Productos gratuitos, la siguiente batalla contra la pobreza menstrual

La eliminación del IVA a productos menstruales fue solo el primer paso logrado por organizaciones de mujeres. En México, alrededor de 50% de las personas que menstrúan renuncian a adquirir productos básicos para comprar otros de gestión menstrual.

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Foto: Shutterstock

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CIUDAD DE MÉXICO. En México, alrededor de 50% de las personas que menstrúan ha tenido que renunciar a adquirir productos básicos para comprar artículos de gestión menstrual, es decir, su economía les orilla tener que decidir entre comprar toallas sanitarias o tampones, o comida, productos y servicios de primera necesidad. Esta situación las pone en riesgo y limita también sus oportunidades. Pese a ello, no existen políticas públicas que erradiquen el problema.

En enero de 2022, entró en vigor la tasa cero de IVA a los artículos de gestión menstrual. Es decir, quedaron exentos de ese impuesto que paga quien los consume. Sin embargo, solo fue un primer paso en el combate a la pobreza menstrual, en la que se estima se encuentran millones de personas. El siguiente paso es lograr que el Estado garantice el abasto gratuito a quienes viven en situación de vulnerabilidad.

Hasta ahora han surgido algunas iniciativas dispersas para que los productos de higiene menstrual se entreguen de manera gratuita principalmente en lugares como escuelas o centros penitenciarios, pero hasta el momento no se ha avanzado en una iniciativa de ley integral a nivel nacional. Ese es el nuevo reto que enfrentan las asociaciones civiles que impulsan el tema.

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“Hay todo un tema de gratuidad que también puede empezar por las escuelas, por los centros de trabajo y por los centros de salud […]; todas las personas que están en situación de pobreza multidimensional. Pero a eso le sumamos situaciones específicas como puede ser, estar presa o vivir en situación de calle; o estar, a lo mejor, en una comunidad rural alejada de los centros de distribución de los productos de gestión menstrual”, explicó Aranxa Sánchez, cofundadora del colectivo Menstruación Digna México.>

Una encuesta realizada en 2022 en conjunto por el colectivo, UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y otros organismos, reveló que 54% de las personas usuarias de toallas desechables han renunciado a comprar otros productos básicos para adquirirlas y lo mismo pasa con 56% de las usuarias de tampones. El 30% de las usuarias de toallas desechables y 23% de las usuarias de tampones dijeron tener dificultades, ya sea pocas veces, frecuentemente o siempre para poder adquirir estos productos.

La Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual se aplicó a 3 mil niñas, mujeres y personas menstruantes entre los 12 y 70 años de edad, con una muestra de 3 mil personas en los estados de Aguascalientes, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Tamaulipas.

¿Por qué lograr la gratuidad?

La pobreza menstrual es definida por la Comisión para Prevenir la Discriminación de la Ciudad de México como la "falta de acceso a productos sanitarios, educación sobre higiene menstrual, baños, instalaciones de lavado de manos y/o gestión de los desechos". La organización señala que entre las personas que viven esta situación están aquellas privadas de la libertad y las que viven en situación de calle.

En México, tan solo las mujeres componen el 51.2% de la población total, es decir, 64 millones 540 mil 634 personas, de acuerdo con el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). De ellas, 39 millones 274 mil 826 tienen entre 10 y 49 años, que es el rango de edad en el cual está presente la menstruación.

De esa última cifra, 42.4% se encuentran en una situación de pobreza y 7% en situación de pobreza extrema según el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) con información al 2020.

A esto se agregan otros datos significativos. El más importante muestra que 39.7% de las mujeres en el país se encuentran en pobreza laboral, por lo que el dinero que ingresa en sus hogares resulta insuficiente para cubrir la canasta alimentaria básica, de acuerdo con cifras de México Cómo Vamos.

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De estos datos se puede concluir que millones de niñas y mujeres no pueden adquirir los productos básicos para gestionar su menstruación, lo cual pone en riesgo su salud y otros de sus derechos humanos.

“Hay muchas niñas y mujeres que no se pueden permitir comprar compresas o tejidos higiénicos y, a menudo, deben utilizar materiales poco salubres como periódicos, que pueden causar infecciones. En algunos casos, cuentan con tejidos adecuados, pero no con los medios para mantenerlos lo suficientemente limpios para reutilizarlos”, señala UNICEF en su artículo La menstruación es importante… Es reglamentaria.

UNICEF ha calculado que en México 43% de estudiantes deja de asistir a la escuela durante su periodo menstrual porque no cuenta con recursos para comprar productos sanitarios. Esto equivale a 20% de un año escolar, detalla el documento IVA a Productos de Gestión Menstrual, elaborado en 2021 por el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. El reporte fue previo a la eliminación del IVA a los productos menstruales en el país.

