La lucha de las minorías también te beneficia a ti
Activistas coinciden en que para lograr sociedades igualitarias y justas se requiere de todos, y un primer paso es autocuestionarse privilegios.
CIUDAD DE MÉXICO. Que se reconozcan y respeten los derechos de la población LGBT, los migrantes o las personas racializadas beneficia a toda la sociedad. Al hacerlo, se logran sociedades más armoniosas, pacíficas y ricas, gracias a las experiencias diversas de quienes las conforman.
“Mientras haya exclusión tú estás desperdiciando la convivencia con personas valiosas", señala Pol Martínez, activista, hombre trans y director de Musas de Metal, grupo de acompañamiento para mujeres lesbianas, bisexuales, trans y de otras identidades no heteronormativas.
"En realidad, aceptar a las diversidades sexuales, en este caso, también te da pie para aceptar las diversidades culturales o de otro ámbito, y es mejor vivir en variedad que todos hacer lo mismo”, agrega en entrevista para Dalia Empower.
Dalia Empoweres una organización global que transforma personas y empresas a través del desarrollo de habilidades blandas -habilidades de vida o (life skills), como las llamamos en Dalia- el desarrollo de liderazgo y de un acompañamiento hacia una cultura diversa igualitaria e inclusiva.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 20.2% de la población de 18 años o más declaró haber sido discriminada por su tono de piel, forma de hablar, peso, sexo, clase social, orientación sexual, entre otras razones.
Además, 36.4% afirmó que no le rentaría un cuarto de su vivienda a una persona trans, 39.1% a una persona extranjera y 32.3% a un gay o a una lesbiana.
Estos datos ponen en contexto el tema de discriminación y negación de derechos para personas pertenecientes a diversos sectores en México. Para evitar que este tipo de conductas se perpetúen, te dejamos algunos tips sobre qué debes cuestionarte, cómo cambiar de perspectiva y qué hacer para abonar a la lucha.
Sus derechos dejan intactos tus derechos
“Mucha gente suele pensar como si fuera un pastel: si le dan derechos a un grupo determinado, me los van a quitar a mí, y realmente no es así. Lo que se busca en distintos movimientos, distintas luchas, es justo reconocer para no vulnerar estos derechos y para llegar a esa igualdad sustantiva que tanto se pide y se necesita”, explica Marcela Villalobos, defensora de los derechos humanos y presidenta de Amnistía Internacional México.
Empatía y acercamiento, claves para unirte a su lucha
No es necesario que seas parte de la comunidad LGBT o pertenezcas a alguna población oprimida para que te unas y apoyes su lucha por tener derechos plenos.
Para hacerlo, tienes que empezar por conocer las causas que defienden, a las personas que están detrás de ellas y las opresiones que les atraviesan.
Por ejemplo, si te cuesta trabajo entender por qué la comunidad LGBT quiere terminar con la homofobia, los crímenes de odio o quieren ejercer su derecho a tener una familia, muy probablemente lo que ocurre es que estás juzgando con base en prejuicios.
“Si se acercan y se quitaran las ideas de que somos nocivos o somos dañinos, verían que se puede dialogar. Cuando la gente te conoce, te regresa la categoría de ser humano y ya puede acercarse más. Mientras no lo haga siempre estará en contra, pero es a lo desconocido”, explica Pol Martínez.
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¡Adiós discursos de odio!
Además de informarte sobre las razones por las que están luchando las personas, se tiene que dar un siguiente paso: frenar los discursos de odio, la discriminación y la segregación.
“Yo creo que mucha gente habla de la libertad de expresión y su ‘libertad de expresión’ es manifestarse o hablar en contra de ciertos grupos, pero eso no es libertad de expresión. Eso es un discurso de odio y los discursos de odio los tenemos que reprobar. No podemos permitir que se sigan dando como si fueran normal”, puntualiza Villalobos.
Además, enfatiza la líder de Amnistía Internacional México, se tiene que recordar que todas las personas son sujetas de derechos, que se debe impulsar la creación de políticas publicas y que el Estado tiene que garantizar los derechos de todas las personas. Eso “debe estar en la agenda de cualquiera (Estado)”.
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Infórmate, cuestiónate y cuestiona a otras personas
Villalobos recomienda que todos nos informemos. "Hay muchas iniciativas, redes, canales por los cuales nos podemos informar de manera amable, menos técnica, incluso series, películas”.
Sin embargo, no es suficiente. También tienes que tomar un papel activo en la lucha. ¿Cómo? La defensora de derechos humanos recomienda: increpar a las personas que repliquen discursos de odio; invitar a la familia y círculos cercanos a reflexionar.
“Como dice Angela Davis: no solo es estar en contra del racismo, sino ser activamente antirracista. O ser activamente antiviolencia de género, antidiscursos de odio. Eso nos falta mucho más en la población”, indica.
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Otro punto es reconocer que aún falta mucho por lograr y que el Estado debe garantizar, promover y proteger los derechos de todas las personas.
“En ese sentido, ver tan lejano el cumplimiento de nuestra Constitución nos debe llamar a la reflexión y el por qué, en pleno siglo XXI, hay grupos que aún están pidiendo el reconocimiento de sus derechos. Reflexionar en torno a eso y ver qué puedo hacer yo, desde mi privilegio, desde la situación en la que estoy parada y con los círculos en los que estoy participando. Hacer eco de esas voces, porque al final, nos beneficia de múltiples formas”, afirma Marcela Villalobos.
El beneficio es para todos
Tanto Pol Martínez como Marcela Villalobos coinciden en que reconocer y respetar los derechos humanos de toda la población se traduce en un beneficio para la sociedad.
“No es que se les quite (derechos) a los otros, es más bien que estamos agregando a quienes no se les han otorgados, espacios, derechos y lugares”, enfatiza Pol.
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