La mujer detrás de la enciclopedia del taco

Los libros La Tacopedia o Aguacate han ganado premios mundiales gracias a la pasión, intuición y creatividad de Deborah Holtz, los cuales han sido el combustible de Trilce Ediciones durante más de 20 años.

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Deborah Holtz, directora y cofundadora de Trilce Ediciones. Foto: Tomada de Twitter / @lamuysalsa

[Es] un camino que yo me he hecho como he podido; a trompicones, pero muy honesto y muy auténtico

Deborah Holtz, cofundadora y directora de Trilce Ediciones

CIUDAD DE MÉXICO. “Un día saliendo de una fiesta, como todo mexicano, me fui a echar unos tacos. Y ahí, a las cinco de la mañana, con palillos en los ojos [sic], me le quedo viendo al taquero y pienso: Este prócer de la patria, haciendo 73 tacos por minuto, a las cinco de la mañana y seguro nadie le ha rendido tributo. Volteo a la mesa y todo está puesto, salsas, aguas, tortillas recién hechas. Volteo a otras mesas, está desde el obrero que ya se va a trabajar, hasta la señora del mink que viene de la boda, y los que vienen del ‘reven’. Un lugar totalmente ecuménico, como no hay otro en este país, donde ricos, pobres, regulares, todos difrutan de la misma comida”.

A esa proyección de imágenes en la cabeza de Deborah Holtz, le siguió una revelación: “Me dije: Es una genialidad, merece un tratado, no sucede en otro lugar del mundo, es nuestro ADN. Esto debe ser una enciclopedia.” Así gestó La Tacopedia, el primer libro gastronómico de Trilce Ediciones, un compendio de 16 tipos de tacos, que explica en dónde se producen, de qué animal proceden, cómo se preparan; narrado a través de un diseño muy craneado, imágenes y texto.

En 2014, el título ganó el Gourmand World Cookbook Award, como el mejor libro de cocina en Lationamérica. “Es el libro más importante que existe sobre el taco”, refiere Holtz, quien fundara en los años 90 junto con su socio, el diseñador gráfico Juan Carlos Mena, Trilce Ediciones. Fue su primer premio Gourmand, pues en 2022, su libro Aguacate, recibió el del Mejor Libro de Gastronomía del Mundo.

Holtz, también directora de Trilce hoy, consiguió vender La Tacopedia a Phaidon, una editorial con prestigio internacional, y ahora el libro está traducido al sueco, inglés, italiano, y próximamente al francés y alemán.

Ese pasaje de su vida en una taquería relata no solo cómo nació uno de sus libros más afamados, sino el proceso creativo detrás de las obras que fragua con su socio y cómplice, hasta llevarlas alrededor del mundo a estantes de librerías o a exposiciones.

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Sus libros no nacen pensados en ser negocio, aunque muchos al final lo son. “Yo no vi si hay un nicho de mercado para un libro de tacos. Yo lo que vi es que había necesidad de explicar por qué la cultura del taco era el ADN del mexicano. Por intuición hemos hecho lo que hemos hecho”, señala. Esa es su fórmula, difícil de replicar, combinada con una buen dosis de talento, pues en sus palabras, “donde ponemos el ojo, ponemos la bala”.

Pasión, intuición y creatividad definen a Deborah. “Me va la vida en cada cosa que hago, en cada proyecto”, dice. Su pasión por lo que hace no se ciñe a los libros: conduce desde hace 17 años, cada sábado, un programa de radio en la estación Horizonte 107.9 de FM, dedicado a la salsa y latin jazz, y ha abrazado distintas causas políticas y sociales a lo largo de su vida.

La pasión musical le viene de su padre, ingeniero civil de profesión. Era un melómano que gustaba de todo tipo de música, en especial la de películas. Además era fanático de Pérez Prado, del mambo y del cha-cha-chá. “Sí soy tropicalosa, pero ante todo, ‘beatlemaniaca’ y roquera”, dice.

Contar con una creatividad sin cortapisas, ser mujer empresaria y editorialista independiente, y atestiguar la falta de apoyo a la cultura de parte del Estado y del empresariado mexicano ha implicado para Holtz dedicar un gran esfuerzo y tiempo en conseguir recursos para hacer lo que quiere. “Es un procceso creativo que requiere mucho empeño y, a veces, es desesperante, sobre todo cuando pasan los años y todo mundo te cierra la puerta”.

