Tus juicios subjetivos minan tu éxito; redúcelos con 6 pasos
Los llamados sesgos o juicios inconscientes ocurren sin que te percates y te dan una visión parcial y desviada de las personas o situaciones. Trabájalos.
CIUDAD DE MÉXICO. La autonomía y la conciencia de ti misma son dos elementos que pueden impulsar tu desarrollo profesional y personal. Para ello, tienes que trabajar en un tema tan puntual como individual: tu sesgos o juicios inconscientes.
Maricarmen Bernal, cofundadora y asesora académica de Dalia Empower, explica para Dalia News+Media que a diario las personas viven y actúan bajo sesgos inconscientes, los cuales se definen como evaluaciones o juicios automáticos sobre personas, situaciones o cosas. Es decir, dice, “ocurren sin que nos demos cuenta”.
Como resultado, se asigna una serie de características o atributos a esas personas o situaciones, lo que produce una visión parcial, desviada o hasta engañosa de ellas.
Los sesgos son naturales y por sí mismos no tienen un carácter negativo o positivo, detalla Bernal, pero es importante que los identifiques en tu vida diaria para conocer cómo influyen en tu comportamiento.
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En primera instancia, los juicios inconscientes están relacionados con factores como el ADN y la herencia de las personas, así como con su ambiente cultural, familiar, social, la educación o incluso el país de residencia, con sus usos, costumbres y valores.
Las vivencias de cada persona tienen también un gran peso en la configuración de juicios inconscientes y, además, un sesgo será más intenso si está relacionado con emociones.
Existen dos tipos de sesgos: los cognitivos y los emocionales. Pero todo sesgo es de ambos tipos debido a la experiencia que los provoca a través de un marco personal, racional y afectivo, de acuerdo con la también representante para México y Latinoamérica de Catalyst, firma enfocada a impulsar el liderazgo de las mujeres.
¿Cómo afectan los sesgos?
En resumen, los sesgos son filtros de información condicionados social y culturalmente, y provocan que tu visión de la realidad sea parcial.
“Esos filtros lo que hacen es interpretar todas las experiencias que vivimos”, menciona Bernal. Trabajan con la memoria y con el pasado de la persona.
Bajo esos términos se comprende que tienen un impacto en cómo ves la realidad y reducen tu campo de conocimiento.
Y afectan tu atención y tus habilidades de comunicación. En vez de enfocarte en la totalidad, te enfocas en el sesgo; dejas de escuchar a las personas sobre las cuales tu mente está construyendo juicios e, incluso, las excluyes con lenguaje no verbal si no conectan contigo.
Sin importar si son sesgos por afinidad -donde compartes algo en común con una persona-, o sesgo por contraste -en donde comparar a una persona con otra, no tanto por su talento, sino por lo que esa persona representa para ti-, es importante identificar su origen.
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Cómo trabajar con tus sesgos inconscientes
- Reconoce que tienes sesgos y verbalízalos.
- Trabaja tu memoria para hacer conscientes tus sesgos. Recuerda la sensación que te causó una experiencia particular para entender reacciones futuras de episodios similares.
- Identifícalos con una sana autocrítica. Es un trabajo que debes hacer constantemente porque se construyen de acuerdo con los procesos de vida que atraviesas.
- Trabaja con tu inteligencia emocional: sentimientos como miedo, rechazo, incertidumbre, suelen derivar en esos sesgos por el temor a no ser valorada ni reconocida.
- Aprende de esos juicios, ábrete y entiende que otras personas también los tienen, con el objetivo de que mejores tus procesos de comunicación
- Aprende a conocer mejor a las personas y a tener una actitud de apertura para ver las diferencias que suman.
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Cuando trabajas con tus sesgos, puedes ser más auténtica y eso te abre más espacios de creatividad, conocimientos y perspectivas.
Pero también se benefician los demás, pues les abres una zona de autoconfianza que impulsa su desarrollo personal.
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