Por qué la menopausia debe importar a las empresas; 4 acciones para retener a su talento y evitar pérdidas
En Reino Unido, 900 mil mujeres salieron del trabajo debido a los síntomas de la menopausia. ¿Qué deben hacer las empresas para retener al talento que vive una etapa natural, pero invisibilizada y convertida en tabú?
CIUDAD DE MÉXICO. Dos tercios de las mexicanas mayores de 40 años viven alguna etapa de la menopausia, la cual es parte de la vida de las mujeres y tiene un impacto importante en las empresas, pues puede reducir su productividad y llevarla a perder talento. Pese a ello, las organizaciones no cuentan con políticas enfocadas a este sector de su plantilla, revela el estudio Vivencia, Percepción e Impacto de la Menopausia en la Sociedad Mexicana, realizado por Sin Reglas, startup mexicana dedicada a la salud de las mujeres de más de 40 años.
“Casi el 100% de las mujeres declaró que no existen políticas de apoyo a la mujer en menopausia en su lugar de trabajo y esto, obviamente, tiene un impacto brutal en ausentismo, laboral, baja productividad real y percibida, pérdida de empleo, pérdida de promociones o de aumentos salariales. Y no tendría por qué ser así, porque al final la menopausia es una transición hormonal natural”, señaló Gabriela Rojas, fundadora de la organización Sin Reglas en entrevista para Dalia Empower, el movimiento que busca cerrar la brecha de género a través de la capacitación.
Las mujeres en la menopausia son, por lo tanto, invisibles en los entornos laborales y esta falta de políticas, incluso por parte del Estado, genera toda una serie de afectaciones negativas no solo para ellas, sino para la sociedad en general.
“Los lugares de trabajo tienen que ser inclusivos, sanos, seguros y libres de discriminación para que puedan atraer y retener el talento, a las mujeres; porque no hacerlo implica que eventualmente las empresas no van a tener talento suficiente ni el talento necesario. Pero también porque sabemos que las empresas que tienen las fuerzas laborales que son más diversas y que tienen mayor enfoque en diversidad e inclusión tienen resultados excepcionales en crecimiento, agilidad, en trabajo colaborativo”, añadió para Dalia, plataforma de educación continua enfocada en life skills (habilidades blandas), equidad de género, inclusión y diversidad.
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La menopausia cuesta a las empresas y a la sociedad
La menopausia es el suceso que marca el fin de los periodos menstruales y se considera que llega cuando una mujer o persona menstruante deja de tenerlo durante 12 meses. Sin embargo, los síntomas inician antes (perimenopausia) y continúan tiempo después (posmenopausia). Pueden durar años y también pueden ir de ligeros a muy fuertes, según el cuerpo de cada persona. ¿Cuáles son esos síntomas? También dependen de cada persona. Es decir, son variados y se han contado hasta más 30 de ellos. Algunos son: insomnio, cambios en los niveles de colesterol, niebla mental, problemas de memorización, fatiga, dolores musculares, de cabeza, aumento de peso, sofocos, periodos menstruales irregulares, cambios del estado de ánimo, pequeñas pérdidas de orina al hacer esfuerzos como estornudar y toser.
A pesar de que se trata de una etapa por la que todas las mujeres pasarán en su vida, no existe suficiente difusión de información entre la sociedad y menos aun programas integrales de atención enfocados en las salud física y psicológica de este sector poblacional, así como en la mitigación de síntomas. Como resultado, muchas mujeres abandonan sus empleos, afirmó Miriam de Paoli, fundadora de No Pausa -organización que busca visibilizar el climaterio y la menopausia- en entrevista para Dalia.
Tan solo en Reino Unido, 900 mil mujeres dejaron sus trabajos debido a los síntomas de la menopausia y tres de cada cinco (que cursaban ya esa etapa) se vieron afectadas negativamente en sus entornos laborales, de acuerdo con una encuesta realizada en 2019 por el Chartered Institute for Personnel and Development (CIPD) a petición del Parlamento de aquel país.
