La menopausia frena a las mujeres en su momento de mayor potencial profesional
Por el bien de su negocio, las empresas no pueden seguir siendo ajenas; deben implantar políticas para retener a sus empleadas más experimentadas.
CIUDAD DE MÉXICO. En medio de una junta crucial, sus palabras se desvanecieron y su memoria quedó en blanco. De repente, su mente, que siempre había sido un torbellino de ideas, se convirtió en una nube difusa. En ese momento, el pánico se apoderó de Carla Olivieri, la CEO del centro de liderazgo e innovación Aktiva Group, quien en su columna escrita para el diario peruano Gestión, asegura que esa desconexión inexplicable la hizo cuestionarse si estaba perdiendo su esencia como mujer ejecutiva.
Sin embargo, descubrió que el desgaste y el olvido son solo dos de los más de 50 síntomas de la menopausia, una etapa que transforma a las mujeres -muchas veces en silencio- justo cuando alcanzan la cúspide de su vida profesional, prácticamente llevándolas a una pausa inesperada en medio del ritmo frenético del éxito laboral.
Medicamente, la menopausia se define como la última menstruación que presenta una mujer. Para llegar a ese diagnóstico tienen que haber transcurrido 12 meses desde la última menstruación. En las mujeres mexicanas se presenta entre los 48 y los 52 años en promedio. Sin embargo, cinco años antes en promedio, el cuerpo de la mujer comienza a experimentar cambios de forma paulatina, debido a que inician cambios hormonales. A eso se le conoce como la etapa de la premenopausia o climaterio, y a partir de ahí comienzan a aparecer los síntomas.
La menopausia sigue siendo un tema poco discutido en los entornos laborales, pese a que afecta a todas las mujeres, que tan solo en México son casi el 50% de la población económicamente activa, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Durante esta etapa, ellas experimentan cambios físicos y emocionales que pueden afectar su rendimiento en el trabajo, como sofocos, problemas de concentración, fatiga y alteraciones del sueño.
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Tal como lo indica la encuesta global Comprender el Papel de la Menopausia en el Trabajo y las Carreras, elaborada en 2023 por el Korn Ferry Institute en asociación con Vira Health, 40% de las mujeres informó que seis o más síntomas afectaron su eficacia en el trabajo, entre los que destacan cansancio o fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad y ansiedad. El estudio fue realizado en Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
“El desconocimiento sobre la menopausia y sus síntomas, sumado a la falta de comprensión y apoyo en el entorno laboral, está llevando a las mujeres a enfrentar prejuicios, discriminación y estigmatización, lo que limita su capacidad de ascender en sus carreras o mantenerse en puestos de liderazgo, incluso está provocando que renuncien”, menciona Thalía Luján, fundadora de la iniciativa Querida Menstruación, para Dalia Empower, organización global que transforma personas y empresas a través del desarrollo de habilidades blandas -habilidades de vida o life skills, como las llama Dalia- y de un acompañamiento hacia una cultura diversa, igualitaria e inclusiva.
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Las estadísticas no mienten. De acuerdo con el estudio Mujeres en el Trabajo 2024: Una Perspectiva Global, realizado por Deloitte en 10 países, 16% de las mujeres encuestadas dice que haber dado la menopausia como motivo para ausentarse del trabajo afectó negativamente a su carrera. Y una de cada 10 asegura que la falta de apoyo de un empleador en esta etapa de su vida fue un factor que las llevó a dejar la empresa en la que laboraban.
Y es que el silencio que existe en el mercado laboral en torno a la menopausia y la falta de conciencia sobre su impacto agravan la situación. A menudo, las mujeres no se sienten cómodas hablando de los síntomas con sus jefes o colegas, lo que dificulta el acceso a ajustes en sus condiciones de trabajo. En México, un país donde las mujeres ya enfrentan desigualdades salariales y una baja representación en posiciones de liderazgo, la menopausia añade complejidad en su camino hacia el desarrollo profesional.
“A diferencia de la mujer, el hombre entre más grande, más experiencia tiene y es mejor para asumir roles de liderazgo. No es sorpresa que veamos a muchos directivos de 50 o 60 años, quienes parecieran estar en la plenitud de su vida, pero si se ve a una mujer de esa edad, lo primero que se viene a la mente es criticar su apariencia física y cuestionar su capacidad para liderar”, resalta la especialista en educación menstrual Thalía Luján.
Según datos de la consultora en liderazgo y búsqueda de ejecutivos Spencer Stuart, la edad promedio de los directores generales (CEO) en las empresas del índice S&P 500 es de 54 años, coincidiendo con la etapa en la que muchas mujeres experimentan los síntomas de la menopausia. Es importante destacar que, dentro de este grupo de CEO, solo 13% son mujeres.
El mundo corporativo parece no estar preparado para abordar la menopausia como un tema que afecta la inclusión y el desarrollo de las mujeres en su punto más álgido de madurez profesional, añade Aoife Mc Gale, educadora de menopausia y fundadora del proyecto Menopausia Positiva. “Con frecuencia, cuando las mujeres alcanzan roles de liderazgo, se encuentran enfrentando esta revolución hormonal que, sin apoyo adecuado, puede derivar en dudas sobre sus capacidades.
