Q&A Inspiring Women: Eufrosina Cruz, Secretaria de los Pueblos Indígenas y Afromexicano del estado de Oaxaca
Eufrosina Cruz nos confesó qué hace en sus momentos de más vulnerabilidad durante su lucha por romper paradigmas a favor de la igualdad.
CIUDAD DE MÉXICO. "Muchas veces me he sentido vulnerable y, ¿qué aprendo en cada espacio donde siento que ya no puedo más? Veo a Diego y digo: yo quiero que Diego crezca en una sociedad en donde, no por el hecho de que sea niño (hombre), tenga más posibilidades", dice Eufrosina Cruz, la mujer zapoteca que cambió la historia de México con su lucha por el reconocimiento pleno de los derechos políticos de las mujeres.
En el capítulo Mujer, mirarnos hacia adentro, de nuestro podcast Dalia Talks, Eufrosina respondió el cuestionario Inspiring Women Q&A que hacemos a todas las entrevistadas.
Durante todo el episodio, conducido por Laura Manzo, conductora del podcast y Directora de Contenidos de Dalia Empower, la política también charló sobre la guerra que las mujeres deben sostener contra sus propios sesgos machistas.
Así fue el Inspiring Women Q&A que tuvimos con Eufrosina Cruz:
¿El día más reciente en que elegiste la valentía en vez del confort?
Cuando decidí incorporarme al servicio público. Estaba como diputada por otro partido y hoy, el gobierno del estado (de Oaxaca) es de otro partido. Y, ¿cuál es el señalamiento?. “Es que ya se vendió, es que ya se entregó”.
Entonces, hubiera sido fácil seguir con las conferencias, con mi libro. A toda madre, viajando, en los mejores hoteles del mundo o de México, pero ¿por qué decidí no hacerlo? Porque entendí que nadie iba a cambiar o visibilizar lo que estaba yo diciendo y señalando por mucho tiempo.
Porque el espacio que hoy yo tengo se llamaba Secretaría de Asuntos Indígenas y, en la vida lo que no se menciona o nombra correctamente no se puede defender; no se puede amar. Los indígenas no somos un asunto, no somos un caso, un expediente. Somos pueblos; somos personas.
Entonces, cuando yo decidí aceptar, yo le dije al gobernador: sí, pero si le cambiamos el nombre, si le vamos a dar vida, si en su plan estatal de gobierno estará como eje transversal, si incorporamos a la población afromexicana por primera vez en la política pública del estado. Que sea el primer estado que tenga como eje transversal, en sus políticas, el desarrollo de los pueblos indígenas y, para eso, se necesita una modificación y una ley. Si sí, le entro; si no, muchas gracias, ahí nos vemos.
Por eso tomé el riesgo y la decisión de asumir esa responsabilidad porque me hubiera yo quedado con mis conferencias, con mi libro, con mis viajes. Pero he entendido en mi vida que tengo que ir arrebatando esos espacios para que se nos dé la dignificación que estamos pidiendo. Que no nos vean como grupos vulnerables a los pueblos indígenas.
Cuéntanos un momento en que te hayas sentido vulnerable y qué aprendiste
Muchas veces me he sentido vulnerable y ¿qué aprendo en cada espacio donde siento que ya no puedo más? Veo a Diego (su hijo) y digo: yo quiero que Diego crezca en una sociedad en donde no por el hecho de que sea niño (hombres) tenga más posibilidades. Quiero que crezca en una sociedad en la que sepa que él tiene que construir sus oportunidades. Yo le voy a generar las mismas condiciones, pero él tiene que construir sus oportunidades.
Es mi mayor fortaleza.
¿Cuál es tu mayor batalla interna y cómo la sorteas?
Lo mismo, el dejar a Diego mucho tiempo. Que tenga que salir a las 8 de la mañana o tenga que no llegar; que no pueda llegar a un festival de Diego y que me diga: “No te lo voy a perdonar”.
Es mi peor lucha interna. Pero también, ¿qué les digo a las mujeres? Que es parte de lo que nos toca asumir y no sentirnos culpables porque luego la sociedad te dice: “Qué mamá más ingrata. ¿Cómo le hace? ¿Por qué no tuviste otro hijo? Qué ingrata eres; qué egoísta eres”.
No. Es un tema de decisión y asumo esa responsabilidad. Si Diego el día de mañana cuestiona o reclama, ya le daré mis argumentos a Diego y espero que lo entienda.
¿Cuál es tu poder y cómo lo usas?
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Es el ser rebelde; decir las cosas como son. Eso ha sido un poder, pero también ha sido un problema. Pero creo que, gracias a eso, si yo no me hubiera rebelado desde mi casa y decir: yo no quiero hacer tortilla, yo no quiero cocinar, yo quiero ir a traer leña en el burro, yo quiero jugar con los niños... Creo que esa rebeldía ha sido mi mayor fortaleza.
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