Pero al final, sus obras, desdeñadas muchas veces por los financiadores, logran el impacto impensable hasta por ella misma y redundan siempre en una satisfacción personal. Ser fiel a sí misma y a lo que quiere ha sido la mejor fórmula para librar los obstáculos que implica ser mujer empresaria en el mundo editorial, aún dirigido mayormente por hombres.

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La Tacopedia / Trilce
Imagen: Tomada de IG @trilcediciones

Somos creativos con una empresa, no una empresa creativa

Deborah Holtz, cofundadora y directora de Trilce Ediciones

Génesis de una pasión

Un día, Juan Carlos Mena, diseñador gráfico e industrial de profesión, llegó con su socia con una serie de fotografías de gráfica popular y una maqueta de un libro. Eran imágenes de letreros de 'changarros' y de todo tipo de negocios de la Ciudad de México de ese entonces, mediados de los años 90. “Eran muchas fotos de cómo nos comunicamos los mexicanos, la tiendita Mi Lupita, la vulcanizadora, con tipografías, letreros, rótulos. Me volví loca”, dice Holtz.

Así nació la idea de hacer un libro que fuera un homenaje a la gráfica popular mexicana: volantes, rótulos, carteles. “Empezamos a investigar, a fotografiar y al final reunimos unas 10,000 fotos de las cuales hicimos una selección y se convirtió en Sensacional de diseño mexicano”. Era el primer libro que publicaba su joven empresa editorial que no era por encargo, pues hasta entonces se habían dedicado a publicar libros y revistas para terceros.

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Sin proponérselo, Holtz estaba empezando un camino como editorialista independiente y un modelo de negocio que aún tiene junto con su socio. “Vivíamos de lavar y planchar ajeno”, bromea, y lo siguen haciendo. Lo que ganan de las empresas lo invierten en sus libros y proyectos propios, “en hacer lo que nos gusta y lo que creemos que se tiene que hacer”. La publicación de proyectos propios y sus “loqueras”, como les llama, fue para Holtz la manera de dar forma a su pasión por los fenómenos sociales, urbanos y de la cultura popular.

Su interés en esos temas ya era visible desde la tesis que elaboró para recibirse de la carrera de Comunicación: el movimiento urbano-popular en Ciudad Nezahualcóyotl. Por dos años viajó a ese municipio del Estado de México para investigar cómo surgió esa ciudad y, de pronto, ya tenía 5 millones de habitantes. La maestría en Sociología Política por la London School of Economics reforzó su andamiaje teórico sobre esos temas. Así vieron la luz obras como Sensacional, La Tacopedia, y Espectacular de Lucha Libre, que contiene las fotografías que Lourdes Grobet tomó de luchadores en sus casas. “Eran más de 70,000 negativos que nadie le había querido publicar”, dice.

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Nuestras intuiciones se convierten en paradigmas a nivel nacional y mundial

Deborah Holtz, cofundadora y directora de Trilce Ediciones

Empresaria ingobernable

Esa forma de trabajar se adecuó a la personalidad y a la necesidad de crear de la empresaria. Antes de emprender pasó por distintos trabajos como empleada, pero la experiencia no le agradó. “No podía hacer lo que yo quería y muchas de las cosas que quería eran inviables. Estar en una organización te constriñe”.

Ser empresaria y mujer no ha sido fácil tampoco. A veces –confiesa– ha pensado en contratar a un gerente que se haga cargo. Si bien tiene un socio, Juan Carlos está en la parte de diseño y edición, y ella es la cara de la empresa, la que está en la calle y está en contacto con los clientes, la mayoría hombres, y también, buscando financiamiento para sus innumerables proyectos.

No le tiene miedo al trabajo fuerte. De hecho, empezó a trabajar a los 13 años, cobrando a los choferes en la planta de gas y después en una gasolinera que eran propiedad de su madrastra. “Tenía esta obsesión de que mi hermana y yo teníamos que aprender a trabajar”. Hoy le agradece esas enseñanzas.

