CIUDAD DE MÉXICO. Paciencia, su mayor reto; críticas hirientes, su mayor miedo. María Hanneman, la pianista mexicana prodigio que a sus 16 años ha asistido a 22 festivales alrededor del mundo, ha ofrecido más de 40 conciertos y recitales, y ha tocado con más de ocho orquestas en dos continentes, trabaja todos los días en las habilidades que le ayudan a encarar y resolver esos dos temas que más la desafían.

El primero, confiesa, ser poco paciente. “Me desespero muy fácil; no tengo mucho paciencia. Entonces, cuando no me sale [alguna pieza] primero intento relajarme y pienso en que no me va a salir a la primera; que lo tengo que intentar más veces", cuenta en entrevista para Dalia Empower, el proyecto de educación continua que ayuda a las mujeres a alcanzar sus metas a través del aprendizaje de life skills (habilidades blandas).

"Así que lo intento muchas más veces", agrega la joven pianista. "Y si de plano no me sale, me paro, voy por agua, juego con mis perros y cuando ya estoy más tranquila lo intento de nuevo".

Hanneman Vera ha conquistado varios de los escenarios más importantes de México y el mundo, como el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México; el Carnegie Hall de Nueva York; el Royal Albert Hall de Londres y el Mozarteum de Salzburgo, Austria. Su curiosidad, amor por la música, talento, disciplina y el apoyo de sus padres, han sido fundamentales en esos logros.

El segundo aspecto que más la desafía son los comentarios negativos y dolosos. Dice que es lo más complicado con lo que se ha enfrentado y que, de hecho, el mayor de sus miedos es que algún día le digan algo tan doloroso que pueda desanimarla. No obstante, confía en que el soporte y guía de sus padres la mantendrán siempre en el camino.

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“Creo que no he tenido momentos realmente difíciles, pero si tuviera que elegir, serían todos esos momentos en los que la gente te dice cosas feas y te echan puro 'hate'", narra.

"Sí me han pasado varias cosas que pienso que no era necesario que las hicieran, o comentarios o cosas que ponen en las redes sociales. Pero cuando pasan ese tipo de cosas, intento que no me afecten, no hacerles caso. Mis papás me ayudan mucho. Hablo mucho con ellos de estos temas, de la gente envidiosa, de los criticones, de los celosos, me dicen: 'Tú enfócate en lo tuyo; no les hagas caso; mejor demuéstrales que lo que están diciendo está mal y que no valen la pena sus comentarios'. Y es lo que estoy haciendo”, enfatiza.

No obstante, cuando se trata de críticas que le ayudan a crecer, la situación es muy diferente. “Cuando sé que me están dando una crítica que me va a ayudar porque quieren que me vaya bien, claro que lo tomo en cuenta. Pero luego sí hay maestros que te dicen cosas, que según ellos son para que mejores y para que aprendas, pero te lo dicen de una forma horrible, que digo: 'No le voy a hacer caso porque me lo pudo haber dicho de una mejor forma”.

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El piano, "un compañero"

María nació en la Ciudad de México, un 27 de marzo de 2006 y ha estado acompañada por la música desde que tiene uso de razón. De hecho, al ser hija única encontró en el piano a un compañero de vida.

“Desde chiquita escuchaba muchísima música clásica, en especial de piano. La escuchaba para dormir, para comer, para bañarme, para jugar, para todo”, comparte la joven María.

“Me gustaba mucho el sonido, veía en la escuela a la maestra de música tocar, mientras nosotros bailábamos, y me daban mucha curiosidad esas cositas que bajaban [piezas del piano]. Andaba ahí de metiche, en lugar de estar trabajando. Me llamaba muchísimo la atención hasta que me regalaron un piano de juguete y luego me metieron a clases de piano", rememora.

A los cuatro años, María comenzó a estudiar piano. A los nueve, ingresó al Conservatorio Nacional de Música, en la Ciudad de México. La música clásica o culta significa mucho para ella, pues le ha permitido conocer el mundo. Además ayuda a relajarse, a concentrarse y estimular su imaginación.

“Para mí la música clásica es todo. Me encanta; siempre me ha encantado y siempre me seguirá encantando. Me relaja muchísimo, me ayuda mucho a concentrarme cuando estoy haciendo tarea y me encanta tocarla”.