Aranxa Sánchez, cofundadora del colectivo Menstruación Digna México, afirmó que las mujeres con escasos recursos económicos son gravemente afectadas debido a la falta de dinero para comprar los productos de gestión menstrual. Por lo general, se encuentran en sectores frecuentemente invisibilizados como niñas, población callejera y población en centros de reclusión.

Por esta razón, países como Escocia han establecido la gratuidad de esos artículos para todas las personas. De hecho, ese país fue el primero del mundo en hacerlo en 2021. En Nepal, por ejemplo, se entregan estos artículos en las escuelas para intentar disminuir el ausentismo escolar. Y lo mismo en Francia y Nueva Zelanda.

Como otra alternativa para combatir la pobreza menstrual, el Banco Mundial (BM) sugiere entregar precios subsidiados en lugares de menores ingresos y hacer transferencias específicas para la compra de estos productos

“La distribución gratuita o a precios subsidiados de productos para el periodo menstrual para grupos de ingreso bajo y en lugares públicos como escuelas y refugios. Los subsidios también se pueden usar para incentivar a los empresarios locales a fabricar sus propios productos [...]. Otra herramienta útil son las transferencias monetarias condicionadas directas. Estas pueden adoptar la forma de una tarjeta de descuento que los consumidores usan cuando compran productos para el periodo menstrual”, señala el BM en su página web.

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¿Cuánto cuesta menstruar?

La cantidad de recurso económico que cuesta menstruar es difícil de calcular, ya que varía según el entorno donde se desenvuelva la persona, el artículo de gestión que utilice, si vive en una zona rural o urbana, y qué tan alejada está de los núcleos mayormente habitados. Sin embargo, existen algunas estimaciones.

Las toallas sanitarias tienen un costo entre 1.72 pesos y 3.35 pesos por unidad, mientras que los tampones varían de 2.96 a 6.83 pesos. Una copa menstrual puede costar cerca de 587 pesos. Esto, según el registro de la Procuraduría Federal del Consumidor en la segunda semana de julio.

También deben sumarse costos por medicamentos, en caso de requerirlos, y agua, entre otros insumos necesarios para tener una menstruación digna y en condiciones de higiene.

De acuerdo con la encuesta aplicada por Menstruación Digna y otros organismos, una mujer gasta al mes, en promedio, 90.2 pesos en toallas desechables o 114.6 en tampones. Además, señala que 42% de mujeres y personas menstruantes dijo gastar entre 50 y 100 pesos mensuales; 27% de 0 a 50 pesos; 17% de 100 a 500 pesos y 14% no sabe.

Al año y a lo largo de la vida menstruante, el recurso económico que debe emplearse para atender una necesidad básica del cuerpo se convierte en una importante cantidad de dinero. Y como es evidente, los sectores con menos ingresos económicos son los más afectados.

De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), una persona menstruante necesita 360 toallas o tampones en promedio al año, lo que representa alrededor de 720 pesos anuales y equivale a 5% del gasto en los hogares de menores recursos económicos.

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“En promedio, las mujeres utilizan de 20 a 30 toallas sanitarias o tampones al mes, o 300 al año o de 10 mil a 15 mil piezas a lo largo de la vida. De ahí que, $26,000 pesos sería el gasto promedio en toallas sanitarias a lo largo de la vida, si se considera que el precio es de $2 a $3 por cada una; o $30,000 en tampones si se considera que el precio promedio es de $4 por cada uno”, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor.

“El grupo más afectado son las mujeres de menores ingresos, pues para las que se encuentran en el primer decil, representa en promedio un gasto trimestral de 126.8 pesos, que significa 1.33 por ciento de su ingreso total, reduciendo el monto disponible para la adquisición de otros productos necesarios, como los alimentos, el transporte o las medicinas”, señala el informe IVA a Productos de Gestión Menstrual, elaborado en 2021 por el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, previo a la eliminación del IVA.

Una serie de problematicas derivan en consecuencia. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, 12% de las personas en México que menstrúan dejaron de usar productos de gestión debido a la falta de dinero generada por la crisis económica que detonó la emergencia sanitaria.

El agua como recurso esencial también representa un problema. Según la encuesta de Menstruación Digna, 75% de las encuestadas contaron con agua corriente en los baños de sus escuelas o lugares de trabajo, y 72% dijeron que dichos baños estaban limpios, según la encuesta de Menstruación Digna.

Menstruar con dignidad: ¿cuáles han sido los avances?

