La era Merkel se extingue, pero deja todo un legado sobre liderazgo

Después de 16 años como canciller de Alemania, Ángel Merkel se retirará haciendo historia, tras las elecciones del 26 de septiembre próximo.

Foto: Jonas Schönfelder / Vía Wikimedia Commons
Foto: Jonas Schönfelder / Vía Wikimedia Commons

CIUDAD DE MÉXICO. “Viví mucho tiempo detrás de un muro como para desearlo de vuelta. Si ahora tenemos que ofrecer disculpas por ayudar en situaciones de emergencia, entonces este ya no es mi país”. Esa es y será una de las frases más recordadas de Ángela Merkel, la canciller alemana que este 2021 se despide no solo de su cargo tras 16 años de ejercerlo, sino de la escena global, en la que también ha dejado todo un legado.

Alemania se encontraba en los ojos del mundo cuando Merkel decidió abrir sus puertas a los miles de solicitantes de asilo que provenían de Siria y la presión crecía cuando gobernantes de otros países lo consideraban un error.

Muchos años antes, a Merkel le habían dicho que sus raíces le harían crecer y ser una mejor política. Lo demostró en 2015, al liderar la ayuda a los refugiados sirios, en una de sus decisiones más polémicas. Y aunque le costó votos de castigo, logró mantener su imagen y su cancillería hasta este 2021, cuando ella misma decidió retirarse.

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Angela Dorothea Kasner -su nombre previo a su primer matrimonio- ha figurado 10 veces en la lista de la revista de negocios Forbes como una de las mujeres más poderosas a nivel global.

En público, suele aparecer con atuendos integrados por chaquetas de colores vistosos y un semblante seguro y sereno, lo que ha sido interpretado de múltiples formas por los medios de comunicación durante los años que lleva en el poder.

Sus orígenes: la Alemania socialista

Nació en 1954 cuando Alemania estaba dividida por un muro, fatídico y siempre vigilado, entre la parte comunista y la capitalista.

El llamado Muro de Berlín fue levantado luego de que Alemania fuera derrotada en la Segunda Guerra Mundial y los principales países adversarios combatientes -Estados Unidos y la entonces Unión Soviética- se distribuyeran su territorio.

Merkel nació en Hamburgo, Alemania Occidental (capitalista), pero sus padres, un pastor luterano y una profesora de latín e inglés, migraron al este, Alemania Oriental (socialista) debido a que su padre había sido enviado como misionero.

Ella recuerda la construcción del Muro de Berlín, según recoge la revista Gatopardo, cuando su papá le comentó que en los bosques se amontonaban alambres de púas y tan solo unos días después comenzó la edificación de la barda.

“Mi padre ofreció ese domingo un servicio religioso y había un ambiente horrible en la iglesia. Nunca lo olvidaré: las personas lloraban, mi madre también lloraba”, cita la revista

En territorio comunista creció con una disciplina férrea y llena de prohibiciones. Según ha dicho a medios de comunicación, no podía permitirse detalles básicos de vida que sus primos, del otro lado del muro, podían hacer.

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Uno de sus sueños era conocer Estados Unidos, pero era imposible debido justo a las prohibiciones de su país, de las cuales muchas personas desearon huir por décadas. Algunas lo intentaron sin éxito y sucumbieron a las balas del ejército alemán socialista que vigilaba férreamente el muro para que sus ciudadanos no escaparan. Algunas más, no obstante, pudieron lograrlo.

En esa atmósfera, no obstante, Merkel adquirió una seri de aprendizajes que ha sabido explotar, como una alta disciplina o el dominio del idioma ruso, el cual le ha sido muy útil en las conversaciones de su homólogo Vladimir Putin.

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Tienen un doctorado en Fisicoquímica y se graduó con su tesis Influencia de la correlación espacial de la velocidad de reacción bimolecular de reacciones elementales en los medios densos.

En aquel tiempo se casó con el físico Ulrich Merkel (1977), de quien tomó el apellido, pero se divorció cinco años después.

Vivió de “okupa” en un piso abandonado porque no tenía empleo y la República Democrática Alemana (RDA) no concedía vivienda a personas desempleadas, de acuerdo con Forbes.

Después trabajó como investigadora en el Instituto de Química Física en la Academia de las Ciencias.

Al igual que con la construcción del muro de Berlín, recuerda igualmente el día de su caída. Era el 9 de noviembre del 1989 y ella como todos los jueves fue al sauna con su amiga, según señala Gatopardo. Uno de los días más emblemáticos de Europa y que es recordado por generaciones y generaciones, no hizo que ella cambiara su rutina.

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Su ascenso político

Como sucedió con muchas otras personas, la caída del muro de Berlín le abrió puertas y buscó cómo vincularse a movimientos. Así llegó a Despertar Democrático, donde comenzó su carrera instalando computadoras.