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"Yo me lo había propuesto"

A lo largo de su carrera ha ganado 27 premios -siete nacionales y 20 internacionales. Entre los más destacados se encuentran: primer lugar en la IX Bienal Internacional de Piano, Música Clásica Formal, en Mexicali, Baja California; primer lugar en el Concurso y Festival Internacional de Música Rusa, en Vancouver, Canadá, y primer lugar en el 2021 International Music Competition, London Grand Prize Virtuoso, Londres, Inglaterra.

Pero fue gracias al 2020 International Music Competition Grand Prize Virtuoso, en Salzburgo, Austria -donde igualmente obtuvo el primer lugar- que conoció al tenor mexicano Javier Camarena, quien la invitó a tocar con él en su gira por México en 2021, cosa que María jamás hubiera imaginado. Camarena es uno de los mejores tenores en la actualidad y ha actuado en los teatros más importantes del mundo.

“De chiquita nunca me imaginé llegar hasta acá, la verdad; salir de México, estudiar en otra escuela, tocar en el [Festival] Cervantino y todo lo que he hecho, nunca me lo imagine. Y cuando se me empezó a cumplir, me di cuenta de que yo me lo había propuesto, que era el resultado de todo el trabajo duro que había hecho, que ya lo estaba logrando y que los sueños sí se cumplen. Es el premio del trabajo duro”, dice a Dalia Empower.

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"Deben enterarse de que hay música clásica"

A lo largo de los años, María ha ido tomando conciencia de que su trabajo puede ayudar a que los jóvenes se acerquen a la música clásica y diversifiquen y enriquezcan su conocimento y gusto en la música, pero también a que no tengan miedo de perseguir sus sueños.

“Espero que con mi trabajo mucha gente se dé cuenta que no importa la edad que tengas, puedes hacer lo que a ti te guste y lo que quieras. Aunque la gente te diga que no puedes porque estás chiquita o lo que sea. Y también que se den cuenta de que el piano y la música clásica no es aburrida, no es música de viejitos”, menciona.

María opina que para que la juventud se interese en la música clásica, primero deben enterarse de que existe.

"Hay gente solo escucha reggaeton y todo eso. Entonces, deben enterarse de que hay música clásica y que es muy bonita. Que les puede gustar; que se pueden imaginar muchas cosas, que se tomen el tiempo de escucharla, que sus papás les enseñen la música clásica y, tal vez, escuchándola se animen a tocar un instrumento".

Ella misma es diversa en sus gustos musicales y habla de sus dos piezas favoritas de música culta, así como de otros géneros y artistas de los que es fan.

“Son dos que todavía no toco [sus piezas favoritas], pero que quiero tocar. Es La Campanella de [Franz] Liszt y el Concierto No. 3 de [Sergei] Rachmaninoff. No es que no las pueda tocar, solo que aún no estoy en el grado para tocarlas”.

Además, le encanta el jazz y el pop. “De jazz me gusta un músico español que se llama Joan Chamorro, que tiene una banda en España, y de pop me gusta Justin Bieber, Shawn Mendes, Billie Eilish, Ariana Grande, Harry Styles, Lila Downs y Jesse & Joy”.

Pero María también es consciente de que la juventud logrará diversificarse en el aspecto musical si sus madres y padres logran jugar un rol fundamental en ello, acercándose también a la música clásica y facilitando ese acercamiento a sus familias. Y, más allá de ello, deben lograr ser un apoyo para que sus hijas e hijas logren sus sueños.

"Sin ellos [sus propios padres] no estaría haciendo todo lo que hago. ¿Quién me llevaría a los conciertos o a los concursos? Entonces, sí es muy importante que tus papás te apoyen en lo que te gusta y también el apoyo de tus maestros”, destaca.

"No sé si ya me pueda considerar exitosa"

En 2020, María fue nombrada por la revista Quién como una de las 50 personalidades mexicanas más importantes que han realizado algo trascendente por México. Y el año pasado integró la lista de los 100 mexicanos más creativos de 2021 de la revista Forbes. En la actualidad, colabora en el noticiero del periodista Julio Hernández Astillero, donde ofrece las recomendaciones musicales de fin de semana.

“Para mí, éxito, es trabajo duro y dedicación. No sé si ya me pueda considerar exitosa, lo que sí sé es que soy muy dedicada a esto”.

