No es lo que dices, es cómo lo dices
Controlar lo que dices y cómo lo dices, habla de cómo te relacionas con otros. La consultora Ale Marroquín comparte 5 tips.
Por lo general, en el mundo profesional las personas actuamos con la intención de impactar positivamente. Sin embargo, en algún momento nuestras acciones se malinterpretan sin motivo aparente porque los interlocutores no tienen acceso a nuestras buenas intenciones y podemos ser malinterpretados.
Recuerda que cuando alguien percibe que que estás siendo muy directa o agresiva, seguramente es porque así lo estás proyectando. En lugar de sentirte agredida porque no captaron tu intención, haz conciencia de si es algo que se puede modular.
Sobre todo en las mujeres que somos muy directas, puede ser un campo a mejorar. Cuando llegué de Torreón, Coahuila, hace muchos años, para trabajar en el medio financiero, mi acento era muy golpeado. Cuando hablaba, sobre todo por teléfono, las personas me preguntaban si estaba enojada. Fue entonces que de manera consciente y con intención empecé a modular mi tono de voz.
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Aunque no es magia, es algo que se puede trabajar. Te quiero compartir algunos tips que pueden influir en que tu comunicación sea más asertiva, que siga teniendo impacto y que quizá no se sienta malintencionada.
Tips para comunicar asertivamente
- Tómate unos segundos para contestar ante un diálogo. Sobre todo cuando puede sonar reactivo. Si en una junta alguien está comentando algo con lo que no estás de acuerdo, da unos segundos para intervenir. Asegúrate de que tu tono de voz sea el correcto. Ese espacio puede hacer que fluya mejor la conversación y que no seas perciba como reactiva o a la defensiva.
- Cuida tu forma de intervenir en una discusión. A veces el cerebro nos delata y nuestra voz interna se opone a algún comentario, entonces la primera palabra con la que respondemos lo refleja. Les pongo un ejemplo: “No, el tema es el siguiente…” Si por el contrario empiezas de forma positiva, creas una energía de cohesión entre los participantes. Puedes usar frases como: “Gracias por tu comentario, yo difiero de esa sugerencia y tengo otra opción”.
- Habla pausado y calmado. Cuando te aceleras tus palabras pueden sentirse atropelladas e invasivas. Si guardas la calma, sin correr prisas, siendo breve pero relajada, tus comentarios podrán ser mejor recibidos.
- Evita hacer una cadena de contestaciones. Sobre todo cuando no se ha entendido tu mensaje y quieres continuar la discusión para que quede claro. Esto puede sonar a necedad y puede influir en la forma que perciben tu reacción. Evita engancharte. Procura dejar que otros hablen. Permite que se expresen y entonces, si realmente es relevante contribuir, participa. En ocasiones, cuando te tomaste tiempo para reflexionar, te das cuenta que ya no es necesario que aportes más información.
- Medita antes de eventos en los que es probable que se ponga intensa la discusión. Ir con una mente relajada, pensando en lo bueno que tienes y saber que no es personal, permite que tus reacciones sean más sutiles. Inténtalo y vas a notar la diferencia.
Recuerda que controlar lo que dices, cómo lo dices, habla de tu inteligencia emocional y de cómo te relacionas con otros para influir positivamente. Sobre todo en las mujeres, donde en ocasiones ser directa puedes ser interpretado como agresivo.
Esta nota fue publicada originalmente en el blog de Retos Femeninos
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