Los obstáculos que enfrentan las inventoras mexicanas para patentar
Solo 14% de las solicitudes de patentes en México son realizadas por mujeres.
CIUDAD DE MÉXICO. Cuando se piensa en grandes inventos realizados por personas de México, rara vez salta a la mente alguna mujer. Esto se debe a que el área es dominada por hombres y aún existe una gran gran brecha por cerrar.
En México, únicamente 14% de las solicitudes de patentes son presentadas por mujeres y cerca de 20% por grupos mixtos, según el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).
Es decir, los autores de alrededor de 75% de los inventos en el país son exclusivamente hombres.
A nivel internacional la cifra es similar. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) señala que en 2020, 16.8% de las solicitudes de patente fueron presentadas por mujeres y estima que si el ritmo continúa así, la paridad en este rubro se alcanzará hasta 2058.
Las inventoras, según la organización, tienden a concentrarse en algunas disciplinas concretas. La biotecnología, la química de alimentos y los productos farmacéuticos son los tres sectores principales en que se enfocaron las mujeres en 2020 en concordancia con la tendencia de años anteriores.
Anel Valencia, directora general adjunta de Servicios de Apoyo del IMPI, afirmó en entrevista con Dalia News+Media -la plataforma de información y noticias del proyecto de educación continua enfocado a mujeres Dalia Empower- que la brecha de género es una preocupación internacional, por lo que han realizado diversos análisis y acciones encaminados a cerrarla.
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Falta de patentes femeninas, solo la punta del iceberg
La reducida cantidad de mujeres inventoras en el país y a nivel global encuentra su causa en una combinación de factores: una baja participación laboral femenina, una menor cantidad de emprendimientos femeninos y un menor acceso al financiamiento que se requiere para un desarrollo, lo cual incluye cubrir un servicio legal con especialidad en el registro de patentes.
“Las mujeres empresarias enfrentan una variedad de desafíos específicos de género y, a menudo, se ven afectadas de manera desproporcionada por los problemas que también enfrentan muchos otros empresarios, como el acceso limitado a la financiación”, señala el estudio Desafíos para las Mujeres Inventoras e Innovadoras en el Uso del Sistema de Propiedad Intelectual: Revisión de la Literatura, realizado por la OMPI.
La carga doméstica que llevan las mujeres es otra razón.
En México, el porcentaje de mujeres económicamente activas para el mes de mayo pasado fue de 39.7% (20 millones 26 mil), mientras que la de hombres fue de 68.5% (30 millones 822 mil). Es decir, aún existe una diferencia considerable, de acuerdo con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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Además, entre las mujeres ocupadas, 6.47% hacen trabajo no remunerado, lo que equivale a 1 millón 232 mil de ellas.
El estudio de la OMPI también señala la baja representación de las mujeres en áreas de ciencias y matemáticas, y que aun cuando algunas se desempeñan en esos sectores lo hacen como empleadas y no llegan a ser titulares de patentes.
Cita como ejemplo un estudio de Reino Unido, que muestra que 72% de las estudiante de ingeniería química querían ser investigadoras al terminar su carrera, pero casi la mitad desistieron antes de egresar, debido a que se les dijo que no podrían por ser mujeres o porque sintieron que las cargas laborales no serían compatibles con su vida personal.
La directora adjunta del IMPI aseguró que la falta de patentes por parte de las mujeres es solo la punta del iceberg de otros problemas como la poca participación femenina en algunos campos del conocimiento.
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“El ámbito de la propiedad intelectual es un poco el final del camino o la punta del iceberg […] generalmente [quienes patentan] son personas que se dedican o se desarrollan en el ámbito de la ciencia, datos duros, matemáticas, ingeniería, química, física; de manera que quien trae una invención ocupa estos ámbitos; la brecha de género que vemos aquí es un reflejo de lo que viene atrás”, aseguró.
La brecha en los estudios es evidente, solo 35% de los estudiantes de carreras y programas de esas áreas son mujeres, según el informe Las Mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en América Latina y el Caribe.
Otro obstáculo que señala el informe de la OMPI es la falta de visibilización de inventoras, lo cual implica la ausencia de modelos a seguir para la población femenina.
Valencia está de acuerdo y señala que en una serie de reuniones con inventoras llegaron a la conclusión de que era necesario crear un espacio al interior del IMPI donde se promueva la imagen de las mujeres que registran patentes o marcas.
