CIUDAD DE MÉXICO. Ya sea que este año pretendas abrir un emprendimiento o si tu negocio ya está funcionando, es necesario que conozcas los aspectos básicos legales para establecer una empresa.

De acuerdo con Jorge Corral, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), muchas personas se arriesgan a iniciar sus negocios sin tener los conocimientos mínimos en la materia, lo que puede tener efectos muy negativos o hasta catastróficos para sus proyectos.

Los aspectos legales abarcan desde la forma en que se debe constituir una empresa para formalizar sus operaciones hasta todos los acuerdos y documentos que firma, desde contratos con arrendatarios, proveedores y trabajadores. Es decir, este factor es esenciales para la buena salud de una empresa y tenerlo en orden debe ser uno de los propósitos que se deben plantear todas y todos los empresarios durante este año que inicia.

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En México, indicó Corral, alrededor de 80% de las empresas fracasan entre los dos y los cinco años de existencia, lo que en parte se debe a que no tienen bases sólidas desde el punto de vista legal. Por esa razón, la ASEM se dio a la tarea de construir un manual en la materia cuyo objetivo es resolver las dudas más frecuentes y relevantes entre sus emprendedores asociados.

“Debe ser un número [el porcentaje que cierra exclusivamente por temas legales] bastante importante [...] La gente está emprendiendo, pero no se sabe administrar. Este manual, más allá de estar basado en una estadística, está basado en la práctica; nos llegaban muchísimas consultas”, explicó Jorge Corral.

Desde la fundación

La duda más frecuente entre emprendedores, indicó Corral, es la forma en que las empresas deben ser constituidas legalmente, ya que en México existen varias opciones para hacerlo.

Una persona puede operar desde su propio RFC o puede conformar una empresa. En caso de que se opte por esta última, se puede integrar una Sociedad Anónima, una Sociedad de Acciones Simplificada o una Sociedad de Responsabilidad Limitada, entre muchas otras. Y cada una tiene sus propias características, ventajas y desventajas. Además, no es que una sea mejor que otra, sino que depende de las necesidades de cada tipo de negocio.

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"En la operación constante de la asociación, recibíamos un montón de consultas, muchísimas consultas, de todo tipo y muchas de ellas tenían que ver con temas legales; muchas decían: Yo quiero emprender, pero ¿cómo emprendo? ¿Me doy de alta como persona moral, persona física? Si es como persona moral ¿qué sociedad mercantil me conviene?”, detalló Corral.

Entre las opciones, la más sencilla en cuanto a trámites es la Sociedad de Acciones Simplificada. Se puede crear a través de internet y sin costo, pero solo se puede utilizar si los ingresos anuales no superan alrededor de 6 millones de pesos (el monto se actualiza cada año).

Sin embargo, muchas personas podrían emprender con este tipo de empresa y por desconocimiento lo hacen a través de otro régimen fiscal que implica una serie de pagos a notarios que podrían destinar en realidad a otra área de su negocio.

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“Tenemos caso de gente que ha pagado a notarios y Registro Público más de 50 mil pesos y es dinero que mejor lo dedicas a contratar a alguien o a comprar una computadora […] Cerca de 85% de las personas morales que se constituyen son sociedades anónimas [y se paga] 1.3 mil millones de pesos al año para constituir sociedades anónimas. Es muchísimo dinero, es casi prácticamente una tercera parte de todo el presupuesto que tiene la Secretaría de Economía en el país y se va en trámites, no en actividades productivas”, indicó.

Además, la constitución de las empresas incluye contar con algunos libros de asambleas, de consejos de administración, entre otros, que permitirán tener mayor orden y claridad en la administración de la misma.

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Contratos, pagos, inversiones: protégete

Cada vez que existe un flujo de dinero, ya sea que ingresa a la empresa o que egresa, hay un proceso legal involucrado. El pago a proveedores, a empleados, las rentas, las inversiones; todo involucra una serie de pasos y de condiciones que se deben cubrir para que ambas partes se encuentren conformes. Por ello, es necesario que las y los empresarios se acostumbren a generar contratos o documentos por cada trámite, mencionó Corral.

De no hacerlo, la persona emprendedora queda en situación vulnerable. Tampoco debe utilizar contratos que otra persona le brinde, ya que pueden estar desactualizados y/o no responder a las características que necesita el negocio. Destacó igualmente que un elemento esencial a proteger, pero que se olvida a menudo, es la propiedad industrial e intelectual.

En ese sentido y como un apoyo, el Manual Legal del Emprendimiento de la ASEM, disponible en su página oficial, contiene algunos descargables con modelos de contratos básicos.

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“Para cualquier emprendedor, los contratos deben representar una figura clave dentro de su operación. En primer lugar, porque permiten delimitar claramente cuáles son sus derechos y obligaciones frente a clientes, proveedores y otros terceros. En segundo lugar, porque les otorgan medios de defensa para el caso de su incumplimiento”, señala el Manual.

Si dices adiós, hazlo en orden

Es cierto que muchas empresas deben cerrar sus operaciones debido a múltiples razones y también en muchas ocasiones las y los emprendedores volverán a intentar con un nuevo producto o servicio, por eso es importante que conozcan qué hacer en estos casos.

El Manual del Emprendedor contempla igualmente la disolución de empresa. En primera instancia, explica, se debe tener conocimiento de las razones bajo las cuales se permite disolver una sociedad, y estas pueden ser por falta de recursos o debido a ciertos acuerdos tomados por quienes la integran. También es preciso identificar a las personas responsables de hacer la documentación necesaria del trámite

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De acuerdo con la ASEM, se puede realizar una disolución de manera prácticamente gratuita, aunque para ello de cumplir un requisito, el cual consiste en no tener facturas durante los dos años inmediatos anteriores ni adeudos.

Corral enfatizó que la obligación de emprendedores y emprendedoras de conocer los mínimos básicos legales, así como tener a la mano guías en la materia como la elaborada por la ASEM jamás deberían desplazar la labor del departamento legal que toda empresa debiera tener, pues es uno de los pilares de toda organización.

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