Pero no es fácil delegar pues la forma de llevar la editorial, advierte, es muy singular. “Somos creativos con una empresa, no una empresa creativa. Alguien con cierta estructura se volvería loco con alguien como nosotros. Si llega un gerente y me dice: Ahorita no podemos hacer La Tacopedia, lo mato”, dice con su singular humor negro.

Trilce nunca ha funcionado con una lógica de mercado: a veces Holtz y su socio deciden publicar un libro, porque sí. Así, un día, decidió sacar el libro sobre la escritora Margo Glantz, porque le refleja cosas de su vida; o tomar un avión a Tijuana, después de escuchar el primer disco del colectivo Nortec, para conocer a su fundador Bostich, y después hacer un libro sobre ellos. “Son cosas que no vienen de un estudio, ni de un análisis de mercado. Son certezas que vienen de la intuición”.

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Donde pone el ojo, pone la bala

Holtz también se caracteriza por ser una empresaria incansable, siempre en busca de relaciones, contactos y espacios para dar a conocer sus libros. Eso ha sido clave para que las obras en las que ella y su socio apuestan, sean populares y se conviertan en famosas exposiciones. “Nuestras intuiciones se convierten en paradigmas a nivel nacional y mundial”, dice Holtz.

Sensacional es reflejo de lo que sucedió con muchas de sus libros: se volvió en el primer referente de su tipo, en este caso de gráfica popular a nivel mundial, con ediciones en España, Estados Unidos, Francia. En México muchos creyeron que sería un fracaso y, una vez publicada, fue tema de exposiciones en el extranjero con un éxito rotundo.

Después de la publicación decidió hacer una exposición, pero no en México, porque, en palabras de Deborah, a la “alta cultura” le pareció que la gráfica popular no importa y es de "nacos", algo que también se dijo después del libro fotográfico de lucha libre, señala ella.

A partir de 2003, la exposición de Sensacional, con 600 piezas, viajó a San Francisco, a Washington, a Boston, a Nueva York, a San Antonio, a Glasgow (Escocia), Alejandría (Egipto), Zaragoza (España). “¿Cómo? Matándome. Matándome, encontrando, buscando la manera de tener apoyos. Así conseguí el de Relaciones Exteriores”, refiere Holtz. Ya años después se exhibió en México, incluso actualmente se presenta en Puebla y ha estado en la Ciudad de México y en San Luis Potosí.

La falta de recursos, la historia de siempre, no ha sido un obstáculo, pero si ha atemperado su ímpetu creativo. Eso ha hecho que publicar algunos libros tome varios años, como sucedió con el que hizo sobre el escultor y pintor Pedro Friedeberg, autor, entre otras obras, de las icónicas Sillas-Mano (sillas en forma de mano), a quien –dice– sacó del ostracismo con su libro.

“Fue un trabajo de seis años, de mucho trabajo e inversión propia”, cuenta Holtz. Cada vez que caía dinero en la editorial de algún proyecto para terceros, avanzaban un poco más. Al final fotografiaron unas 600 obras e hicieron una profunda investigación.

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Defensora de los derechos de las mujeres y filántropa

Holtz es una acérrima crítica del poco apoyo a la cultura en México y es una de las causas por las que más ha luchado y que la llevó a ser cofundadora de la Alianza de Editores Mexicanos Independientes hace unos 20 años. “Ahí empezó una lucha para darle un lugar a la edición independiente”. Pero no es la única lucha en la que se ha implicado. Muchos años ha sido asociada de Mexfam, organización que defiende los derechos reproductivos de las mujeres.

Sin embargo, en los últimos años adoptó una causa que le significa mucho, pues releva a su papá en el apoyo que daba a personas que buscan un trasplante de riñón de donadores vivos, gracias al cual él pudo vivir 25 años más. Hasta antes de morir en octubre pasado, su padre había apoyado a 2,000 personas con recursos.

Así organizó ya dos bailes para recaudar fondos. “Seguiré haciendo todo lo que pueda”. Y eso es garantía, pues hay evidencias de que en sus pasiones apuesta todo. Así ha sido su vida como empresaria, “un camino que yo me he hecho como he podido; a trompicones, pero muy honesto y muy auténtico”.

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