Para 1990 ya era portavoz adjunta del Gobierno de la República Democrática Alemana (RDA), cuando Alemania aún se encontraba dividida por la influencia soviética y occidental. La reunificación llegaría, no obstante, en octubre de 1990..

Ese mismo año, su partido formado en Alemania del Este (con el que, según se recoge en distintas publicaciones, nunca comulgó pero lo utilizó para llegar a espacios de decisión), se unió al partido Unión Demócrata Cristiana (CDU). Eso catapultó su vida política.

Su mentor fue el que en ese momento era canciller, Helmut Kohl. Según algunos señalamientos populares, justo él le habría dicho que en su origen estaba su capacidad para crecer en la política.

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En 1991, Kohl la nombró Ministra de la Mujer y la Juventud. En 1994 se convirtió en Ministra de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear.

Cuatro años después llegaron las elecciones federales de Alemania, el gobierno de Kohl fue reemplazado por la oposición. Poco después surgió el escándalo de un financiamiento ilegal del CDU que comprometía a varios líderes del partido, incluido Kohl.

Merkel, sin consultar a su propia organización, envió una columna al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, en que pidió la renuncia de su mentor al partido, lanzándose así contra él.

En ese momento ganó fuerza al interior del CDU, que terminó por elegirla presidenta en 2000 y con ello, en líder de la oposición.

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Cuatro veces canciller

En 2005 se convirtió en la primera mujer canciller en la historia de Alemania y también en la primera canciller originaria de Alemania del Este.

"Querida Merkel, eres la primera mujer elegida para ser jefa de gobierno en Alemania. Una fuerte señal para las mujeres y ciertamente para algunos hombres”, dijo el entonces presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert.

Fue reelecta en 2009, 2013 y 2017, pues el sistema alemán permite la reelección sin límites en el cargo.

Durante ese tiempo, ha encarado momentos históricos adversos y complejos que pegaron en su popularidad.

En 2008 enfrentó la crisis financiera mundial. La Unión Europea impuso una disciplina presupuestaria que llevó a los países más pobres a serios problemas, como fue el caso de Grecia.

En 2011 anunció el fin de la energía nuclear en Alemana, luego de que tan solo un año antes su gobierno había decretado lo contrario. No obstante, fue imposible continuar con su plan tras el desastre ese año de la central de Fukushima, en Japón, generado por un terremoto y tsunami.

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En 2015, la apertura de las puertas alemanas a solicitantes de refugio sirios e iraquíes también fue un momento difícil. Le costó un castigo electoral que resultó en un triunfó para la ultraderecha, pues una mayor cantidad de sus integrantes llegaron a la cámara.

El descontento llegó también a las calles bajo protestas que exigieron su dimisión y en que fue llamada “traidora del pueblo”. Pero al mismo tiempo, otra parte de la ciudadanía y del mundo le otorgaron el título de “líder del mundo libre”.

En 2020, la pandemia del virus de COVID- 19 incrementó, curiosamente, su popularidad -que se calcula en 70%- y una buena imagen de su gobierno.

Desde el 18 de marzo de 2020, en que apareció en una transmisión nacional para explicar la forma en que funcionaba el virus- obtuvo el apoyo popular para ejecutar los cierres que estaba solicitando para controlar los contagios, pese a que muchos ministros-presidentes (figura equivalente a un gobernador en México) se oponían.

También tomó medidas como reducir el IVA de 19 al 16%, aplicar subvenciones a empresas y dinero de apoyo a familias.

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La vida que viene

En 2018, luego de su partido sufriera derrotas electorales en Baviera y Hesse, anunció que no participaría en las elecciones de este 2021.

"Soy responsable de todo, de los éxitos y los errores, y esta cuarta legislatura será la última para mí”, dijo Merkel en ese momento en la sede de su partido.

El próximo 26 de septiembre serán las elecciones, aunque no el momento final de su trabajo como canciller, pues debe esperar a octubre cuando tome protesta quien triunfe en las urnas.

Tras ese triunfo corren Armin Laschet del partido de Merkel; Olaf Scholz, por los socialdemocráticas del SDP, y Annalena Baerbock, del partido de los Verdes.

"Se me requerirá y se requiere que siga. Eso será así hasta los últimos días de mi gobierno”, subrayó recientemente, según el grupo alemán de medios DW, que señala que en promedio los nuevos cancilleres demoran entre cinco y seis semanas en tomar sus cargos tras las elecciones.

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Merkel planea retirarse de la política para hacer vida con su esposo Joachim Sauer, con quien está casada desde 1998, pero que rara vez hace apariciones públicas.

“Merkel, que el 17 de julio cumplió 67 años, no deberá preocuparse por sus finanzas. Actualmente, la canciller gana 25,000 euros por mes. A eso se suman algo más de 10,000 euros que le corresponden como diputada del Parlamento, al que pertenece desde hace más de 30 años. Cuando Angela Merkel deje de trabajar, seguirá recibiendo su salario durante tres meses, y luego la mitad durante un máximo de 21 meses como salario de transición”, añade DW.

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