Hay historias de liderazgo que abren grietas en el techo de cristal para ellas y para las que vienen después. Así es la vida de Delice: hecha de valentía, determinación y la convicción de que cada límite puede transformarse en oportunidad para todas.

Delice Cruz supo lo que era mirar el techo de cristal de cerca cuando le dijeron que el espacio para mujeres estaba agotado y que el cupo ya se había llenado. Pero ante cada límite impuesto eligió moverse, reconstruir el mapa y tejer nuevas rutas, no únicamente para ella sino para todas las que busquen cumplir sus sueños.

En vez de aceptar esa frontera invisible en la que únicamente unas pocas mujeres podrían llegar a liderar, Delice decidió buscar la manera, cambió de escenario, creó nuevos equipos y transformó el obstáculo en impulso. Ese paso la llevó a la posición que ahora ocupa.

Hoy, Delice es la Directora Financiera de Telefónica Movistar. Un puesto al que llegar no fue sencillo, pues en el país únicamente el 11% de las direcciones financieras están ocupadas por una mujer, según el Instituto Mexicano para la Competitividad.

“Era complicado que te pudieran dar a lo mejor alguna posición pensando que no fueras a poder manejar a un grupo donde la gran mayoría eran hombres, cuando eso tampoco debe ser un stopper para que no lo puedan lograr (los ascensos). Mientras tú tengas las capacidades, las habilidades, no importa que te vean que seas mujer o que seas joven, deberían de darte al menos la oportunidad”, contó al mirar atrás y ver las barreras que ha tenido que enfrentar.

Ese camino que recorrió nunca fue en solitario. Aunque en aquella época la palabra “mentoría” le resultaba extraña, observó que en otros ámbitos como en el deporte se impulsaban entre ellas y lograban avanzar.

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Lo que empezó como una búsqueda de inspiración fuera del mundo corporativo, pronto se transformó en una estrategia natural y Delice comenzó a acercarse a líderes afines, preguntar y aprender.

Así fue construyendo una red propia, tejida primero de modelos a seguir y luego de colegas y personas aliadas. Aunque en aquel entonces no existieran los programas formales de mentoría que hoy comienzan a abrirse camino en las empresas.

Con el tiempo, ese instinto por conectar y aprender se transformó en una vocación por acompañar a otras. Delice se ha convertido en mentora tanto dentro como fuera de la empresa donde labora, guiando a nuevas generaciones que buscan romper sus propios límites.

“Cuando yo inicié pues no habían pues todos estos temas de equidad o de diversidad, era muy difícil encontrarlos, encontrabas pocos sponsors o personas que te pudieran apoyar para ir creciendo en la carrera”, dijo.

Pero no únicamente lo hizo dentro de su empresa, Delice ha participado en programas para niñas de escasos recursos a quienes con su experiencia ayudó a guiar para que tengan mejores oportunidades.

“Ahora es parte de mi responsabilidad. Ya estoy en una posición de liderazgo, pues yo también impulsar a que eso se pueda lograr de una mejor manera y que más mujeres se puedan ir sumando a posiciones de liderazgo”, dijo convencida la mujer que fue reconocida con el premio a mejor CFO en 2023, por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). Delice es parte de una comunidad que se sostiene, acompaña y aprende juntas. Únete aquí.

El aprendizaje del liderazgo real

Delice es ahora una de las mujeres que está marcando la pauta en el tema financiero, ha sido reconocida también por Forbes México en un ranking especial de los mejores CFO. Pero llegar allí es, en parte, el resultado de aprender a confiar en las personas.

Antes, dijo, intentaba abarcarlo todo, revisando cada detalle, asumiendo que la responsabilidad de los resultados recaía únicamente en ella. Pero con el tiempo y la experiencia ha aprendido a soltar, a delegar y a confiar en su equipo.

“Desarrollarme como líder sin duda lo principal fue pues las horas de vuelo”, dijo como una buena líder experimentada.

“No delegar por no confiar con el equipo sin duda fue un tema que me costó en su momento, y que lo aprendí, digamos, hasta que pues obviamente yo caí en en un estrés bastante alto (...) creo que ahí fue el momento en que aprendí que uno debe de poder confiar en la gente”, contó como uno de sus errores.

