CIUDAD DE MÉXICO. 2021 será el año de la transición, el que personas, empresas y la sociedad en general no solo se enfocará en navegar por el presente como sucedió en 2020, sino que comenzarán a dar forma al futuro, a la próxima normalidad, de acuerdo con un artículo de la firma consultora McKinsey & Company.

Pero esa próxima normalidad no será regresar a las condiciones de 2019. Será distinta, con un nuevo orden económico y social, y puede ser mejor, confían los autores del texto publicado en el sitio web de la consultora, Kevin Sneader, Global Managing Partner, New York de la firma, y Shubham Singhal, Healthcare Global Leader, Senior Partner, Detroit.

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Mientras tanto, para 2021 pronostican un mayor optimismo, principalmente por la aplicación de las vacunas en todo el mundo, pero sugieren que es ánimo debe ser cauteloso, ya que la próxima normalidad surgirá probablemente hasta 2022.

En tanto eso ocurre, avizoran algunas tendencias que marcarán los próximos meses:

1 Se desata el gasto del consumidor

Los autores vaticinan un retorno de la confianza del consumidor y por ende un desatamiento de la demanda que ha estado reprimida por las condiciones impuestas por la pandemia.

Se avecinan, pues, las "compras de venganza", un fenómeno que se ha visto en anteriores recesiones económicas.

No obstante, todo esto dependerá de qué tan seguras se sientan las personas de volver a moverse y eso diferirá mucho entre los países.

Prevén que este rebote será más pronunciado en los negocios que tuvieron mayor impacto y que están relacionados con servicios, particularmente los que tienen un elemento comunitario, como restaurantes y lugares de entretenimiento.

A manera de ejemplo de dicho repunte, mencionan a China: "El primer país en ser golpeado por la pandemia de COVID-19, también fue el primero en salir de ella".

Los consumidores chinos se han sentido más aliviados y gastan más en consecuencia. En el Día de los Solteros, el 11 de noviembre, los dos minoristas en línea más grandes del país registraron ventas récord. detallan Kevin Sneader y Shubham Singhal.

La manufactura en ese país regresó en septiembre pasado, mes a partir del cual el gasto de los consumidores también volvió.

"A excepción de los viajes aéreos internacionales, los consumidores chinos han comenzado a actuar y gastar en gran medida como lo hacían antes de la crisis".

La historia muestra que, después de una recesión, los viajes de negocios tardan más en recuperarse que los viajes de placer. Después de la crisis financiera de 2008-2009, por ejemplo, los viajes de negocios internacionales tardaron cinco años en recuperarse, en comparación con dos años para los viajes de placer internacionales.

2 Los viajes de placer se recuperan; los viajes de negocios se retrasan

Los viajes de placer son discrecionales y están impulsados por el deseo de disfrutar, vivir nuevas experiencias y descansar.

Eso no cambia en el ser humano y China de nuevo es un referente. Los analistas de McKinsey mencionan que un director ejecutivo de una importante empresa de viajes en ese país les informó que a partir del tercer trimestre de 2020 el negocio de los viajes prácticamente regresó a la normalidad, en lo que respecta a los viajes de placer, pero los viajes de negocio se contrajeron.

A fines de agosto, la ocupación hotelera y la cantidad de viajeros en vuelos nacionales en ese país alcanzó 90% de los niveles de 2019. Además durante las vacaciones de octubre, más de 600 millones de chinos se trasladaron por carretera, alrededor de 80% de la cifra total del año pasado.

En cuanto a los viajes de negocio, en 2018 alcanzaron 1.4 billones de dólares, más de 20% del gasto total en el sector de la hospedaje y los viajes. También generaron una participación desproporcionada en las ganancias: 70% de los ingresos a nivel mundial en hoteles de alta gama, por ejemplo.

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Pero hoy, con el trabajo remoto y las limitaciones económicas que enfrentan las empresas, la pregunta será si ciertos viajes de negocios son realmente necesarios.

Además, Kevin Sneader y Shubham Singha señalan que también luego de una recesión este tipo de viajes tardan más en recuperarse.

"Después de la crisis financiera de 2008-2009, por ejemplo, los viajes de negocios internacionales tardaron cinco años en recuperarse, en comparación con dos años para los viajes de placer internacionales".

3 Una ola de innovación y una nueva generación de emprendedores

La crisis económica derivada de las medidas de confinamiento por el COVID-19, ha traído la quiebra y destrucción de negocios en muchos países, pero también una avalancha de nuevas pequeñas empresas, muchas impulsadas por el gran salto digital al que obligó igualmente el aislamiento social.

En Estados Unidos, solo en el tercer trimestre de 2020, hubo más de 1.5 millones de aplicaciones de nuevos negocios, casi el doble de la cifra para el mismo periodo de 2019. Y aunque es cierto que muchos emprendimientos son prácticamente de autoempleo con una sola persona, también se están abriendo paso negocios con mayor probabilidad de convertirse en pequeñas empresas con nóminas. Éstos, aumentaron un poco más de 50% en comparación con 2019 en EU.

En Francia se crearon 84 mil negocios en octubre, la más alta jamás registrada y 20% más que en el mismo mes de 2019. Alemania también atravesó un aumento de nuevas empresas en comparación con 2019; lo mismo para Japón.

Los autores admiten que este comportamiento es sorpresivo, pues durante la crisis financiera de 2008-2009 la formación de pequeñas empresas disminuyó y durante las recesiones de 2001 y de 1990-1991 aumentó ligeramente.

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4 Se perfecciona y acelera la 4a Revolución Industrial

Las empresas vivieron en 2020 una rápida evolución y adaptación a las nuevas tecnologías bajo presión.

Reconfiguraron sus operaciones con el uso de la tecnología digital y de la inteligencia artificial, y con ello ganaron una mayor productividad, aunque en la emergencia por hacerlo de un día para otro, sus sistemas y flujos puedan ser todavía un tanto torpes, mencionan los autores de McKinsey.

Muchos ejecutivos informaron que se movieron de 20 a 25 veces más rápido de lo que creían posible durante los primeros meses de irrupción de la pandemia en cosas como crear redundancias en la cadena de suministro, mejorar la seguridad de los datos y aumentar el uso de tecnologías avanzadas en las operaciones

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Por otra parte, la productividad de Estados Unidos aumentó 10.6% en el segundo trimestre, la mayor mejora de seis meses desde 1965, aunque luego creció 4.6% en el tercer trimestre. En realidad el panorama fidedigno de productividad se podrá conocer solo hasta haber revisado varios trimestres.

Otro dato interesante revela el tamaño del salto en tecnología. En una encuesta que McKinsey publicó en octubre, encontró que las empresas tienen tres veces más probabilidades -que antes de la crisis- de realizar al menos el 80% de sus interacciones con los clientes de forma digital.

Pero en el mediano plazo las compañías deberán enfocarse en pulir su adaptación digital exprés para perfeccionarla.

"Para las industrias de consumo, y en particular para el comercio minorista, eso podría significar mejorar los modelos de negocio digitales y omnicanal. Para el cuidado de la salud, se trata de establecer opciones virtuales como norma. Para los seguros, se trata de personalizar la experiencia del cliente", mencionan Kevin Sneader y Shubham Singha como ejemplos.

Sin embargo, prevén que la aceleración en el uso de la tecnología, la digitalización y las nuevas formas de trabajo seguirá su curso y estiman que más de 20% de la fuerza laboral mundial podría trabajar la mayor parte de su tiempo fuera de la oficina y ser igual de eficaz.