Desde mi infancia me he desenvuelto en un ambiente masculino; soy la única mujer de siete hermanos, estudié una carrera en la que prácticamente yo era la única mujer (Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones) y me he desarrollado profesionalmente en el sector de la Telecomunicaciones y la Radiodifusión, que es claramente liderado por hombres.

Siempre he considerado que no me costó ni más ni menos que a los hombres llegar a las posiciones que he ocupado; sin embargo hace unos años me di cuenta de que mi realidad no es la de todas las mujeres y que es necesario llevar a cabo acciones que permitan cerrar la brecha de género en el ámbito laboral y lograr la igualdad, sobre todo en posiciones de toma de decisión.

Hoy los cargos directivos y de liderazgo del mundo laboral son ocupados predominantemente por hombres. La presencia de las mujeres es una situación incipiente y extraordinaria, con solo 27% de participación a nivel global, número que, de acuerdo con los datos publicados por OIT (1), no ha cambiado en los últimos 27 años.

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A pesar de ser pocas, las mujeres llegan a estos cargos a más temprana edad que los hombres, ya que en promedio son un año más jóvenes y su nivel educativo es más alto que el de sus homólogos masculinos.

A nivel global, 44.3% de las mujeres directivas cuentan con un título universitario, en contraste con 38.3% de los hombres directivos. Si bien este último número pareciera positivo, ya que se puede ver como un mayor acceso de la mujer a la educación, también puede deberse a una mayor exigencia de preparación para que una mujer ocupe dichas posiciones.

En México no hay datos oficiales sobre este tema. De acuerdo con el estudio Una Ambición, Dos Realidadess (Women Matter México) de McKinsey & Company (2), las mujeres en México están subrepresentadas en todos los niveles jerárquicos, ganan menos que los hombres y tienen menos probabilidades de ser promovidas. Mientras que 9 de cada 10 mujeres y hombres aspiran a cargos directivos de alto nivel, solamente 3 de cada 10 mujeres creen poder lograrlo.

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El estudio, realizado en 50 empresas de México, revela que la participación de las mujeres en puestos de toma de decisión dentro de la estructura organizacional, decrece significativamente cuanto más alto es el puesto: de los Vicepresidentes Senior únicamente 16% son mujeres, en los Comités Ejecutivos la cifra desciende a 10% y tan solo 8% ocupan la posición de CEO.

Por otro lado, el Estudio Cualitativo sobre la Inclusión y Representación de Género en los Medios y Contenidos Audiovisuales realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (3), da a conocer la situación particular de las mujeres con puestos directivos o gerenciales en medios audiovisuales o en empresas u organizaciones del campo de las tecnologías de la información y la comunicación.

En el estudio, las entrevistadas identifican diversos factores a los que se enfrentan para llegar a puestos de liderazgo, entre los que se encuentran principalmente los estereotipos arraigados en la cultura, que encasillan las aspiraciones, preferencias y capacidades entre géneros; colocándolas en un rol de cuidado del hogar y de la familia de una forma ya naturalizada, independientemente de que cuenten con una profesión, trabajo u otras actividades.

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Otro factor es el escrutinio y la desacreditación o resistencia a su autoridad laboral por parte de hombres con puestos de menor jerarquía, donde un paso en falso se interpreta como incapacidad para el trabajo.

Lo anterior les exige un esfuerzo adicional y muchas veces provoca que su jornada de trabajo rebase el tiempo oficial, por lo que balancear su vida laboral y su vida personal supone un gran reto.

La tensión se incrementa para las mujeres que tienen pareja y/o hijos, pues una reinserción laboral tras ausencias o descansos relacionados con el embarazo, el parto y la crianza temprana, se dificulta en estos ramos laborales que están en continuo desarrollo y constante actualización.

En este estudio las mujeres reconocen mayor participación en la industria mediática, incluso en áreas a las que anteriormente no tenían acceso (deportes, noticias, política) y declaran que su incursión a puestos directivos es una combinación de preparación académica, perseverancia y trabajo duro.

Consideran necesaria la creación de un ambiente propicio para la experiencia laboral femenina, por ejemplo, favoreciendo el desarrollo de esquemas de trabajo parciales desde el hogar, salas de lactancia, prestaciones para guarderías, entre otras.

Además de las acciones expresadas por las entrevistadas en el estudio, existen otras que han demostrado ser efectivas en empresas con más mujeres en niveles directivos y de toma de decisión, y que son precisamente las que nos hemos dado a la tarea de promover conlas integrantes de WICT Mujeres en Medios Latinoamérica, tales como programas de mentorías, networking, becas, capacitación y empoderamiento.

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Sabemos que este es un tema organizacional y es importante que las empresas del sector tomen medidas para mejorar su diversidad e igualdad de género, es por ello que nos enfocamos también en la promoción de las mejores prácticas de inclusión e igualdad de género desde los procesos de reclutamiento y retención de mujeres, flexibilidad laboral, programas de redes de mujeres, mentorías, patrocinios e igualdad salarial.

Buscamos tener una industria más eficiente y productiva y sabemos que la integración laboral de la mujer en puestos de alta dirección es el camino que trae beneficios para todos. Cerrar la brecha laboral de género representa para una empresa en México un incremento de 55% de su rentabilidad y para el país un aumento de 70% de PIB.

1. Un paso decisivo hacia la igualdad de género, Organización Internacional del Trabajo, 2019
2. Una ambición dos realidades, Mckinsey & Company 2018
3. Instituto Federal de Telecomunicaciones (2017).Estudio Cualitativo sobre la Inclusión y Representación de Género en los Medios y Contenidos Audiovisuales.Ciudad de México, México. Estudios y reportes de análisis de medios y contenidos audiovisuales.