVID-19 […] no ha habido una difusión y orientación adecuada por parte de la Secretaría del Trabajo ni por parte del IMSS”, comentó Arellano.

Marcelina Bautista expresó que a pesar de los esfuerzos faltó mucha información por parte de las instancias correspondientes y hoy la promoción y asistencia en materia de derechos laborales de las trabajadoras del hogar dejó de ser prioridad.

Lo cierto es que en febrero de 2021 había 27,295 afiliadas al IMSS, lo que representa un crecimiento significativo en contraste con las 21,592 trabajadoras afiliadas en marzo de 2020. Sin embargo, el dato más reciente de este año apenas representa 1.2% del universo tota de trabajadoras del hogar que reporta el Inegi.

Llevar a sus hijos al trabajo o renunciar

Muchas trabajadoras han vivido, además, un doble riesgo, al no poder dejar a sus hijos solos en casa y sin otra opción que llevarlos con ellas a sus lugares de labor, apuntó la fundadora de CACEH. Esto, pese a que en una serie de casos se les amagó con un una reducción de salario si llevaban a sus hijos.

Otras decidieron renunciar, de acuerdo con la activista, pues se negaron a exponer a sus niñas y niños. Aunque hay otros casos en los que los infantes sí se quedan solos en su hogar.

Saúl Arellano, de México Social, comentó que la ausencia de un sistema de cuidados y estancias infantiles ha impactado a las trabajadoras del hogar, incluso antes de la pandemia.

Y se refirió a un escenario muy común en el que los niños terminan ayudando a sus madres en el trabajo, lo cual no solo es grave porque se paga un mismo salario por dos manos de obra, sino por que se da pie a la explotación infantil.

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Por debajo de la línea de pobreza

De acuerdo con Arellano, 2.5 millones de personas que trabaja en este sector tienen ingresos que no les permiten salir de la línea de pobreza.

“Estamos hablando de ingresos promedio que no superan los 2,500 pesos al mes. Y toma en cuenta que, de ahí, deben gastar en transporte”, expresó.

En la medida que se siga reproduciendo el estereotipo de que esta labor es indigna, que se discrimine a las personas que la realizan, que se considera que es propia de quienes no estudiaron y que no justifica un salario digno, de igual manera continuará reproduciéndose la desigualdad y la pobreza; incluso de violencia.

Marcelina Bautista aseguró que todavía las trabajadoras del hogar se ven explotadas con salarios menores de lo que vale su jornada.

“Se quieren desquitar los empleadores con 200 pesos o 400 y que las trabajadoras del hogar hagan todo”, dijo.

Por ello, crearon un tabulador de precios para que las trabajadoras del hogar puedan identificar los trabajos propios y los extras que van a realizar, así como las tarifas.

Este esfuerzo hecho desde la organización civil que encabeza, se hizo con el objetivo de que las trabajadoras del hogar sepan cuáles son sus tareas específicas y puedan llegar a acuerdos justos con sus empleadores.

“El problema en México y en varios países de Latinoamérica es que no hay la costumbre de pagar por el trabajo acordado. Le dices: Ve a pasear el perro, cuando solo la contrataste por limpieza y lavado de ropa o cocina. Siempre hay trabajo extra. El trabajo del hogar es interminable”, señaló.

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La formalización es una obligación

Saúl Arellano afirmó tajante que no hay excusa para no formalizar a las trabajadoras del hogar, ya que la ley permite, por ejemplo, que ellas puedan sumar las horas de cotización de diferentes patrones.

Bautista comentó que a muchas trabajadoras les cuesta convencer a cada uno de sus empleadores de que las aseguren por un día o dos. Pero no tienen que esperar a que todos lo hagan. Con uno solo que acepte puede acceder a la seguridad social.

Ambos explicaron que la página del IMSS explica paso por paso cómo formalizar a la trabajadora del hogar.

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Día Internacional de la Trabajadora del Hogar

En 1988 se estableció el 30 de marzo como Día Internacional de la Trabajadora del Hogar. Ese mismo día representantes de 11 países se reunieron en Colombia y fundaron la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar.

La fecha se instituyó para visibilizar la lucha de las mujeres que laboran en este sector por sus derechos, a través de la incidencia en las instancias gubernamentales, dijo al respecto Marcelina Bautista.

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