El impulso al tema por parte de organizaciones como Menstruación Digna y otras lograron la eliminación del IVA en los productos de gestión menstrual, el cual entró en vigor en enero de 2022. A mediado de ese mes, la Procuraduría Federal de Consumidor (Profeco) aseguró que la tasa cero provocó una disminución de 10% en los precios de esos productos, aunque sin contar con la inflación.

Desde el segundo semestre de 2020 la inflación comenzó a rebasar el límite considerado sano para la economía, que es de 3 por ciento. En 2022, la inflación cerró en 7.82%, la más alta en dos décadas.

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La eliminación el IVA en los artículos de gestión menstrual ha sido el primer paso en la batalla por una menstruación digna y su impacto parece reducido ante los datos de la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual, elaborada por Menstruación Digna y UNICEF. Además de que la pobreza menstrual sigue presente, la encuesta revela que 41% de las mujeres participantes, dijo haber gastado más tras la eliminación del IVA y 17% no haber tenido cambios. De hecho, 65% dijo no saber que anteriormente pagaban IVA por esos productos.

Otra propuesta que se ha discutido es la entrega de productos de gestión menstrual de manera gratuita en las escuelas. En 2021, se aprobó en la Cámara de Diputados una reforma a la Ley de Educación, pero no ha avanzado en el Senado. En diciembre de ese mismo año, fue presentada en la Cámara Alta una iniciativa similar para entregar los productos en las escuelas, pero tampoco prosperó.

Algunos estados han hecho lo propio. En Michoacán, Aguascalientes, Oaxaca y Puebla ya se aprobaron leyes o reformas para que se entreguen los productos en las escuelas. No obstante, Aranxa Sánchez indicó que hasta el momento esas leyes no operan porque no se les ha asignado presupuesto. Otros congresos locales como Veracruz, Hidalgo y Ciudad de México también han discutido cambios al respecto.

“Hay todo un tema de gratuidad que también puede empezar por las escuelas, por los centros de trabajo y por los centros de salud [...]. La idea es que cada gobierno pueda también crear este tipo de leyes y sus gobiernos locales. Entonces, digamos que hay que el tema de la gratuidad es algo que tenemos que atender sí o sí”, advirtió Sánchez. De hecho, 97% de las mujeres que participaron en Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual, levantada en 2022, está de acuerdo con esa gratuidad.

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Por otra parte, existen poblaciones muy específicas que requieren de estos productos de manera gratuita. Un ejemplo son aquellas que se encuentran en reclusión y carecen, en muchos casos, de recursos económicos y/o apoyo familiar. Tan solo la Encuesta de Población Privada de la Libertad 2021 estima que en el país hay 12 mil 494 mujeres en estos centros.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha emitido una recomendación para que se dote a estas personas de recursos para la gestión menstrual, incluyendo toallas sanitarias, agua, productos de higiene y lugares adecuados.

Datos sólidos y educación: la otra carencia

Crear políticas públicas sobre salud y gestión menstrual enfrenta un obstáculo: la falta de datos sólidos y certeros sobre la situación que viven las mujeres y personas menstruantes, subraya la cofundadora del colectivo Menstruación Digna.

El Estado debe trabajar en generar información estadística oportuna, clara y precisa acerca de cómo viven las personas la menstruación en México con el objetivo de entender correctamente sus problemáticas y necesidades.

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“Los datos son necesarios para hacer la política pública", dice Arantxa Sánchez. Para crear una política pública debe haber previamente un diagnóstico de, por ejemplo, cuántas niñas, adolescentes, mujeres y otras personas menstrúan hoy en el país; qué tipo de flujo menstrual tienen; cuáles son sus síntomas; con qué recursos gestionan sus periodos menstruales; cuál es su umbral de dolor; cuáles son las prácticas socialmente aceptadas en relación con la menstruación en cada región; señala la cofundadora del colectivo.

Por otra parte, enfatiza, para eliminar el tabú que aún existe alrededor de este ciclo natural, es apremiante que todas las personas reciban educación menstrual. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, únicamente 5% de los padres o madres hablan con sus hijas sobre el tema, mientras que el personal de salud incide también en 5%, “lo que impide que muchas niñas y adolescentes puedan tener un acceso libre a la información, generando miedo e inseguridad en ellas”.

La encuesta de Menstruación Digna señala que 71% de las personas participantes dijo que su mamá fue la primera persona con quien habló sobre menstruación; siguen otros familiares con 14 por ciento. Además, 37% consideró que la escuela no distribuye la suficiente información y 69% tenía poca o ninguna información cuando tuvo su primera menstruación.

Sánchez mencionó sobre este punto que el colectivo está trabajando con una red de educadoras menstruales, pero lo cierto es que nuevamente esta atención debe darse desde la política pública para que sea integral y en todo el territorio nacional.

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