CIUDAD DE MÉXICO. En el momento que se planteó crear un Museo de la Mujer en México, la clase política estuvo de acuerdo y aplaudió la iniciativa: se reivindicaba la idea del "ser mujer" y la participación de las mujeres en la creación del país.

Era 1995, recuerda Glenda Hecksher, vicepresidenta de Asuntos Internacionales de la Federación Mexicana de Universitarias. El asunto llegó hasta el Senado con aplausos y entusiasmo. Pero crearlo llevó 15 años.

Tuvieron que tocar puertas, abrir otras, buscar entre empresas y gobiernos, pues aunque en el discurso todo mundo apoyaba, los hechos demostraban lo contrario.

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Patricia Galeana, creadora del museo, cuenta en la Revista Digital Más Museos, que el gobierno no permitía el espacio, en realidad, por temor a los temas que pudieran contarse a su interior.

“El gobierno conservador que se encontraba en el poder, al celebrarse el Bicentenario de la Independencia, se opuso al proyecto. A decir de uno de sus funcionarios, se iban a abordar temas prohibidos, como el aborto”, señala.

Finalmente la Universidad Nacional Autónoma de México decidió darle un espacio en la antigua imprenta universitaria, en la capital del país, y la Federación Mexicana de Universitarias hizo posible la construcción del recinto con el cual ya muchas mujeres soñaban.

Hoy, en 2021, según Hecksher, es un espacio que ha sido bien recibido por su comunidad y que tiene grandes planes para el futuro.

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Re contar la historia de México

La historia tiene diferentes formas de contarse, diferentes aristas, y mucho se ha mencionado que siempre ha sido escrita por hombres.

Por eso, el Museo de la Mujer cuenta una historia distinta: la historia de la mujer mexicana.

"Es un museo que habla y que presenta la situación de la mujer mexicana desde sus inicios, desde la época prehispánica hasta nuestros días. Entonces es un museo donde vas a aprender la historia de tu país, pero con un enfoque de género”, aseguró Hecksher en entrevista para Dalia News + Media, la plataforma de información y noticias del proyecto de educación continua enfocado a mujeres, Dalia Empower.

De acuerdo con el texto escrito por Galeana, en México existen 99 museos de la mujer en el mundo; 79 de ellos tienen sede y 20 son virtuales.

De ellos, 56 son de historia con perspectiva de género, 23 exhiben las obras de artistas y 20 muestran la vida de las mujeres de diferentes grupos étnicos y sociales. El recinto en México pertenece al primer grupo.

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Con respecto a la ubicación geográfica de los 56 espacios: en Europa hay 25, en Asia 15, en Oceanía hay tres, en África seis, en América del Norte 29 museos y en América Latina son cuatro.

La propuesta del Museo no era nueva. Alemania tiene uno desde 1981 y le siguieron algunos en Estados Unidos y en otros países. En 2008 las mujeres que participaban en todos los museos que habían surgido en el mundo hasta ese momento, llevaron a cabo un congreso internacional en Italia.

Para ese momento el museo en México iba avanzando, pese a la renuencia de algunos sectores. Ya contaba con planeación y la donación o creación de piezas especiales por parte de artistas de diferentes ramas, indicó Hecksher.

“Sólo se sabe a dónde se va, si se sabe de dónde se viene”, señala Galeana.

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En marzo de 2011, hace 10 años, abrió el Museo en la Ciudad de México. Allí se pudieron contar esos temas ‘prohibidos’ que tanto temían ciertos sectores del país, y desde las primeras civilizaciones hasta la época actual.

El recinto está dividido en salas, que según Hecksher, tiene cédulas electrónicas y múltiples materiales para conocer más sobre las exposiciones.

• Sala 1: Equidad, principio universal de armonía, donde se aborda la equidad y la forma en que surge ese concepto.
• Sala 2: Cosmovisión dual del México antiguo, que cuenta cómo los mesoamericanos tenían una cosmovisión dual y tenían deidad femenina.
• Sala 3: Marianismo novihispano, las mujeres en la casa, donde se aborda la conquista española y la forma en que ellas debían estar recluidas en las casas o en los conventos.
• Sala 4: Mujeres insurgentes, que cuenta el papel de las mujeres en la Independencia de México, incluidos los miles de nombres que se perdieron en el anonimato.
• Sala 5: Libertad y educación, aborda el triunfo de la reforma liberal, la educación gratuita y la forma en que las mujeres participaron.
• Sala 6: Maestras a revolucionarias, que expone la forma en que las mujeres se organizaron en clubes políticos y participaron en publicaciones.
• Sala 7: La ciudadanía de las mujeres, aborda la lucha por el voto femenino, que no fue aprobada hasta después de la Revolución de 1910, por lo que siguieron luchando hasta 1947.
• Sala 8. De la revolución feminista al tiempo presente; este recinto se divide por décadas y cuenta las victorias logradas progresivamente como el derecho al trabajo; la revolución sexual y los derechos sexuales, y el derecho a ser votadas para cargos de de elección popular, entre otros.

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Un museo para la comunidad

La vicepresidenta de Asuntos Internacionales de la Federación Mexicana de Universitarias aseguró que lo mejor del museo ha sido la forma en que lo recibió la comunidad.

“Está en un lugar bastante agreste que es el Centro Histórico [de la Ciudad de México]. La gente de ahí no estaba acostumbrada, no tenían conocimiento de lo que es un museo y lo han adoptado como su espacio porque muchas de las mujeres, [incluso] compañeras psicólogas, dan talleres” útiles para la comunidad, explicó.

Señaló que el recinto imparte una serie de conferencias, talleres y demás eventos, e incluso brinda asesoría psicológica gratuita para las mujeres víctimas de violencia.

Esos eventos se han llevado al mundo virtual debido a la pandemia y hasta el momento continúan así, pues el semáforo epidemiológico no les ha permitido reabrir. A la fecha ha realizado 267 eventos virtuales.

“Somos un ejemplo en el mundo a seguir porque ningún museo de la mujer realmente tiene la posibilidad de la serie de eventos que nosotras realizamos con tal nivel y profundidad […] realmente todo mundo se ha quedado impresionado”, mencionó y aseguró que eso se debe a las alianzas que han hecho y el tiempo que las mujeres donan de manera voluntaria.

El espacio también tiene un centro de documentación sobre historia de las mujeres donde hay 3 mil ejemplares, entre libros y revistas.

Reveló que ya trabajan en el próximo objetivo: hacer un museo más grande y darle más visibilidad. Esto, gracias a que la UNAM les entregó en comodato un terreno aledaño, que será aprovechado para una ampliación donde se construirá una biblioteca.

Por eso, dijo, necesitan recursos económicos, pero sobre todo mucha difusión.

“Tenemos que acondicionarla, siempre se necesita [dinero] y siempre tenemos gastos que hacer. Lo que quisiéramos es que se dé a conocer más pues, creo, es una joya la que tenemos en esta ciudad”, afirmó.