El poder del liderazgo está en servir
El desarrollo humano de todo líder implica la evolución de 3 capacidades; de ellas depende la calidad del liderazgo de nuestra propia vida, de nuestras empresas, instituciones y sociedades. Sobre esto escribe la consultora en sustentabilidad ILUNKA.
Por Leticia Miranda M. / ILUNKA, Estrategia Sustentable
Es bien sabido que la pandemia que comenzó en 2020 nos hizo ver de manera clara que los problemas complejos a los que nos enfrentamos en el mundo no se van a resolver con las mismas respuestas que hemos dado en el pasado. Todo se ha recrudecido y eso nos ha llevado a tener que pensar de manera diferente. Tanto personas como organizaciones, empresas e instituciones requerimos asumir un liderazgo distinto, un liderazgo que nos movilice y nos lleve a soluciones para enfrentar los desafíos ambientales y sociales que vivimos. No en vano, en los últimos años, el lema de la Agenda 2030 (iniciativa de Naciones Unidas para lograr un mundo sustenteble) se ha posicionado y ha tomado tanta relevancia: No dejar a nadie atrás; o lo que es lo mismo, crear una sociedad que considere cerrar las brechas de desigualdad y la protección del medio ambiente.
La Agenda 2030 nos da una visión de lo que debe suceder, pero el progreso hasta ahora no ha mostrado logros significativos. Para avanzar en esta visión, se requiere del esfuerzo articulado entre gobiernos, instituciones, empresas y personas, pero también de la reflexión sobre la forma en la que tomamos decisiones, en cómo nos relacionamos y cómo cuidamos de los demás y del mundo. Es por esto último que hablar de liderazgo como forma de servir se vuelve tan pertinente. Tú, yo, las personas a tu alrededor; todas ejercemos algún tipo de liderazgo y si reflexionamos sobre aquellas cualidades internas y colectivas que podemos desarrollar y fortalecer que nos llevan a vivir con mayor conciencia, dirección, sabiduría y compasión, entonces podremos crear sistemas y sociedades más vibrantes, justas y sostenibles.
Si tú eres una persona apasionada en tu vida profesional, seguramente te has cuestionado sobre tu estilo de liderazgo y también has pensado en cuánta responsabilidad tienes frente a tus colegas, equipos, jefes, en fin. Las personas líderes siempre estamos en evolución y crecimiento y constantemente reflexionamos sobre la moral, la ética y el sentido de servicio en el liderazgo. Alan Moore, experto en innovación empresarial, destaca que la ética alrededor del cómo y por qué cuidar de los demás y del medio ambiente no ha sido realmente parte de la educación que hemos recibido sobre cómo diseñar los negocios. Es por ello que, incluir este sentido de ética y responsabilidad compartida en el modelo de pensamiento empresarial y en el desarrollo del liderazgo, es necesario para un liderazgo responsable y sostenible con un enfoque de servicio.
Según el filósofo social Daniel Schmachtenberger, el desarrollo humano de todo líder implica la evolución de tres capacidades: la inteligencia, la sensibilidad y la agencia; las cuales corresponden a las nociones más comunes de pensamiento, sentimiento y acción, o visto de otra forma, a lo que entendemos por mente, corazón y voluntad. Y es la calidad de la evolución de estas capacidades la que determinará la calidad del liderazgo de nuestra propia vida y del liderazgo de nuestras empresas, instituciones y sociedades. Esto, a su vez, determinará el impacto en la vida de las personas, ecosistemas, seres vivos y sus condiciones de vida.
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Entonces, tenemos estas tres capacidades, todas relacionadas con life skills o habilidades blandas:
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La inteligencia, la cual nos permite reconocer la interdependencia entre lo que nos rodea y quiénes nos rodean; tomar perspectiva crítica ante la diversidad de lo que acontece en nuestro día a día y adoptar una visión a largo plazo que nos permita tomar mejores decisiones. Esto tiene mucho que ver con el tipo de pensamiento que desarrollamos, el pensamiento sistémico y el pensamiento crítico. Estas cualidades nos ayudan a gestionar riesgos complejos y a tomar decisiones con un enfoque de responsabilidad compartida, tanto en nuestro contexto personal como empresarial.
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La sensibilidad, la cual se relaciona con la capacidad para sentir el mundo, incluida la percepción interna de uno mismo y la percepción interna de los demás. Incluye cualidades como la conciencia, la empatía, la atención plena, la escucha activa, la profundidad de los sentimientos, el cuidado, la compasión y percepción. Estas cualidades nos permiten apreciar, cuidar y sentirnos conectados con los demás. ¿Las identificas en tu vida?
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La agencia, nombre que nuestro filósofo referenciado le da a la “cualidad del hacer” y se relaciona con atributos como impulso, responsabilidad, determinación, disciplina, resiliencia, coraje, enfoque, perseverancia, entre otros.
El ejercer una verdadera agencia incorporando estas cualidades implica la firme convicción de emplear la imagen y la expresión creativa para el beneficio del bien común y con fines solidarios, actuando con corresponsabilidad, reconociendo que hacer un trabajo importante contrarresta el tratar de ser importante. Nora Bateson creadora y directora del documental Ecología de la mente, destaca que “en un mundo en el que el individualismo es una ilusión viable, el descubrimiento colaborativo no se ve”. Es decir, que el actuar con base en cualidades de nuestra sensibilidad como escucha profunda, comunicación y empatía, abre posibilidades para construir y desarrollar relaciones colaborativas, que son las que finalmente harán en conjunto el trabajo importante: crear posibilidades que detonen cambios positivos. ¡A mí me encanta pensar en esto!
Estas cualidades nos ayudan a romper viejos patrones, generar nuevas ideas y actuar con persistencia en tiempos inciertos. Si tú las identificas en tu vida diaria, te invito a reflexionar sobre la aplicación que das a cada una de ellas y cómo ellas impactan en tu liderazgo. Y como menciona Nora Bateson “…el liderazgo para esta era no es un rol o un conjunto de rasgos, es un proceso interrelacional y de aprendizaje mutuo”, es un acto colaborativo, de profundo respeto a la vida y tiene su poder en servir.
Es útil recordar que estamos construyendo una vida que, al final, tendrá para nosotros y para el mundo el regalo de nuestras acciones. El desarrollo de nuestras habilidades y cualidades internas va de la mano con el desarrollo de empresas y sociedades más prósperas. Nuestra responsabilidad es estar listas y listos a presentarnos y a servir con un interés genuino por las preocupaciones compartidas y que seamos más personas, líderes que se preocupan profundamente por otras personas y el mundo en que vivimos, y que actúan de maneras que inspiran confianza, siendo transparentes y fiables con la habilidad para comunicar, cocrear y sostener posibilidades positivas.
* Las opiniones expresadas por la autora de este espacio no representan la visión ni la postura de Dalia Empower
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