“Esto podría significar que las mujeres están dejando los negocios "en la cima de su experiencia", lo que "afectará la productividad". Es probable que las mujeres en este grupo de edad sean elegibles para puestos de alta dirección, por lo que su salida puede disminuir la diversidad en los niveles ejecutivos. También puede contribuir a la brecha salarial de género y alimentar una disparidad en las pensiones”, indica un documento publicado por el parlamento de Reino Unido y denominado: Menopausia y Lugares de Trabajo.
Otro estudio de 2021, pero llevado a cabo en Estados Unidos, señala que 13% de las participantes tuvo un resultado laboral adverso como consecuencia de los síntomas de la menopausia y aproximadamente 11% faltó al trabajo debido a éstos.
Dicho análisis fue realizado por Mayo Clinic y se entrevistaron a más de 32 mil mujeres. De allí se desprendió que el costo de la menopausia para ese país es de mil 800 millones de dólares en horas de trabajo pérdidas -es decir, horas que las mujeres dejan de trabajar debido a los síntomas- y 26 millones si se suman los gastos médicos.
En el caso de México, indicó Rojas, no existe siquiera una estimación económica similar. La encuesta realizada por su organización reveló que 87% de las mujeres en la menopausia reportó algún síntoma (de 34 posibles) y que 51% de quienes tienen una actividad remunerada refirió que tenía al menos una afectación en su vida laboral como: incomodidad por bochornos, sensación de baja productividad, necesidad de faltar, dificultad para obtener ascensos, entre otras.
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Afectaciones personales son afectaciones laborales
En México hay 11 millones 746 mil 526 mujeres ocupadas que son mayores de 40 años, por lo que presentan o van a presentar algún síntoma de la menopausia (perimenopausia o posmenopausia). Ellas son el 49.66% de las mujeres que están ocupadas y el 20.23% de la población trabajadora total. Esto según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en el cuarto trimestre de 2022.
La mayor parte de las mujeres no habla de los síntomas que tienen porque el tema ha sido estigmatizado; es un tabú, señaló De Paoli. Además, agregó, pese a ser una etapa natural de vida, existen falsas creencias y prejuicios en torno a ella que están generalizados en la sociedad y se asocian al envejecimiento y el fin de la vida útil.
A esto se suma que los síntomas generan también en las mujeres una falta de confianza en sí mismas y entonces puede surgir en ellas con mucha fuerza el conocido 'síndrome de la impostora'. “Toda la problemática se establece en dos puntos muy específicos: falta de información y que la menopausia todavía está vista con las lentes del siglo pasado”, expresó.
Debido a la falta de información y el tabú, únicamente la mitad de las mujeres en alguna etapa de la menopausia han hablado con personal de salud sobre el tema; 40% lo hablaron con sus parejas; 35% con compañeros o compañeras de trabajo y, únicamente, 17% con sus superiores en el trabajo, según el estudio de Sin Reglas.
“La privacidad (45%) fue la consideración número uno para las mujeres que optaron por no divulgar. Un tercio (34%) dijo que la vergüenza les impedía decir por qué tenían que tomarse un tiempo libre y otro 32% dijo que la razón era que un gerente no les apoyaba”, muestra el estudio de la CIPD de Reino Unido.
Lo cierto es que el silencio y la invisibilización no evitan las afectaciones. Los síntomas de la menopausia generan a las empresas:
- Ausentismo laboral
- Baja productividad
- Salida de la fuerza laboral de personal capacitado
- Rotación de personal
- Aumento en costos por reclutamiento
- Cultura empresarial poco diversa (con menor compromiso por parte de las empleadas)
- Poca comunicación entre el personal
- Pérdidas económicas
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¿Qué hacer?
Estos impactos negativos en los entornos laborales, dijo De Paoli, van de la mano de la desinformación y la falta de acciones en las empresas. Estos dos factores son vitales para que las organizaciones eviten y mitiguen las afectaciones, de modo que si una mujer tiene un mal día debido a los síntomas, pueda contar con la confianza y apertura de líderas y colegas para acercarse y buscar junto a esas personas las estrategias que le permitan procurar su bienestar y, al mismo tiempo, mantener o hasta mejorar su rendimiento.
