Redes que salvan: el poder colectivo de acompañarnos entre mujeres
Detrás de cada mujer que crece, hay una red que impulsa. No es suerte: es comunidad, estrategia y conexión real.
Desde las amigas que celebran nuestros logros hasta las comunidades profesionales, es la forma más inteligente de crecer, romper techos de cristal y acelerar el futuro.
Cuando Adriana rompió con su novio, lo primero que hizo fue llamar a su mejor amiga. Cuando la despidieron del trabajo, le marcó a su mamá. Cuando obtuvo la beca para la maestría, le escribió a sus amigas. Cuando dudó de sus negocios, pidió ayuda a otras emprendedoras. Adriana, como muchas mujeres, no estuvo sola. Tuvo una red que la acompañó, ayudó, protegió e impulsó a seguir.
El éxito no se sostiene en solitario, detrás siempre hay redes que ayudan. Conectarse con otras personas genera mayor bienestar, seguridad, resiliencia, prosperidad e inclusive una vida más larga, según un estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences.
Beatriz Cruz, mentora de Dalia, asegura que las redes de personas son un apoyo en los días buenos y un sostén en los días malos, por lo que son indispensables en las distintas etapas de la vida.
No todas las redes se construyen igual, pero todas cumplen una función vital. Cruz recordó que la primera red suelen ser las amigas, la familia y otras personas que se conocen a lo largo de la vida. Esa red informal de personas que acompañan en el día a día y que ayudarán en los momentos personales.
Pero también, existen redes más formales que son las comunidades de profesionales por industrias, membresías, comunidades estructuradas o grupos de afinidad. Cruz afirmó que estas pueden ser en distintos ámbitos pero coinciden en que comparten intereses comunes.
“Tu primera comunidad son tus amigas, de tu entorno y de tu escuela y cuando tú empiezas crecer y a trabajar, empiezas a buscar otro tipo de comunidades (...) Creo que es importante siempre rodearse de ciertas comunidades en diferentes etapas de vida para dar tus siguientes pasos”, señaló la experta.
Redes que rompen techos de cristal
La importancia de estas redes no es sólo simbólica, un estudio publicado en la American Finance Association, encontró que formar parte de redes profesionales incrementó en 3.7% la probabilidad de que las mujeres (y 2% en hombres) accedan a posiciones de liderazgo.
En un mundo donde la paridad tardará 22 años en llegar, según McKinsey & Company, pertenecer a una red profesional no es accesorio sino una estrategia que acelera trayectorias, expande posibilidades, rompe barreras estructurales y acelera el futuro.
“Las redes exitosas se han descrito durante mucho tiempo como fundamentales para las mujeres que desean romper ‘el techo de cristal’ ya que pueden aumentar las oportunidades laborales, el rendimiento y la satisfacción, la progresión profesional, así como el apoyo social, psicológico y profesional”, señala una investigación en Gender, Work & Organization y añade que las redes formales son una estrategia individual y colectiva en búsqueda de la igualdad de género.
La mentora de Dalia, aseguró que pertenecer a una red es abrir la puerta a nuevas oportunidades ya que no sólo acompañan, sino que también transforman. Además impulsan la marca personal y son una oportunidad para encontrar alianzas.
“Fueron como un vehículo donde yo encontré contención, donde yo encontré apoyo, donde yo encontré gente, mujeres especialmente que tuvieran la misma la misma aspiración en los mismos objetivos (...) si no tienes a tu grupo de mujeres te vas a sentir muy sola en lo que quieras hacer. Y para mí sí me parece que te dan esa contención, ese apoyo, esas alianzas que encuentras, son importantes que te acompañen en este camino”, dijo.
Tejer una comunidad
Las comunidades de mujeres se pueden hacer de distintas maneras, pero son importantes tanto para aquellas que están buscando crecer al interior de una empresa como para las emprendedoras que buscan crear su propio negocio, según Cruz.
“En la parte del emprendimiento es bien difícil para las mujeres que emprenden, porque estás sola, porque posiblemente no tengas a la comunidad de tu corporativo, porque posiblemente estés desde tu casa y vas a tener días que van a ser buenos y días no tan buenos. Es importante que tengas gente que haya pasado por eso para que te pueda hacer esa contención y te pueda guiar en el camino”, afirmó en el caso de las emprendedoras.
Para quienes trabajan en una empresa la situación no es tan distinta. Cruz afirmó que allí las mujeres pueden buscar hacer redes informales con personas de la misma empresa, pero también requieren de otras comunidades ya sea de su sector o por algún interés en común.
