4 lecciones de crecimiento profesional de la economista Valeria Moy, directora del Imco
¿Sabes recibir retroalimentación? La líder del Imco compartió su experiencia profesional en el cierre del programa de liderazgo Mujer 360° de Santander México, impartido por Dalia Empower.
CIUDAD DE MÉXICO. ¿Cómo sueles recibir retroalimentación de una persona líder o colega en tu lugar de trabajo? ¿La recibes de manera cómoda, objetiva, con apertura total a escuchar igualmente la felicitación que la crítica? ¿O más a menudo te molesta y la descalificas?
Saber tomar retroalimentación es una de las lecciones que Valeria Moy, economista y directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), ha aprendido a lo largo de su carrera profesional y que compartió con altas ejecutivas durante el cierre del programa Mujer 360° del banco Santander México, el cual fue impartido por Dalia Empower.
Dalia es la plataforma de educación continúa enfocada en life skills (habilidades blandas), equidad de género, diversidad e inlusión. En este caso, el programa Mujer 360° tuvo como objetivo formar a las personas participantes en networking, personal branding, liderazgo e inteligencia emocional.
Valeria Moy, escritora, podcastera y columnista en varios medios de comunicación, estuvo cuatro años al frente de la organización México, ¿Cómo Vamos? También trabajó en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores e igualmente se desempeñó como investigadora senior para la Harvard Business School basada en México. Ha sido elegida en años pasados como una de las 100 Mujeres Más Poderosas en México por la revista Forbes.
En 2021 fue nombrada también la segunda mujer comentarista sobre economía en América Latina, España y Estados Unidos, de acuerdo con el John Hopkins Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise.
Durante su intervención en el evento de Santander, la economista contó que tuvo la oportunidad de comenzar su trayectoria a muy temprana edad -cuando aún estaba estudiando la licenciatura en el ITAM- en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Ahí, dijo, enfrentó por primera vez muchas situaciones que afectan el desarrollo profesional de las mujeres, como el mansplaining y el piso pegajoso.
4 lecciones que Valeria Moy comparte a las mujeres
1. Marca límites; entre más pronto, mejor
De acuerdo con Moy, se toman decisiones todo el tiempo; unas más importantes que otras. Y entre las más importantes en tu lista, la prioritaria, es marcar tus límites. Hacer esto marcó para ella un antes y un después, y lo mejor de todo es que lo hizo desde el principio de su vida laboral.
Esto sucedió luego que un compañero le dijera vía telefónica: “Mi reina”, “Mamacita” y “Bebé”:
“Baje al piso siete, llegué con esta persona y le dije: Hola, mucho gusto. Mi nombre es Valeria Moy. Por favor, cuando te refieras a mí, dime Valeria. No soy ni “mi reina”, ni “mamacita”, ni “bebé” [...]. El lunes siguiente, me llama mi jefe y me dice: ¿Qué pasó con fulanito? Es que se vino a quejar de que le llamaste la atención. Yo le expliqué lo que había ocurrido y ahí quedó. Esa decisión cambió muchas cosas hacia adelante [...] Creo que es algo que todas las mujeres tienen que aprender a hacer y lo tienen que aprender lo más jóvenes posible”.
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2. Trata de no salir del mercado laboral por completo
La economista mencionó que una de las principales razones por las que no hay mujeres en puestos de toma de decisiones en las organizaciones es la maternidad y la poca o nula flexibilidad en los entornos laborales al respecto.
En su caso, cuando decidió ser mamá, optó por dejar su trabajo de oficina, ya que no estaba dispuesta a cumplir largas jornadas laborales fuera de casa. Sin embargo, conservó su trabajo como profesora, el cual era menos absorbente y más flexible:
“Ese no salirme del mercado laboral por completo hizo toda la diferencia, porque mi permanencia aunque fuera pequeña, me permitió seguir en la trayectoria, cosa que no se le permitió a muchas amigas que se fueron saliendo paulatinamente del mercado laboral. Porque hablar de flexibilidad hace 10 o 15 años era un locura, nadie podía plantearse eso".
3. Aprende a tomar retroalimentación
Valeria considera que una figura clave en su vida fue su mentor Jorge Familiar, quien actualmente se desempeña como vicepresidente y tesorero del Banco Mundial, pero durante mucho tiempo fue su líder en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Entre las muchas cosas que aprendió de él está el saber recibir críticas y retroalimentaciones. Y esto es básicamente, evitar tomarlas como algo personal.
“Las mujeres, quizá por la forma en cómo hemos sido educadas, tomamos peor la crítica. La volvemos personal. No estoy diciendo que los hombres no lo hagan, pero las mujeres lo tomamos más personal y lo sufrimos, lo que es terrible [...] Jorge me ayudó a entender que cuando me llamaba la atención, estaba corrigiendo algo que no había hecho bien porque estaba en un proceso de aprendizaje. Y la única manera de aprender es saber en qué la regaste y qué hiciste bien porque si no, no vas a aprender [...] Mi recomendación para las mujeres es: no todo es personal; chamba es chamba. Aprendamos a tomar la retroalimentación, venga de quien venga, desde una perspectiva laboral porque si no lo hacemos así, va a ser bien difícil crecer y, además, la piel se nos tiene que ir haciendo un poquito más dura".
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4. No asumas; mejor pregunta
Esta última lección va dirigida a todas las personas que lideran, pues durante muchas décadas han tomado decisiones con la intención de apoyar a las mujeres sin asegurarse de que realmente están cubriendo sus necesidades reales, de acuerdo con la Directora del Imco.
Aunque, señala, por fortuna hoy cada vez más personas líderes se acercan a averiguar las problemáticas que les impiden su crecimiento profesional y gracias las condiciones laborales mejoran y abren el camino para la existencia de más liderazgos femeninos en las oranizaciones.
“Antes de decidir en una oficina, quién sabe en dónde [averiguar] qué es lo que necesitan las mujeres de la organización. Pregúntenle a las mujeres qué es lo que necesitan porque, a lo mejor, necesitan cosas que ustedes no ven desde una perspectiva laboral mucha más rígida. Sí tienen que romper un poquito la forma en la que han trabajado y operado".
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