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CIUDAD DE MÉXICO. Imagina que publicaron tu vacante ideal y entre los requisitos para postular piden que envíes tus pretensiones económicas. O imagina que trabajas de manera independiente y te piden una cotización de algún servicio. ¿Sabrías cómo cobrar el valor real de tu trabajo?

Establecer esa cifra puede convertirse en una dificultad no solo en ese momento, sino a futuro, pues de ello depende tu manutención, tu desarrollo profesional y la oportunidad de ganar aun más por tu trabajo más adelante.

Y afecta a las mujeres, en particular, pues suelen recibir menos educación financiera y no tampoco suelen contar con un referente del cual aprendan a cobrar por su trabajo, aseguró María Luján Tilli, periodista, emprendedora y creadora de Mujeres Editoras, una comunidad de periodistas para capacitación y fortalecimiento de redes.

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“En general, los varones tienen un modelo dentro de la familia: el padre, el tío, el abuelo; que les enseña cómo cobrar, cómo trabajar. Es una cultura que se transmite de manera implícita; no necesariamente los sientan y les dicen: Bueno, esto es así”, explica en entrevista con Dalia News+Media, la plataforma de información y contenidos del proyecto de educación continua enfocado a mujeres, Dalia Empower.

“En cambio nosotras no tenemos esos modelos; no quiere decir que las mujeres en nuestras familias no hayan trabajado, sino que los trabajos para las mujeres han sido más precarios o de tiempo parcial”, indicó.

De acuerdo con un estudio de la OCDE/INFE de 2020, el cual abarca 26 países (incluyendo a 12 naciones de la OCDE), la educación financiera es baja en todas las economías analizadas, pero las mujeres muestran una mayor vulnerabilidad.

Esto les difculta obtener la independencia económica que desean, pues en muchas ocasiones sus ingresos son menores a los que se necesitan o aceptan trabajos que no cumplen sus las expectativas de vida.

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Para evitarlo, Luján compartió algunos tips para que pongas un precio digno y justo a la labor que realizas, ya sea como empleado o en un trabajo independiente:

1 Valora tu experiencia y tu trabajo.

Curiosamente una de las primeras recomendaciones de Luján no está relacionada con establecer una cifra.

Más bien, el primer paso es tener claridad del valor propio y del trabajo que se realiza.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las mujeres es que olvidan el trabajo que traen detrás.

Cuando los hombres se postulan para un trabajo, generalmente lo hacen "sin alcanzar el 60% de los [requisitos] que se piden, pero ellos se postulan igual. Como que hay [tienen] confianza. Y nosotras [las mujeres], a veces cumpliendo el 100%, dudamos”, aseguró la creadora de Tapioca Blú, una consultora en comunicación de marcas y productos.

Esta es la razón por la cual muchas veces las mujeres aceptan trabajos mal pagados y reciben ingresos por debajo de lo que debieran ganar. O se trata de labores que no cumplen sus expectativas en cuanto a horas trabajadas o proyecto de vida.

Eso pasa porque consideran que es la única opción, pero no es así, dijo.

“Ser selectivas a la hora de buscar trabajo y aceptar propuestas; tener el foco bien puesto en lo que nosotras queremos, en las experiencias laborales que queremos tener; que sea decisión nuestra; que si tomamos un trabajo que no nos ofrece el sueldo que nosotras queremos, sea porque nos va a dar otra cosa que nosotras queremos y no desde la desesperación”, mencionó.

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2 Haz cuentas: ¿Cuánto necesitas?

Para saber cuánto se debe cobrar por un trabajo tienes que saber cuánto requieres para vivir.

Las mujeres no tienen, en general, una cultura financiera bajo la cual definan su presupuesto y tengan planes de mediano y largo plazo, o metas de ahorro. No obstante, deben contar con ella si buscan ser realmente independientes, destacó Luján.

Lo primero es calcular los gastos fijos; aquellos que se van en pago de servicios como electricidad o gas, transporte, gasolina. No deben exceder el 50% de los ingresos que se pretendan tener.

El segundo paso, calcular un estimado de gastos variables y después crear un fondo de emergencia, al cual destinar una parte del ingreso para atender únicamente eso, emergencias: desempleo, enfermedad, etcétera.

“Cuando hacemos esos cálculos, en general nos damos cuenta que ganamos, y no solamente ganamos, sino que pensamos que tenemos que ganar mucho menos de lo que en realidad necesitamos. Es muy revelador”, aseguró.

Haciendo este ejercicio de estimación y con base en el estilo de vida que buscas, puedes calcular la cifra que debes cobrar.

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3 Pierde el miedo a hablar de dinero

Luján contó que en conversaciones con amigas se ha dado cuenta que cuando ellas acuden a una entrevista laboral omiten hablar de dinero. Evitan tocar el tema de cuánto recibirán por su trabajo. Pero es algo básico en esa situación.

Por ello, es primordial aprender a hablar de dinero y todo lo relacionado: el monto específico, tiempos de pago, penalidades por incumplimiento de contrato, prestaciones de ley, incentivos adicionales, etcétera.

Estos temas deben quedar bien claros desde un principio en cualquier entrevista o negociación laboral. "Que no nos dé vergüenza preguntar […]; hablar de dinero cuando nos sentamos a negociar un asunto laboral es parte de la conversación”, aseguró.

“Es clave preguntar sobre el dinero, y si pasa un tiempo y nos dijeron que en un mes nos pagaban, pasa un mes y no nos pagan, levantar el teléfono, mandar un correo”, indicó.

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4 Ten claridad de lo que ofreces

¿Vendes un producto o un servicio? ¿Qué lo hace diferente a otros? ¿Qué solución aportarás con ello a la empresa o a las personas? ¿Cuánto vale tu hora de trabajo? ¿Cuántas horas le dedicarás?

Son algunas de las preguntas que debes hacer para tener claridad sobre aquello que estás brindando, de acuerdo con Luján.

Si más que dinero, buscas experiencia, contactos o tiempo libre, también debes tomarlo en cuenta para fijar un monto.

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Las mujeres pueden cambiar su relación con las finanzas y obtener la independencia económica al poner en práctica estos tips. También es clave que construyan alianzas o colectivos con otra mujeres, bajo las cuales todas aprendan a cobrar bien y eso obligue a los empleadores a eliminar condiciones laborales precarias en sus vacantes, subrayó la emprendedora.

Dejó claro, además, que tener una buena relación con el dinero no significa tener grandes cantidades, sino conocer tu panorama económico y contar con los recursos suficientes para la vida buscas.

“El empoderamiento en relación al dinero no significa hacernos millonarias, ganar fortunas; es hacernos conscientes, ver cuál es mi panorama, porque sino tengo claro cuál es, por más que sueñe y saque cuentas, no lo voy a lograr”, mencionó.