Los 3 pasos para comunicar con fuerza tu liderazgo
¿Estás consciente de lo que transmites con tu liderazgo? Autoevalúate en 3 pasos, escribe Ale Marroquín, experta en el tema.
Pocas personas están conscientes de lo que comunica su liderazgo. Estamos tan atentos en producir resultados y alcanzar las metas de la organización, que olvidamos frenar un poco para entender qué es lo que estamos transmitiendo. Reflexionar sobre esto es fundamental para todo aquel que quiere dejar huella e influir en otros para alcanzar mejores resultados y tener una mejor relación con sus colaboradores. Sobre todo cuando es necesario que los resultados sucedan con la inmediatez de los tiempos actuales.
Si evalúas los siguientes pasos y contestas que Sí a todo, vas en buen camino:
1 Pregonas con el ejemplo y es evidente en tu comportamiento. Llegas siempre en tiempo a las juntas. Consideras el tiempo de los demás. Evitas cancelar tus reuniones y asignas prioridades a los eventos que planeaste con anticipación.
Sí: Te felicito, estás demostrando que te importa la gente a tu alrededor y que para poder exigir puntualidad y respeto al tiempo de los otros, tienes que comenzar por ti mismo.
No: Ten cuidado. Cancelar una reunión con un colaborador o una junta de trabajo, llegar tarde y no estar preparado, demuestran falta de interés y que esa persona o ese tema no es prioritario para ti. Es comprensible que puede haber circunstancias de fuerza mayor que hagan imposible que llegues a tiempo. Si son excepciones, la gente a tu alrededor lo comprenderá.
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2 Escuchas con detenimiento lo que otros tienen que decir. Permites que tus interlocutores terminen sus ideas, comprendes lo que dicen, evitas adelantarte con respuestas a lo que asumes van a decir y haces preguntas más que dar respuestas.
Sí: ¡Enhorabuena! Recuerda que el que tiene la información tiene el poder. Cuando dejas que otros expresen sus ideas, no sólo los estiras a pensar y crecer más para que puedan resolver, les demuestras un interés auténtico y generas un compromiso real con tu equipo.
No: Incluso si es ocasionalmente, cuando interrumpes, te adelantas a lo que crees que van a decir o cuando solamente hablas tú, haces que la gente deje de participar. Eso debilita las relaciones porque demuestras que no es importante lo que tienen que decir y asumes toda la responsabilidad. No permites que ellos se comprometan con sus ideas y propuestas. Recuerda que estar consciente de tus acciones, sin importar dónde, es lo que fortalece tu liderazgo y marca personal.
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3 Construyes relaciones exitosas. Te diriges a las personas por su nombre, tienes reuniones individuales con tu equipo, colegas y clientes. Te muestras más interesado que interesante y buscas a las personas constantemente para hacerte presente.
Sí: Estás en muy buen camino porque generas trabajo en equipo y relaciones sólidas de largo plazo. Tu influencia en otros aumenta y esto fortalece tu liderazgo y provoca que la gente te siga naturalmente.
No: Asumir que estos detalles no importan puede ser la razón por la que no logres mejores resultados. Interésate en otros, busca estar presente y demuestra que las personas te importan. Como suelo decir, hoy tú ya no importas, quién importa son las personas que tienes a tu alrededor. Cuida tus palabras y lo que haces sentir a los demás.
Estás a tiempo de evaluar tu liderazgo y cómo influyes en los demás. Si hay áreas que tienes que desarrollar, trabaja con un objetivo fijo o una meta tangible, en ese espacio donde estás débil. Un líder necesita seguidores. Si asumes que debe ser natural, seguramente te tardarás más en construir.
Esta nota fue tomada del blog de Retos Femeninos. El contenido original se encuentra disponible en www.alemarroquin.com.
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