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Muchas de ellas optan por reducir su jornada, pero otras definitivamente dejan el trabajo, desde luego no se plantea lo que podría ser un ascenso profesional, y no solo porque dudan de sí mismas como parte de un efecto de la menopausia, sino que la empresa no las considera, al pensar erróneamente que están en decadencia”, destaca Mc Gale.
Desde Korn Ferry Institute se revela que los síntomas de la menopausia han provocado que 18% de las mujeres no logre un aumento salarial, 15% no obtenga un puesto de liderazgo, 13% no consiga una bonificación ni sea parte de algún programa de capacitación y desarrollo profesional, y 12% no sea considerada para una promoción laboral ni tampoco forme parte del proceso de contratación para un nuevo puesto.
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¿Y las políticas públicas?
A nivel público, la menopausia parece que tampoco tiene cabida, pues México carece de políticas específicas que la aborden en el lugar de trabajo. Actualmente no existen lineamientos que obliguen a las empresas a implementar medidas para apoyar a las mujeres en esta etapa, como licencias o ajustes laborales específicos. Esta ausencia de legislación, sin duda, pone a las profesionales en una situación de vulnerabilidad.
Países como Reino Unido y Australia ya han comenzado a adoptar políticas públicas más inclusivas, que buscan sensibilizar a los empleadores y ofrecer apoyo a las mujeres. “Hasta en España ya estamos dando los primeros pasos, aunque todavía hay bastante rechazo, pero en los países de América Latina, como México, ni siquiera se habla del tema”, refiere Aoife Mc Gale.
Para la fundadora de Menopausia Positiva, que se ha encargado de fundir este tema entre las empresas españolas, es clave pensar en una política pública integral que incluya medidas como permisos laborales flexibles, sensibilización obligatoria sobre la menopausia para los empleadores y la implementación de programas de bienestar con asesoramiento médico, nutricional y psicológico.
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Además, se debería fomentar la investigación sobre el impacto de la menopausia en el ámbito laboral, con el fin de generar datos que respalden futuras decisiones legislativas: “Ya es momento de empezar con la educación al 100% y alzar la voz, porque este proceso completamente normal va a llegar, y lo mejor que podemos hacer es estar preparadas. Pareciera que ser mujer es sinónimo de sufrimiento y no es así, necesitamos que las mujeres tengan una vida laboral digna en este sentido”, añade Thalía Luján.
Las empresas, mucho por hacer
A nivel empresarial, son pocas las compañías en el mundo que han tomado acciones concretas para mitigar el impacto de la menopausia en sus empleadas. Microsoft, Palantir y Abercrombie & Fitch son parte de este reducido grupo de organizaciones, según la consultora NFP, que ofrece acceso a especialistas y recursos educativos sobre esta etapa de vida. El banco británico Standard Chartered Plc, incluso, cubre el tratamiento médico de las trabajadoras con menopausia.
“La menopausia no es un tema únicamente de mujeres, es de interés de las empresas. Si quieren retener a sus ejecutivas más experimentadas, dedicadas y talentosas deben crear estrategias para que continúes no solo trabajando, sino que puedan seguir maximizando su potencial y puedan sentirse cómodas siendo ellas mismas [...] La menopausia debe ser un tema más de los programas de inclusión e igualdad en las empresas”, advierte Carla Olivieri en su columna.
Y es que la ausencia laboral está repercutiendo económicamente en las compañías. Un análisis de la Confederación NHS, que representa a organizaciones sanitarias en Reino Unido, la menopausia ha provocado que más de 60,000 mujeres de ese país dejen de trabajar, lo que le cuesta a la economía local alrededor de 1,500 millones de libras esterlinas al año (más de 37,800 millones de pesos mexicanos).
En México no existen datos que nos permitan entender la magnitud de esta situación. Desde ahí queda evidente que el país se enfrenta a una deuda pendiente en cuanto a políticas públicas y empresariales que apoyen a las mujeres durante la menopausia. Abordar este tema es esencial para garantizar que ellas puedan seguir desarrollándose profesionalmente sin que su salud se convierta en un obstáculo insalvable, señala la fundadora de Querida Menstruación.
En este sentido, los primeros pasos para visibilizar la menopausia recaen en la conversación, en eliminar el tabú y convertir el tema en algo cotidiano, seguido de acciones básicas para mejorar la calidad de vida laboral de las mujeres, como podría ser “colocar más dispensadores de agua, eliminar los uniformes ajustados, mejorar la ventilación de las oficinas, apostar por la flexibilidad de horarios”, recomienda Aoife Mc Gale.
Sin lugar a dudas, la menopausia no debe ser vista como el final de la carrera profesional de una mujer, sino como una etapa natural que, con el apoyo adecuado, puede superarse sin sacrificar su trayectoria o su bienestar. El silencio y la falta de acción en las empresas y políticas públicas no solo están afectando a las mujeres, sino también a las organizaciones que pierden talento valioso. Esto es algo que debe cambiar.
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