El equipo también emprende
Ser parte de una startup es trabajar en un lugar privilegiado, pero no es para todos y también tiene sus altibajos, escribe Karla Horton, comunicóloga.
"Desarrolla tu modelo de negocio". "¿Qué es el fracaso?". "¡Tú puedes lograr la empresa que soñaste!". Éstos son algunos ejemplos de cursos y talleres que se ofrecen para emprendedores que buscan satisfacer alguna necesidad inmediata. Pero, ¿qué hay de sus equipos?
Es común pensar que el emprendimiento es como subirse a una montaña rusa, en donde la adrenalina está a tope. En ocasiones, el emprendedor llega a la cima, donde todo marcha tal y como se planeó, pero en cualquier momento cae y tiene que buscar la forma de volver a subir.
En la actualidad se imparten cursos para emprendedores enfocados en dos ámbitos: habilidades y emociones. En el primer ámbito se enseñan las herramientas para llevar a cabo ciertas actividades que le permitan desarrollar su emprendimiento.
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Por ejemplo, un curso de negociación. El segundo ámbito está enfocado en fortalecer las emociones ya que, al estar en una montaña rusa, el emprendedor debe continuar con su objetivo a pesar de los obstáculos. Se abordan temas como inteligencia emocional y miedo al fracaso. El común denominador de ambas propuestas es que están dirigidas a la persona que lleva el mando.
Es cierto que aguantar esas subidas y bajadas de emociones tan repentinas y constantes construyen el carácter de un emprendedor exitoso. Pero es importante recordar que en ese vagón el emprendedor no va solo. Su equipo de trabajo va con él y por lo tanto, también atraviesa por todo tipo de vicisitudes.
Ser parte de una startup es trabajar en un lugar privilegiado, lleno de aprendizaje. Las personas que la conforman tienen más poder de decisión e intervención que en cualquier empresa consolidada, porque todos tienen oportunidad de hacer todo. Cada persona del equipo puede desarrollarse profesionalmente, expresarse y llegar a puestos importantes en menos tiempo que en una organización.
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Esto significa que el nivel de responsabilidad de cada uno es más alto, con un margen de error mínimo, ya que en un startup los tiempos son ágiles y los resultados deben ser casi inmediatos. De manera que las subidas y bajadas del emprendimiento impactan directamente en el ánimo, estrés y bienestar del equipo completo. Al cabo de un tiempo el saldo que deja este ritmo es un severo burn out y la pérdida de talento.
Trabajar en un startup no es para todos. Quiénes deciden probarlo son personas apasionadas que disfrutan el reto de explorar nuevos caminos para experimentar e innovar. Por lo general, ni el pago ni las prestaciones son lo suficientemente jugosas, así que es su sentido de aventura y confianza en el emprendedor lo que los hace seguir.
Siempre admiramos a los emprendedores, pero también debemos admirar a su equipo. Ellos son el motor, consuelo, apoyo y el backup del emprendedor (o por lo menos lo intentan).
Si eres emprendedor, te invito que capacites a tu equipo y le brindes el apoyo que necesita. Buscar cursos y talleres para ti y tu equipo fortalecerá el proyecto. Ningún emprendedor logra solo su sueño. Si tienes a tu lado un equipo capacitado con el que cuentes, eres afortunado. No lo desaproveches.
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