Cómo potenciar tu liderazgo con responsabilidad afectiva laboral

La responsabilidad afectiva no solo es una cosa de pareja y familia. Transforma tu liderazgo en 2024 con estos tips.

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Foto: Shutterstock

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CIUDAD DE MÉXICO. ¿Qué pensarías si te dijéramos que la responsabilidad afectiva, un concepto que es utilizado habitualmente cuando se habla de relaciones de pareja y familiares, aplica también a la vida laboral y puede transformar tu capacidad de liderazgo y a tus equipos cuando la haces parte de tu día a día en el trabajo?

Las personas somos responsables de las acciones que realizamos y que afectan los sentimientos de otras. También somos responsables de nuestros propios sentimientos. Eso es lo que se conoce como responsabilidad afectiva. Las personas debemos aprender a ejecutar esta responsabilidad, que es parte de la llamada inteligencia emocional.

"[Debo] Asumir que yo tengo que hacer algo, o puedo, o debo hacer algo por mi estado de ánimo, por mis creencias, y que las decisiones que tomo o no tomo en la vida tienen un impacto en mí, en cómo me siento y en mi bienestar", explicó la psicóloga experta en perspectiva de género, Lorena Redondo.

"Por otro lado, asumir que lo que yo hago o dejo de hacer, no sólo va a influir o a determinar mi propio estado de ánimo o bienestar, sino también el de otras personas”, agregó en entrevista para Dalia Empower..

Dalia es el movimiento enfocado en cerrar la brecha de género a través de la capacitación, tanto de personas como de empresas, especializada en soft skills -también denominadas life skills o habilidades de vida- diversidad, equidad e inclusión.

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En el ámbito laboral, quienes están o buscan estar en puestos de liderazgo deben tener esta responsabilidad afectiva para beneficiarse y beneficiar a las demás personas, pues de ello dependen cuestiones como el clima laboral o el compromiso de las personas colaboradoras.

Cada cierre de año e inicio de uno nuevo puede ser el momento ideal para hacer cambios en nuestras vidas y una de esas transformaciones puede ser tu liderazgo. Por eso, aquí te dejamos algunas acciones que puedes hacer para mejorarlo con responsabilidad afectiva.

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1 Observa y corrige la manera en que actúas con las personas

En tu lugar de trabajo difícilmente te toca hacer todo de manera individual; seguramente tienes contacto constante con otras personas, ya sea para pedirles que hagan alguna actividad, dar órdenes, solicitar cooperación, entre otras acciones. La forma en que las personas te respondan dependerá en gran medida de cómo te diriges a ellas y cómo haces tus solicitudes.

Un consejo para que en 2024 comiences a poner en práctica la responsabilidad afectiva en tu trabajo es revisar la forma en que actúas hacia las demás personas y la modifiques de ser necesario.

“Cómo le hablo a los demás, cómo pido las cosas, cómo no las pido. Si tergiverso las órdenes o las cambio, o son ambiguas. Este todo; eso va a influir en cómo trato a las demás personas. Y si yo tengo un cargo de liderazgo o de toma de decisiones que me da un poder jerárquico sobre el personal, pues entonces también como les hable y como organice el trabajo; todo eso tiene que ver ahí; si el personal va a estar o no va a estar estresado”, indicó Redondo.

No hay que olvidar que el estrés laboral es parte de los padecimientos que afectan a la mayoría de las personas empleadas en México y uno de los detonantes es la forma en que las y los líderes se desenvuelven. Por esa razón, cuando revisas y modificas tu comportamiento, ayudas a los demás, pero también a ti. Si mejoras la situación emocional, se generan mejores resultados en los equipos.

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2 Revisa cargas de trabajo, tanto tuyas como de quienes colaboran contigo

La sobrecarga laboral es otra de las razones por las que tu equipo puede vivir estresado. En ese sentido, la responsabilidad efectiva incluye revisar cómo se encuentran en esa materia las personas que colaboran contigo y evitar que una sobrecarga les pase factura emocional.

De la misma manera, revisa tus propias cargas y si es preciso, delega algunas tareas, limita la cantidad de proyectos y tus horarios. Prioriza tu salud emocional.