En ese sentido, hay cuatro acciones en las cuales las empresas deben enfocarse:
1 Difundir la información
De Paoli y Rojas coincidieron en que el mayor problema que enfrentan las empresas y las mujeres es la falta de información respecto a la menopausia, sus síntomas y las necesidades que genera. Sin visibilización, información y concientización, es imposible generar un cambio.
Por una parte, las mujeres necesitan estar informadas para que puedan identificar síntomas, acudir al médico y obtener un diagnóstico oportuno y certero. Sin un diagnósitico a tiempo, las personas pueden pasar mucho tiempo con los síntomas y sus impactos adversos, sin tratamiento ni medidas de mitigación. Por otra parte, podrán comenzar a romper con el tabú.
“La bajada de la productividad, se da de la mano de la desinformación. El 60% de las mujeres viven un mal día laboral por síntomas y no informan a su empleador el porqué. Entonces, vos me decís: Pero ¿por qué no lo hacen? Porque más del 60% escuchó algún chiste broma o descalificación en relación a la menopausia”, señaló Miriam De Paoli, fundadora de No Pausa.
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2 Educar a las y los colaboradores
Pero no solo las mujeres necesitan información. Ésta debe alcanzar a toda las personas en la organización para visibilizar el tema, abrir diálogo e, igualmente, erradicar tabús. Y de la mano de la información está promover la educacion en el tema entre cada integrante de la plantilla laboral.
“Una política de inclusión tendría que incluir talleres de sensibilización para todos los empleados para que conozcan lo que es la menopausia, sepan cómo se ve, se escucha, se siente, para que realmente puedan verlo como algo normal y no un objeto de discriminación”, indicó Rojas. Es la vía que las mujeres puedan expresar de manera abierta lo que viven y puedan tomar con confianza, las medidas pertinentes.
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3 Establecer políticas de flexibilidad
Una mujer que ha tenido insomnio durante tres días, difícilmente logrará rendir en su trabajo. Lo ideal es que lo comunique a sus superiores y pueda negociar una entrada un poco más tarde para descansar mejor, señaló De Paoli. Si esa mujer ingresara, por ejemplo, a las 10 de la mañana, podría mejorar su productividad durante el día. Pero no es común que esto suceda por las razones ya mencionadas párrafos más arriba.
“Todo eso empieza como una pelota que va teniendo un impacto en esa productividad. Esa mujer [...] Simplemente decir a su jefe: Mira, vengo de dormir muy mal esos tres días. Me puedo tomar la mañana de mañana y entrar a las 10 de la mañana. Así quizá puedo descansar un poco. Interrumpimos con una frase y un pedido muy específico de dos horas”, mencionó.
Muchas mujeres viven con ritmos de sueño alterados durante esta etapa, explicó, por lo que la flexibilidad podría ayudar a mejorar la condición en la que se encuentran. Lo mismo para otros síntomas.
4 Generar cambios en el ambiente
Los cambios físicos relacionados con el entorno laboral también pueden hacer una diferencia. Por ejemplo, señaló De Paoli, cuando la plantilla utiliza uniforme, es ideal sustituir las camisas de poliéster por algodón o colocar más dispensadores de agua para aquellas mujeres que están viviendo bochornos.
Otra acción es establecer y difundir un mecanismo para que las mujeres hagan solicitudes que propicien entornos más cómodos o para denunciar comentarios negativos y/o discriminatorios sobre esta etapa.
Rojas señaló que cada empresa, de acuerdo con su ambiente y sus necesidades, puede generar cambios específicos, pero tendrá que abrir el diálogo con sus trabajadoras para saber lo que están viviendo. Estas modificaciones beneficiarán no solo a las organizaciones sino al país, aseguró. “Nada más por beneficiar a las mujeres debería ser suficiente, pero si lo quieres ver en un contexto más amplio, pues para beneficiar a la sociedad y a la economía de un país [está] perfecto [poner en marcha esa transformación]”, manifestó.
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