Innovar o morir: por qué México necesita actuar hoy para no quedarse atrás mañana
Seguimos siendo, en muchos sectores, un país más maquilador que generador de innovación
El sector privado tiene que asumir también su papel y comprometerse con la transformación

Recientemente escuché un mensaje del actual secretario de economía en México, Marcelo Ebrard, donde dice que México necesita aumentar su capacidad de innovación. Creo que vale la pena reflexionar sobre este aspecto, para avanzar en la dirección correcta hacia el desarrollo y fortalecimiento de nuestra economía.
México es un país joven, lleno de talento, creatividad y fuerza laboral. Pero seguimos siendo, en muchos sectores, un país más maquilador que generador de innovación. ¿Por qué, si tenemos tanto potencial?
Según datos de Coparmex, a pesar de nuestra capacidad manufacturera y nuestra participación en cadenas globales de valor, invertimos muy poco en Investigación y Desarrollo (I+D): apenas 0.31% del PIB, muy por debajo del promedio de países de la OCDE, que ronda el 2.3%. Por ejemplo, en EEUU se destina el 2.7% y en China el 2.1%, o en Corea del Sur destinan hasta 4.2%.
En el contexto actual, la inversión en I+D no es un lujo aspiracional, es una necesidad estratégica. Nos permite desarrollar nuevas tecnologías, procesos, productos y servicios que aumentan la competitividad y productividad de un país. En un mundo cada vez más moldeado por la Inteligencia Artificial y la automatización, no invertir en innovación es simplemente quedarnos atrás.
Pero este esfuerzo no puede recaer únicamente en el gobierno.** El sector privado tiene que asumir también su papel y comprometerse con la transformación**. Innovar no solo se trata de lanzar nuevos productos o adoptar tecnología: empieza desde adentro, desde la cultura organizacional.
Por eso insisto tanto en la inclusión y la diversidad como pilares fundamentales de una empresa innovadora. La diversidad no es solo un ideal ético en pro de una sociedad más equitativa e incluyente: es una ventaja estratégica. Aporta distintos enfoques, enriquece el proceso creativo, y conecta a las empresas con las nuevas generaciones. La Generación Z, por ejemplo, está dispuesta a renunciar a beneficios económicos si no se siente alineada con los valores de la empresa. La autenticidad importa. La coherencia también.
Apostar por la innovación implica:
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Invertir en tecnología y digitalización, porque la productividad no puede crecer si no se tienen procesos eficientes. Es clave para tanto PYMES, como para empresas y sector público.
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Educar y formar a los estudiantes, alineándose al futuro del trabajo y a los cambios tecnológicos. Es importante promover las carreras STEM entre las nuevas generaciones, que por cierto; solo 38% de las mujeres en México estudian éstas carreras. También necesitamos promover los bachilleratos y carreras técnicas para satisfacer la demanda de habilidades específicas en el mercado laboral. Aquí también quisiera hacer hincapié en que con la llegada de las IA, los alumnos tienen a su disposición cualquier respuesta en tan solo segundos, entonces el rol de los profesores no debe de ser el de competir con ésta, si no cambiar el enfoque a enseñar a los alumnos a pensar de manera crítica, a dudar, verificar información, a tomar decisiones que sean éticas y a aplicar éste conocimiento en la vida real.
Como empresaria, educadora y mujer comprometida con el desarrollo de este país, estoy convencida de que la innovación no es solo una vía para el crecimiento económico, es una herramienta poderosa para generar equidad.
Porque un país que innova es un país que se diseña a sí mismo, que deja de reaccionar y empieza a proponer.
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