“No tenemos en el imaginario el rol de una mujer mexicana que haya trascendido; entonces, queremos asegurarnos que estos modelos de historias, que inspiren, estén a disposición”, afirmó.
Con ello, esperan motivar a las niñas para se decanten por estudiar carreras relacionadas con esos rubros.
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El muro del desconocimiento
La poca posibilidad que las mujeres ven en comercializar sus invenciones o que no se sienten cómodas promocionándose a sí mismas, son también razones por las cuales no patentan, según el estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Añade también que la ausencia del trámite se origina igualmente en que no saben por qué deben patentar y la información que proporcionan las instituciones sobre el tema es poco clara.
El IMPI coincide. Valencia indicó que entre las inventoras desconocen el valor intangible que les brinda un registro, así como los trámites que deben realizar.
“En este tiempo el valor del registro muchas veces es mayor que el valor de lo que se comercializa o se protege […] por el lado de las invenciones pues mucho más. Una invención puede tener el potencial de ser comercializada y si tú no la protegiste, quien la inventó no se lleva nada, no se queda con nada”, aseguró.
Por otra parte, afirmó que un falla recurrente entre las investigadoras que no patentan es que publican los resultados de su trabajo en revistas científicas y eso, a la hora de levantar un registro, se convierte en un problema, ya que el factor novedad es un requisito para tramitar una patente.
Valencia sostuvo que en internet existen las herramientas necesarias para realizar los registros y que han establecido algunas asesorías en línea para acompañar a las personas que buscan patentar.
Otra complejidad para las mujeres, según la OMPI, es que un registro puede llevar mucho tiempo, ser costoso e implicar viajes a ciudades capitales.
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El informe del OMPI también es claro en señalar que hay más probabilidad de que una patente se autorice a un hombre que a una mujer. Como ejemplo, señala un informe de Estados Unidos que reportó que del total de patentes pedidas entre el 2000 y 2016, 67% fueron autorizadas a mujeres y 73% a hombres.
¿Las razones? Las mujeres desisten más porque se les imponen más trámites de oficina, mientras que los hombres suelen negociar con los evaluadores.
“Si bien, en la superficie, el proceso de patentamiento parece ser neutral en cuanto al género, en la práctica el sesgo de género puede influir en los resultados para las mujeres […] el sesgo de género juega un papel. Si bien los solicitantes de patentes no incluyen su género en la solicitud, es posible inferir su género por los nombres”, indica.
La directora general adjunta del IMPI aseguró que en el caso de México no existe ningún sesgo en las leyes o en los actos, pero reconoció que se necesitan algunos mecanismos para mejorar el apoyo a las mujeres.
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Es preciso destacar aquí otro hecho que advierte la OMPI: las leyes sobre patentes en la mayoría de los países están redactadas en masculino.
Nunca más solas
Ante este panorama en México se creó la Red de Mujeres Innovadoras y Propiedad Industrial, luego de un foro donde las mujeres expusieron sus inquietudes y los problemas que encontraron al intentar registrar tanto marcas como patentes.
La red está enfocada a contar historias de éxito, brindar información sobre procesos, así como asesorías y mentorías personalizadas.
“Esta parte de un acompañamiento, de esta sororidad, de este ejercicio de grupo, de cuerpo, también es deseable, y las mujeres en este foro nos hicieron ver que les gustaría e interesaría este grupo”, aseguró Valencia.
El informe de la OMPI también señala que a las mujeres les resulta más difícil acceder a redes profesionales que las puedan impulsar en las investigaciones o a la hora de realizar las patentes.
Valencia dijo que las mentorías únicamente se concentran en registros de marca o invención.
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Señaló que el próximo 11 de agosto tienen una nueva asesoría vía electrónica en vivo. Además, hasta el 14 de agosto estarán abiertas al público las convocatorias para personas que quieran recibir mentorías. Posteriormente se abrirán otras rondas.
Las asesorías son sesiones más cortas donde y resuelven dudas. Las mentorías duran uno a tres meses y abordan todo el proceso de una patente.
Para lograr la paridad en las solicitudes de patentes son necesarias acciones desde varios ámbitos y de manera continúa, dice la OMPI.
“Ninguna acción por sí sola probablemente marcaría una diferencia sustancial en la mejora de las tasas de patentes femeninas. En cambio, se requiere un esfuerzo concertado y constante a lo largo del tiempo en una serie de dimensiones y áreas interrelacionadas para marcar una diferencia significativa”, asegura.
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