CIUDAD DE MÉXICO. A pesar de que las startups fundadas por mujeres demuestran un mejor desempeño que las masculinas, enfrentan escenarios más desventajosos a la hora de contar con capital. Pero ser un aliado o aliada de las emprendedoras puede impulsarlas y con ello, empujar la economía en tiempos de crisis por la pandemia con vistas hacia la recuperación.

Un estudio de Boston Consulting Group, realizado en 2018, reveló que las startups femeninas generaron 10% más de ingresos durante cinco años que las startups fundadas por hombres. Los emprendimientos de mujeres arrojaron 78 centavos en ingresos por dólar de inversión, en comparación con 31 centavos para los hombres.

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Esto contrasta con otro dato: las fundadoras en Estados Unidos obtienen menos de 3% de los fondos de capital de riesgo. Un estudio de la organización sin fines de lucro, Digital Undivided, enfocada a la comunidades negras y latinoamericanas en el ámbito empresarial femenino, encontró que las mujeres negras y latinas recibieron apenas 0.64% de los fondos de capital de riesgo entre 2018 y 2019 .

Para Susanne Althoff, profesora de edición literaria en Emerson College, las mujeres emprendedoras están teniendo éxito y creando compañías asombrosas que tienen un crecimiento increíble.

Por lo tanto es rentable para inversionistas poner dinero en sus negocios y también es redituable para las economías. Pero dado el panorama de paridad, un aliado les vendría muy bien; pero no se trata tomar el papel de un simple coach o mentor.

Este rol debe ir más allá, dice la autora del libro Launching While Female: Smashing the System That Holds Women Entrepreneurs Back y comparte con el sitio web del MIT Sloan School of Management, la escuela de negocios del MIT, su visión sobre cómo respaldar a las emprendedoras:

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1 Tu alianza tiene que ser real

Una alianza verdadera no se trata únicamente de realizar publicaciones ocasionales en redes sociales donde etiquetes al negocio de la emprendedora. Esto tiene un alcance y impacto muy limitados, de acuerdo con Susanne Althoff.

Pero un verdadero aliado preguntará a la emprendedora qué es lo que más necesita; se autoeducará para entender los problemas que enfrenta; estará dispuesto a escuchar que se equivoca y buscará mejorar.

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2 Tu mentoría no es suficiente

La profesora señala un aliado debe ir más allá de la figura de mentor que ofrece múltiples consejos. Su papel tiene que ser más activo; debe ser su patrocinador.

Ello implica hacer llamadas telefónicas para gestionar a favor de la emprendedora y la presenta o la invita a círculos de contactos a los cuales no podría llegar por sí sola.

Pero, cuidado, porque los patrocinadores suelen empatar con aprendices que comparten su mismo género y raza. Y en ese sentido, gran parte de los inversionistas son hombres blancos con obvias posiciones de poder.

Entonces, la pregunta clave que debe hacerse un aliado es, de acuerdo con la académica: "¿A quién estoy asesorando y patrocinando actualmente? Y ¿puedo ampliar el espectro?".

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3 Actúa ante las microagresiones

Los insultos y los rechazos por pequeños que sean, pueden tener un efecto perjudicial en el ascenso empresarial de una mujer. En ese sentido, Althoff sugiere considerar que una cofundadora es usualmente ignorada por los inversionistas a favor de cofundadores hombres durante una reunión.

Bajo esta circunstancia, un aliado debe actuar como un espectador activo e intervenir si ve que la emprendedora no recibe el crédito por su idea o es interrumpida cuando habla.

Otra forma de intervenir es mediante el uso de una microafirmación, es decir, hacer comentarios de apoyo y difundir su buen trabajo. Estos gestos se pueden realizar de forma privada o pública.

4 Vota por políticas públicas a favor del ecosistema

La profesora de Emerson College refiere como ejemplo una situación muy local que suelen enfrentar las mujeres emprendedoras en Estados Unidos, pero sin duda, esta acción política puede replicarse de diversos modos en otros países, incluido México.

En Estados Unidos, explica, las deudas estudiantiles son un dolor de cabeza para que una mujer emprenda. Algunos estudios revelan que los préstamos que reciben para estudiar retrasan le emprendimiento o lo minimizan. Dos tercios de la deuda educativa estadounidense corresponde a mujeres.

“Como votantes y ciudadanos podemos defender políticas como el alivio de la deuda de los estudiantes”, explica Althoff.

De acuerdo con la maestra, los investigadores han detectado que las políticas que brindan cuidado infantil subsidiado o licencia familiar, igualmente pueden ayudar a emprendedoras subrepresentadas.

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