“[Pregúntate,] ¿qué tanto mis creencias influyen en que yo no suelte cuestiones del trabajo y esté también siempre estresada; en no hacer ejercicio, si no me pongo límites? Todo esto”, indicó la psicóloga.

3 Mujer, cuestiona los roles de género

Redondo afirmó que desde pequeñas, a las niñas se nos enseña a quedarnos calladas, a no vivir ciertas emociones como el enojo o a seguir lo que otras personas hacen o dicen. Es necesario cuestionar todo ello y, específicamente, las tareas y comportamientos que se nos han exigido solo porque somos mujeres. Así lograremos sentirnos cómodas con nosotras mismas y ayudar a otras personas a lograr lo mismo.

“La cuestión de género tiene mucho que ver porque te van a educar para que vivas o no vivas ciertas emociones según tu rol. En el caso de las mujeres, no se nos permite ser asertivas desde niñas […]; en la infancia es cuando las mujeres aprendemos a quedarnos calladas; aprendemos a no tomar iniciativas; aprendemos que nuestra opinión no es importante o no es inteligente y que nuestro papel es servir, ayudar”, sentenció.

Cuestionar también es una manera de hacerle frente a otras situaciones que nos aquejan más a las mujeres, como el síndrome de la impostora, definido como una situación en que pensamos que no merecemos el éxito y el reconocimiento porque no estamos a la altura de ello, o que no somos capaces de cubrir las expectativas de otras personas. La psicóloga experta en género afirmó que esto es también parte de la responsabilidad afectiva.

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4 Reconoce tus sentimientos y responsabilidades

“Reconocer que es mi responsabilidad manejar mi enojo, manejar mi frustración; es mi responsabilidad también si creo que hay un malentendido, un conflicto, pues si decido o no tratar de aclararlo. Es también una responsabilidad afectiva en el trabajo reconocer que la manera en que yo me comporto o no, en ocasiones, puede tener consecuencias o implicaciones en las demás personas”, afirmó Redondo.

Explicó que debes tener claros los sentimientos que distintas situaciones pueden desencadenar. Por ejemplo, un conflicto o un problema al interior del centro de trabajo puede generar enojo o frustración, y reconocerlo a tiempo puede evitar una situación de crisis.

Además, no basta con reconocer que te encuentras enojada; es necesario, darte cuenta que tienes la responsabilidad de gestionar ese enojo y mediarlo para realizar las solicitudes y designaciones de acciones necesarias a tu equipo, pero sin responsabilizarles de tus sentimientos.

Otro aspecto a tomar en cuenta es hacerte consciente de que ser feliz es algo que debes buscar y es necesario que seas activa en esa búsqueda. En ocasiones, esto también representa ir en contra de los roles de género que te enseñaron. “Se nos ha hecho creer a las mujeres, por ejemplo, que pues nuestra felicidad, que nuestro bienestar, está en manos de otros, en manos de una pareja, por ejemplo, o de otra persona”, indicó la psicóloga.

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5 Aprende a defenderte

Redondo afirmó que las mujeres solemos vivir en una indefensión aprendida debido a que se acostumbra enseñar el silencio como método para evitar problemas. Por lo tanto, aprender a alzar la voz ante las injusticias es parte de la responsabilidad afectiva hacia ti misma y hacia los demás.

“Si estamos asustadas, no decimos nada, nos hacemos chiquitas. La indefensión aprendida -también puedes encontrar información al respecto de eso- trata de cómo desde niños y, en este caso a las mujeres, nos educan en la mayoría de los casos para creer que no podemos defendernos; para creer que está bien sentirnos asustadas; para creer que si hablamos o nos defendemos, se va a poner más grave el problema o vamos a generar molestias”, indicó.

En el ámbito laboral existen muchas injusticias hacia las mujeres que van desde brechas salariales, violencias en el trabajo por parte de compañeros o superiores, techos de cristal (dificultades ‘invisibles’ para avanzar hacia puestos de liderazgo por ser mujer).

Por ello, las mujeres deben aprender a alzar la voz y tomar acciones de manera asertiva y clara cuando ellas mismas o alguien más viven una injusticia o corren un riesgo. Así, sostuvo Lorena Redondo, evitarán los sentimientos negativos asociados al silencio y motivarán al equipo para hacer lo propio.

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