CIUDAD DE MÉXICO. Con mucha frecuencia las personas que conviven con un familiar o amigo deprimido no saben qué hacer para acercarse a ellos e, incluso, en varios casos, la experiencia les es tan desagradable que prefieren evitarlos o sobrellevarlos.. No obstante, su cercanía emocional es clave para que la persona que vive depresión cuente con una red social sólida que le ayude a alimentar su resiliencia para afrontar y gestionar mejor la adversidad.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, el 13 de enero, el tema es fundamental pues es un trastorno muy común que además ha crecido en la pandemia.

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Antes y después del COVID

Antes de la crisis sanitaria global por el virus de COVID-19 y el distanciamiento social que ha impuesto durante ya casi un año en todo el planeta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba que más de 300 millones de personas en el mundo sufrían depresión, que es la principal causa de discapacidad, mientras que más de 260 millones viven con trastorno de ansiedad. Muchas personas padecen ambas afecciones al mismo tiempo.

Además, calculaba que los trastornos por depresión y por ansiedad costaban anualmente a la economía mundial 1,000 millones de dólares anuales en pérdidas de productividad.

A raíz de la pandemia, la prevalencia en depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental se ha disparado, de acuerdo con estudios de varias instituciones en el mundo. Al respecto, la misma OMS ha advertido que la demanda de servicios para estas afectaciones ha aumentado y llamó a los gobiernos a ejecutar estrategias para atenderla.

Redes de apoyo, fundamentales para la resiliencia

Más allá de políticas públicas, a nivel micro, las redes de apoyo son fundamentales para una persona deprimida, tanto en la depresión endógena -cuya raíz es la fisiología cerebral- como exógena -relacionada con eventos externos estresantes o traumatizantes-, y tanto si es una depresión mayor como una más leve.

La familia y amigos son los más importantes en esa red porque son los primeros que se dan cuenta de la situación y los más cercanos para ofrecer un soporte, factor básico de la resiliencia. No obstante, de manera general, no saben cómo conectar de forma cómoda con sus seres queridos y a haciéndolos sentir cómodos.

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Una persona deprimida quiere conectar, pero no puede

"Aunque la depresión es muy común, en mi experiencia, la mayoría de la gente no quiere hablar con personas deprimidas a menos que pretendamos ser felices. Así que [los deprimidos] aprendemos a poner una fachada alegre para interacciones casuales, como comprar un café con leche con especias de calabaza. El barista promedio no quiere saber que un cliente está atrapado en la infinita oscuridad de su alma", dice durante una Ted Talk de 2017 el comediante estadounidense de Comedy Central, Bill Bernat.

Bernat vive con trastorno bipolar, el cual se caracteriza por periodos intercalados de gran euforia con periodos de depresión, y que tiene que ver con un una alteración de sustancias químicas y las estructuras del cerebro. Este padecimiento requiere medicamento y terapia.

Bernat también es comercializador de tecnología y ha sido galardonado por su programa de radio Becoming More Less Crazy, con el cual busca aportar conciencia y humor al tema de la salud mental. Además dirige talleres de narración de historias y eventos para recaudar fondos para organizaciones sin fines de lucro.

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En su participación menciona que "la depresión no disminuye el deseo de una persona de conectarse con otras personas, solo su capacidad", por lo que, pese a lo que pueda pensarse, hablar con amigos y familiares que viven con depresión es fundamental y, además, asegura que puede ser fácil y quizá hasta divertido. Pero es un tipo de diversión donde "las personas disfrutan de la compañía de los demás sin esfuerzo, nadie se siente incómodo y nadie acusa a las demás personas tristes por arruinar las vacaciones".

6 pasos para conectar

Con base en su propia experiencia, el comediante y narrador ofrece estos tips para hacer conexión real y cómoda con un amigo o familiar deprimido:

1. Habla con la persona como si su vida fuera tan valiosa, intensa y hermosa como la tuya. De hecho, lo es.
2. Habla con tu voz natural. "No es necesario que pongas una voz triste porque estamos deprimidos; ¿estornudas cuando hablas con alguien que tiene un resfriado? No es de mala educación que seas optimista con nosotros", dice Bernant.
3. Ten claro que NO tienes responsabilidad por la persona deprimida. "Es posible que tengas miedo de que si habla con la persona, seas responsable de su bienestar" y que tienes que "arreglarla" y resolver sus problemas. Y ésa no es la expectativa de la persona deprimida. "Puede que te preocupe no saber qué decir, pero las palabras no son lo más importante, tu presencia sí lo es".
4. Ofrece claridad sobre que puedes y no puede hacer por la persona. Puedes hacer una oferta limitada con límites muy claros. Por ejemplo: "Oye, llámame o envíame un mensaje de texto en cualquier momento, pero es posible que no pueda contactarte ese mismo día". O también: “Oye, quiero hablar contigo. ¿Puedo llamarte todos los días?, ¿Quizá te envíe un mensaje de texto todos los días y te llame más tarde en la semana? ¿Qué funciona para ti?". Con ello puedes ganarte su confianza.
5. La persona en depresión es una persona normal; interactúa sobre cosas normales o, incluso, pídele ayuda. Pregúntales si quiere ir de compras, si te ayuda a limpiar tu garaje o le ayuda a limpiar el suyo. Te estarás involucrando sin llamar llamar la atención sobre su depresión y, por lo tanto, la persona no se avergüenza ni se siente como una carga. "Invítala a contribuir a tu vida de alguna manera; incluso si es tan pequeño como pedirle que vaya a ver una película que te interesa".

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"Habla con una persona deprimida como si su vida fuera tan valiosa, intensa y hermosa como la tuya. Si te concentras en eso, podría ser la conversación más edificante de su vida"