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CIUDAD DE MÉXICO. Los primeros años laborales fueron cruciales para Cecilia Partida, quien en la actualidad es directora general de Nielse IQ México, uno de los líderes globales en medición y análisis sobre el consumidor. Durante esos años encontró el área en la que se especializó, sembró las habilidades que la llevarían a ascender en su carrera, conectó con su verdadera vocación y conoció a jefas que se convirtieron en mentoras y le enseñaron a confiar en sí misma.

Trabajar como becaria en Televisa Guadalajara, de donde es oriunda, dos años antes de terminar la carrera en Ciencias de la Comunicación, fue uno de sus primeros aciertos. De ahí surgieron los contactos y los aprendizajes que la marcaron profesionalmente.

Ese trabajo le abrió la visión sobre qué área le interesaba y le hizo adquirir experiencia. “Quería terminar la carrera con cierta experiencia profesional, y me ayudó mucho porque no llegué en blanco al campo laboral”, dice Cecilia Partida.

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Ahí se dio cuenta que la mercadotecnia era el campo en el que quería estar y en especial la investigación de mercados. Desde entonces entendió la importancia de apoyar con información al área comercial para sustentar sus propuestas, que en el caso de la televisión eran los ratings, que le proveía la firma IBOPE AGB.

“Fue algo que marcó mi carrera profesional, porque empecé a involucrarme en el mundo de la investigación y entendí la importancia de los datos de audiencia y el impacto en las decisiones de negocio”, dice Partida.

También conoció a la empresa que le vendía a Televisa la información de los ratings, IBOPE AGB México, que tras terminar la carrera se convirtió en el primer lugar en el que trabajó profesionalmente y donde conoció su verdadera vocación.

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La autoconfianza

Para Cecilia, su madre ha sido su inspiraciión. Aunque quedó viuda de su papá a los 45 años, nunca la vio derrotada y fue para ella un gran ejemplo de que, querer es poder. Sacó a cinco hijos adelante, en edades entre los 10 y 22 años. “Si tienes claro tu objetivo y pasión por lo que haces las cosas se dan de manera natural”, sostiene.

Al terminar la carrera, Cecilia se casó y se mudó a la Ciudad de México. Cuando buscó trabajo no dudó en tocar la puerta de IBOPE AGB México, donde recibió una respuesta positiva. Empezó desde abajo, como ejecutiva de cuenta junior y ascendió hasta directora Comercial, último cargo en 12 años de labor ahí.

En IBOPE conoció a alguien que, después de su mamá, es la persona que más la ha marcado en su trayectoria y que más admira, Ana María Ortega, que en ese entonces tenía la Dirección Comercial y de Servicio al Cliente. “Gracias a ella tuve la oportunidad de crecer”, dice.

Además de enseñarle sobre el negocio como la jefa que era, para Partida fue una mentora que a través de imponerle retos y darle su confianza la impulsó. “Me asignaba proyectos que yo misma dudaba que podía llevar a cabo”, refiere. “Mi mayor aprendizaje fue confiar en mí y sentir que tenía una red de apoyo importante que me iba a respaldar”.

Uno de los mayores ejemplos, en el que le dio la oportunidad de liderar una cuenta y un equipo, incluso, fue cuando obtuvo su primera gerencia. Ya tenía cinco años en la empresa y ya había demostrado tener conocimiento del negocio y habilidades como el manejo de clientes y la resolución de conflictos.

Aprendió tan bien de su maestra, que cuando Ana María Ortega dejó la dirección Comercial, en 2012, Cecilia Partida la relevó en el cargo.

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El servicio

Para Cecilia Partida, el servicio al cliente no es solo una función o un área, es una habilidad y, en ella, una vocación. Desde que empezó en IBOPE estuvo en el equipo de servicio a clientes. “Estar en contacto con ellos, entender sus preocupaciones, sus necesidades y definir cómo les vamos a dar respuestas utilizando nuestra data es algo que siempre me ha gustado”.

Estar en esa área le hizo desarrollar capacidades específicas. La principal de ellas es la escucha activa, dice Cecilia, el tener empatía y entender la necesidad de los clientes. “Los equipos que dan la cara al cliente tienen que ser una extensión de ellos de manera interna”. Cuando se logra ese entendimiento, dice Partida, se abren oportunidades para desarrollar nuevas soluciones y el cliente siente a la compañía como parte de su equipo. “La orientación al cliente es una vocación que desarrollé y que sigo manteniendo”.

Para lograrlo, uno de los mayores retos, según la ejecutiva, es ganarse su confianza y ser siempre transparente. “Hay que aprender a entender cuáles son sus prioridades estratégicas, para qué utiliza la información y ofrecerle soluciones”.

Pero quizá no siempre hay una respuesta a sus expectativas, por limitantes que puedan tener los productos. “Hay que agotar todas las posibilidades, pero si no se logra, hay que tener la apertura para poder hablarlo con ellos”, señala Partida. }

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La vulnerabilidad

A mediados de 2012, IBOPE y Nielsen, firma líder de medición de mercados, se unen en un joint venture. Partida continuó como Directora Comercial en la nueva estructura hasta que cuatro años después le ofrecen pasar de la división de medios -en la que había estado 16 años- a la división de consumo.

Si bien seguía como directora Comercial, fue un reto pasar a otra área y no tener un conocimiento profundo de las soluciones de las que sería responsable. Pero “querer es poder”, dice Partida.

Su pasión por lo que hace y por su equipo de trabajo fue uno de los factores que más la impulsó en ese momento, pero sobre todo el tener claros su manera de liderar y sus habilidades para ello. “Mi estilo de liderazgo está muy enfocado en ser habilitadora para que mi equipo logre sus objetivos, y genera una dinámica de mucho apoyo de mí hacia ellos y de ellos hacia mí”.

Esa experiencia, sin saberlo, la preparó para otro ascenso algunos años después, en 2022, como directora general de NielsenIQ. Al estar a cargo del negocio completo, el gran reto que se le presentó de nuevo fue aprender de áreas que no conocía ni tenía experiencia. ¿Cómo lo resolvió? “Algo que aprendí es que cuando uno tiene la humildad de reconocer que necesita aprender de otras personas su reacción es diferente”.

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Mostrarse vulnerable también generó cercanía con su equipo. “Sienten que pueden tenerme confianza porque me estoy abriendo a decir: ‘Esto no lo sé y necesito su ayuda para aprender”.

Partida carecía en ese momento del conocimiento técnico operativo, que tendría que aprender, pero podía aportarles todo lo que sabía sobre el manejo de los clientes. “Sé lo que les duele, qué esperan de nosotros y qué necesitan. Ahí vino mi aportación”.