A tan corta edad, ha logrado verdaderas hazañas; no obstante, tiene claridad de que aún le restan muchos sueños por cumplir.

“En 10 años ya me veo con la carrera terminada, viajando mucho con mis papás, con mi amigas, con mis maestros. Tal vez, haciendo una gira; ya haber tocado en todos los lugares y con todas las personas que quiero y seguir haciendo esto que me gusta mucho. Me encantaría volver a tocar en la sala principal de Bellas Artes con orquesta; en el Carnegie Hall de Nueva York; tocar de nuevo con Javier Camarena; con María Katzarava; con Gustavo Dudamel y la Filarmónica de los Ángeles; con Alondra de la Parra; tocar en Europa; en los lugares en los que se pueda. También me gustaría tocar con Lila Dows y con Jesse & Joy”.

Por otra parte, tras un estricto proceso de selección de más de un mes y entre 40 aspirantes de todo el mundo, María logró ser aceptada en el prestigioso Centro Integrado de Música Padre Antonio Soler de El Escorial, donde estará estudiando durante dos años.

Se trata de una institución de alto rendimiento, única en España, donde se prepara a jóvenes talentos para ingresar a las mejores escuelas de música del mundo.

En paralelo, continuará inscrita en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, donde cursa el quinto grado de profesional, realizando exámenes de revalidación para aprobar de manera progresiva las materias de su grado. Además, también está cursando la preparatoria abierta.

“Aunque ya haya acabado la carrera, voy a seguir aprendiendo muchas cosas y de mucha gente. Voy a seguir aprendiendo de técnica, de teoría, de historia de la música, de los compositores. Yo creo que de todo se aprende”, afirma la joven Hanneman.

"Con los adultos puedo platicar de más cosas"

Desde que entró al mundo de la música, María se ha rodeado de adultos. Ella asegura que lejos de incomodarla, es algo que encuentra interesante.

“La verdad es que desde que entré a este mundo de la música casi todos mis amigos y amigas son adultos. Tengo más amigos adultos que amigos de mi edad. Sé que suena raro, pero siento que con amigos de mi edad no tengo mucho tema de conversación o estamos viendo nuestro teléfono y ni nos hacemos caso. Y con los adultos puedo platicar de más cosas”.

"Yo no quiero ser así"

A pesar de todo el reconocimiento que ha logrado menciona que tiene los "pies en la tierra" gracias a sus padres. “No me ha ganado el ego. Porque sí conozco a gente que se le 'sube' y es odiosa ese tipo de gente, y yo no quiero ser así. No le quiero caer mal a la gente. También mis papás me dicen que aunque tenga premios y conciertos no se me debe 'subir' porque la gente que es así cae mal”.

En ese sentido, María más bien disfruta de ayudar a otras personas. “Cuando he visto que alguna de mis amigas les cuesta trabajo algún ejercicio, yo me acerco a ellas o ellas me piden ayuda. La maestra de música a veces no me deja hacer ciertos ejercicios porque yo ya me los sé; entonces, me deja ponerme los audífonos o estudiar otra cosa, o me dice que ayude a mis compañeros y me gusta apoyarlos”.

Rumbo al Cervantino con lo "romántico" y "cursi"

María Hanneman ha sido invitada para debutar en el 50 aniversario del Festival Internacional Cervantino. Ofrecerá un recital en el Templo de la Compañía, en Guanajuato, el 22 de octubre. Interpretará obras de Johann Sebastian Bach, Frederic Chopin, Manuel M. Ponce y Felix Mendelssohn.

“Creo que sigo buscando mi estilo, pero por el momento estoy mucho en lo romántico y en lo cursi” comparte entre risas.

Adicionalmente tendrá una serie de presentaciones durante todo octubre en el marco del llamado Circuito Cervantino, con recitales en el Teatro de la Ciudad en Celaya, en el Teatro de la Ciudad en Irapuato y en León, en sede por definir.

“La gente se debe de dar cuenta que hay muchas mujeres muy talentosas en el mundo y en México, y tal vez hay mucha gente que ya se dió cuenta, pero que nos den más oportunidades y que nos tomen en cuenta y que no nos hagan menos por el hecho de ser mujer o por ser menor de edad, o lo que sea. Porque sí hay muchas mujeres muy talentosas en el mundo en la música”.