Pero esos errores no la frenan, al contrario, con la resiliencia que la caracteriza aprendió que se puede equivocar pero también levantarse y salir adelante. Supo confiar, mejorar la comunicación y ser la líder que hoy es.

Pero detrás de cada logro profesional, Delice reconoce el valor de las redes personales que la sostienen pues dijo que alcanzar un equilibrio entre la vida laboral y la personal es posible solo cuando existen alianzas genuinas en casa y en el trabajo. Su historia también se escribe en plural: pareja, familia, colegas y amigas han sido parte esencial para su crecimiento.

“El respaldo de la familia ha sido fundamental, el respaldo de mi pareja y también de darte tiempo para uno mismo. Hacer cosas que te gustan hasta sola, o sea espacio para leer si te gusta, espacio para hacer ejercicio si eso es lo que te gusta o espacio para ir al cine si eso es lo que te gusta”, compartió las prácticas de cuidado que la mantienen en equilibrio.

Inspirar para transformar

Como sabe la importancia de una red, Delice contó orgullosa que ella ha sido parte de esa red que apoya y sostiene a otras mujeres. Su mayor satisfacción, reconoció, es ver cómo a quienes acompañó hoy avanzan, sueñan y toman su propio lugar en la mesa de las decisiones.

Cada límite, cada error y cada logro han sido parte de su camino, uno que se recorre mejor en compañía, inspirando y dejando huella para las que vienen después. Delice mira hacia atrás sabiendo que con cada paso abrió espacio para otras mujeres.

“Satisfactorio de saber que puedo pues he podido ayudar a que también más mujeres puedan seguir creciendo”, dijo la premiada CFO, líder, mamá y puntero para romper el techo de cristal.

También puedes conocer a Luz Tamez, quien lidera desde el aprendizaje y crece desde el autocuidado

Preguntas rápidas a Delice Cruz

Dalia: ¿Cuál es tu súper poder?

Delice: El optimismo, ese es mi superpoder. Siempre trato de ver las cosas positivas tanto lo bueno como lo malo que pasa, creo que de todo se puede aprender y siempre estoy viendo la parte buena de lo que pasa.

Dalia: ¿Cuál es el hábito o práctica para reconectar contigo misma?

Delice: Para mí es el agradecimiento, todos los días trato de en la noche al final del día agradecer por las cosas que pasaron en el día, por lo que tengo, por mi familia y eso me hace mucho aterrizar y reconectar. A pesar de todo lo que haya pasado, aunque sea el peor día,cuando conectas con lo que tienes,con la familia y demás es lo que me hace llegar otra vez a mi centro.

Dalia: ¿Qué consejo le darías a una mujer que está dudando de sí misma?

Delice: Si tu no confías en ti misma, quién va a confiar en ti misma, no puedes esperar que la confianza llegue de afuera, entonces es algo que tú tienes que trabajar porque si estás esperando que el de afuera venga pues no. Todos tenemos errores, nadie sabemos de todo, si te falta tener más confianza por alguna habilidad o demás pues la estudias, hay forma de tenerlas y si es algo más interno, no sé esa seguridad para hablar en público o demás, todo se puede practicar, todo se puede aprender, hay que confiar más en uno mismo desde dentro.

Dalia: ¿Qué te ha dejado Dalia?

Delice: A mi Dalia me ha dejado varias cosas, me encantó encontrar un lugar donde pudiera aprender cosas que en otro lados no veía, por ejemplo todo este tema de las habilidades softskills que más que soft me parecen las más hard. El de conocerte a ti misma, el del propio liderazgo, el de la inteligencia emocional, el de la comunicación, sin duda en Dalia es donde he tomado varios cursos para mejorar todo esto (...) es un lugar donde he encontrado personas muy queridas, he encontrado amistades, he podido hacer networking, que creo que también es necesario para en la vida profesional que también es necesario para la vida profesional tenerlo y en la vida personal. Es un lugar donde me siento bien, donde encuentro cosas para aprender y si de algo sirve conocer o que alguien me haya conocido, pues espero haberle dejado algo bueno.