Un artículo en Harvard Business Review señala que las mujeres tienen un 40% menos posibilidades que los hombres para establecer un vínculo con un líder senior, aun cuando logren contactar personalmente. Por eso sugiere que las mujeres deben buscar más redes que aporten a su desarrollo profesional y que se conviertan en relaciones auténticas y de confianza.
Cruz aseguró que por ello una red no se trata de perfección, sino de mostrar la vulnerabilidades pues “cuando tú hablas desde esa vulnerabilidad, conectas muchísimo más”
Dar y recibir: el círculo virtuoso
El verdadero valor de una red no está solo en lo que recibimos, sino en lo que decidimos aportar. Escuchar, acompañar o compartir un contacto puede parecer un gesto pequeño, pero esos son los que hacen que una comunidad se sostenga en el tiempo.
“¿Para qué me es útil entrar a esta comunidad? Eso es lo que piensa todo el mundo. Y yo creo que más allá de eso lo que tiene que suceder, es decir ¿qué valor puedo yo aportar?. Y ese es el paso más complejo, normalmente cuesta soltar en ese sentido. Yo lo fui entendiendo en el camino”, dijo la Beatriz Cruz, mentora en Dalia.
Al brindar ayuda también se obtiene algo, pues la comunidad funciona y se vuelve un espacio de intercambio, pero también hay una satisfacción personal al compartir.
“Brindar apoyo emocional puede ser una forma de fortalecer las relaciones sociales y promover el bienestar emocional”, señala una investigación publicada por el International Association for Relationship Research.
Además, según un artículo de The Guardian ayudar y cuidar de los demás suele ser una de las formas más efectivas de reducir el estrés fisiológico y psicológico, incluso más que el autocuidado individual.
Consejos para crear y reforzar una comunidad
Durante décadas nos hicieron creer que la verdadera fortaleza femenina consistía en “poder con todo sola”. Pero lo que parece autonomía muchas veces es, en realidad, sobrevivencia forzada. El precio es alto: aislamiento, desgaste emocional y la sensación de cargar el mundo en los hombros sin red de contención.
Un artículo publicado de Proceedings of the National Academy of Sciences documenta el aumento global del aislamiento social y la soledad, impulsado por factores como la modernización, las disparidades económicas y la polarización. Advierte que la conexión social es una necesidad humana fundamental y necesaria para la resiliencia y el bienestar, por lo que perderla genera estragos en la salud física y mental.
Construir una red no sucede de la noche a la mañana, pero hay pasos sencillos que marcan la diferencia
- Busca a tus amistades: El primer círculo son las personas cercanas, según Cruz, amigas, colegas y contactos inmediatos que ya forman parte de la vida y que pueden convertirse en un punto de apoyo mutuo.
- Busca redes estructuradas: Cruz resaltó que cuando ella se mudó de ciudad, llegó al nuevo espacio a buscar en redes sociales y buscadores de internet algunos grupos que conectaran con sus intereses y gustos. Ahora, sostuvo, se puede hacer también con ayuda de la inteligencia artificial.
- Hacer una selección: No se trata de ir a todos los espacios, sostuvo la mentora, sino de detectar dónde hay intereses o desafíos en común. Ella, dijo, encontró en Dalia uno de los espacios donde desarrollarse.
- Aprovechar los espacios: Una vez seleccionadas aquellas redes que consideren tienen mayor afinidad, comentó, es necesario acudir a las reuniones o actividades de intercambio donde se puede conocer más, convivir y comenzar conexiones.
- Animarse a salir de la zona cómoda y hacer conexiones auténticas: La mentora sostuvo que uno de los puntos necesarios es incomodarse para conocer gente nueva, establecer conversaciones y mostrar vulnerabilidad para lograr conexiones cargadas de autenticidad.
- Aprovechar las ventajas y retribuir: Desde un espacio de escucha activa, un sitio de consejos, aprender a crear el pitch de la marca personal, posicionarse mejor, hacer alianzas, se deben aprovechar las múltiples oportunidades que una red ofrece. Pero también se debe pensar qué se puede ofrecer hacia las demás personas, desde un dato o un tip, un número, el apoyo para hacer algo, cualquier cosa que sea de ayuda o utilidad.
Buscar una red es un acto de inteligencia estratégica. Es sostenerse entre mujeres para salvar proyectos, carreras y hasta la propia vida. Es elegir conscientemente una forma distinta de liderar, una que confía en la fuerza colectiva para acelerar el futuro.
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