¿Sabes escuchar? Identifica las pruebas negativas y construye tu liderazgo
Deja ya de escuchar para contestar, corregir y mostrar que tienes toda la razón. Paulina Rensoli, experta en comunicación estratégica y comunicación corporativa, nos da las claves para elevar nuestra capacidad de escucha.
Hasta este momento de mi vida no he conocido alguna persona que prefiera no ser escuchada cuando está hablando. Incluso las personas introvertidas (me cuento entre ellas), que normalmente preferimos no hablar en grandes foros, queremos ser escuchadas cuando hablamos.
Podemos considerar la acción de escuchar como un acto de cortesía y educación. Como punto de partida esto es correcto. Sin embargo, la capacidad de escucha es mucho más que eso. Es una habilidad significativa cuando se trata de nuestro crecimiento y por esa razón debemos fortalecerla como un músculo. Trabajar en este fortalecimiento –algo que me encanta en lo personal– nos ayuda a aprender de nosotros mismos.
Escuchar, ya sea con el sentido del oído o 'escuchar con otros sentidos' - justo como lo hacen muchas personas que viven con una discapacidad relacionada, quienes desarrollan ciertas habilidades y/o llegan a contar con algunas herramientas tecnológicas para comunicarse- es esencial durante toda nuestra vida para nuestro desarrollo y aprendizaje. Es así como aprendemos sobre el mundo y nos relacionamos con otras personas. Esto no sería posible si no escuchamos.
Pero ¿qué es realmente escuchar? Escuchar es mucho más que guardar silencio ante la persona que habla y asentir. De hecho, hacer únicamente esto puede ser un indicativo de que no se está escuchando de verdad.
Desde la escuela básica hasta altos niveles de liderazgo global, en las esferas político, social, corporativo y económico, la capacidad de escucha es clave para lograr mejores resultados, crear equipos fuertes y desarrollar liderazgos sólidos. Aprender a escuchar de verdad exige comprender los 6 niveles de la escucha, así como conocer de qué se tratan las llamadas pruebas negativas, las cuales deberás buscar siempre durante una conversación con otra persona.
6 niveles de escucha
Nivel 1. Es básico: ofrece atención sin distractores, es decir, sin ver pantallas de móviles o computadoras, por ejemplo. Esto te exigirá aprender a estar presente. Hoy en día, ante las pantallas móviles, las redes sociales y comunicaciones por internet, así como el trabajo 100% remoto que hicimos millones de personas debido al "gran encierro" por la pandemia, la capacidad de atención plena está mermada.
Regresa a tu momento presente. Y no lo digo como una técnica de mindfulness o meditación – que sí recomiendo ampliamente –, sino como una estrategia con la cual fortalecerás tu liderazgo.
Nivel 2. Crea un ambiente seguro para ti y para la persona que sea tu interlocutora. Esto habilita de manera directa la posibilidad de comprensión de la sustancia de lo que se dice. En un ambiente tranquilo y seguro, es más sencillo enfocar la atención y el interés.
Nivel 3. Si quieres confirmar que estás captando y comprendiendo las ideas, repite en tus propias palabras lo que la otra persona dijo. Realizar este ejercicio te obligará a poner atención plena y además confirmarás con la otra persona que has entendido bien.
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Nivel 4. En otras colaboraciones para Dalia he compartido que también podemos 'escuchar con los ojos', es decir, observa los mensajes que no se dicen con palabras habladas. Aprende a escuchar con todo el cuerpo. Esto aporta mucha información. Observa las sensaciones, las emociones, el tono de la conversación, el contacto visual contigo y con otras personas si hay más interlocutores involucrados.
Por ejemplo, ¿con qué emoción te dan retroalimentación o te cuentan una experiencia? Observa las expresiones faciales, ¿hay tensión, alegría, relajación? Puedes detectar la transpiración o la respiración: ¿Es calmada o acelerada? Identifica gestos y postura: ¿Son abiertos y cómodos o muestran incomodidad o fatiga, etcétera? 'Mide' el ambiente: ¿Cuál es la sensación general en tu conversación o reunión? ¿Hay tensión o nerviosismo; o percibes un clima relajado, amigable y cercano?
Si escuchas con tu mente, oídos, emociones y sensaciones, aprendes tú y mejoran tus relaciones profesionales y personales.
Nivel 5. Al ejercitar la escucha al Nivel 4, incrementarás casi en automático tu empatía y llegarás a este nuevo nivel en que logras observar y comprender los sentimientos, situación, estrés y hasta humor de la otra persona, para reconocerlos sin juicios.
Nivel 6. Es el peldaño más alto. Si te ha pasado que tras exponer un tema específico, te hacen preguntas al respecto, lo has alcanzado. Cuando recibes preguntas, te sientes confiado de que tus interlocutores han sido receptivos; te confirma que fuiste escuchado. Hacer preguntas para ahondar más o aclarar puntos cierra el círculo de la escucha, de acuerdo con el libro Saber Escuchar de la serie Inteligencia Emocional de Harvard Business Review (HBR), 2019, 2021.
Ahora, los seis niveles exigen una condición: Curiosidad; sé una persona curiosa. “Los buenos oyentes no se apoderan de la conversación, ni hacen que sus asuntos sean el tema de discusión”, de acuerdo con el libro citado de HBR 2019. Esto te ayudará a considerar cualquier tema desde otro punto de vista y podrás aportar nuevas ideas y aportar ideas. ¡Esto es súper valioso para tu liderazgo y posicionamiento!
Busca las pruebas negativas
Para mejorar aun más tu capacidad de escucha, te comparto dos prácticas más que deberás convertirlas en tus mejores hábitos en una conversación:
Práctica 1. Evita juzgar; enfócate en comprender. Desecha también la urgente necesidad de responder o de mostrar que lo que dice la otra persona es incorrecto. Ten autocontrol y mantén tu objetivo principal: comprender el punto de la otra persona.
Práctica 2. Mientras escuchas, ¡busca las pruebas negativas! Pero ¿qué son las pruebas negativas? Bueno, cuando escuchamos, tendemos a enfocarnos en los puntos que nos confirman que nosotros estamos en lo correcto sobre un tema. Esto es justo en lo que no debemos concentrarnos. Tu atención debe estar en realidad en los puntos que te muestren que te has equivocado.
De esta manera, tu capacidad de escucha se fortalece porque no estás escuchando para confirmar que tienes razón. En lugar de ello, estás escuchando para conocer los puntos o ideas en los cuales tú no tienes razón. Entonces, por default, ¡aprendes algo nuevo!
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En resumen, cuando ejercitas los 6 niveles y te enfocas en comprender y no en juzgar ni en contestar, y a la par buscas tus pruebas negativas, la escucha se convierte en un ejercicio de aprendizaje personal y comunicación bidireccional muy nutritivo, pues eres parte de un espacio en donde se confirma lo escuchado, se comprende otra idea, se logra analizar la sustancia, confirmas lo entendido, haces preguntas y, por último, aportas nuevas ideas.
Ya no escuchas para tener la razón. Eso no tiene sentido porque subiste el nivel, de manera tal que las dos partes aprendieron, empatizaron y ampliaron su perspectiva. En consecuencia, ejercitaste y maduraste en tu liderazgo.
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