CIUDAD DE MÉXICO. ¿Durante la pandemia has visto reducida la motivación de tu equipo? Trabajar desde casa, la presión emocional, económica y la inercia tienen un impacto negativo en los trabajadores. Sin embargo, hay algunas prácticas que pueden ayudar a mejorar su desempeño.

En su libro Primed to Perform: How to Build the Highest Performing Cultures Through the Science of Total Motivation, los autores Lindsay McGregor y Neel Doshi recopilaron información de cómo el trabajo remoto, especialmente cuando es la única opción ofrecida por una empresa, tiene un impacto negativo en la motivación.

En el contexto de la pandemia por virus de COVID-19, ambos publicaron un artículo para el sitio web de Harvard Business Review, en donde señalan una serie de acciones que pueden ayudar a los líderes a mantener en alto el espíritu de su equipo.

Amigos y enemigos

Los tres principales enemigos de la motivación son: la presión social, la presión económica y la inercia.

Estos tres aspectos, afirman Doshi y McGregor, se exacerban durante el confinamiento y el distanciamiento social. Entre el miedo a perder el trabajo, pagar la renta y proteger la salud, no es difícil que las personas sientan poca motivación laboral.

En contraste, los expertos identificaron tres motivadores que conducen a un mayor rendimiento laboral. El juego: disfrutar de tu trabajo; el propósito: cuando valoras el impacto de tu trabajo, y el potencial. cuando el trabajo mejora tu identidad.

Sin embargo, alertan que estos tres motivadores peligran por situaciones que genera el trabajo remoto como la falta de visibilidad del trabajo ante colegas y clientes o la ausencia de mentorías durante el home office.

Fuera la inflexibilidad

Lindsay McGregor y Neel Doshi señalan que lo primero que deben hacer los líderes cuando perciben que su equipo está desmotivado es resistirse a la tentación de hacer el trabajo rutinario con procesos, reglas y procedimientos estrictos.

“Cierto grado de límites y pautas ayudan a las personas a moverse rápidamente, pero demasiadas crean una espiral viciosa de desmotivación. En esos casos, las personas tienden a dejar de resolver problemas y pensar creativamente, y cambian a hacer lo mínimo”, señalan.

En otras palabras, si quieres que el equipo participe y se motive para trabajar, éste debe ser atractivo y las personas deben tener la oportunidad de experimentar y participar en la solución de problemas importantes.

Pasos prácticos

1. Manda el mensaje a tu equipo y usa herramientas de medición. Si quieres que tu equipo se dé cuenta que te importa su motivación, emplea herramientas capaces de medir ese rubro.

Posteriormente, habla con ellos sobre qué impacta positiva y negativamente en su motivación, así como las estrategias que ayudarían a mejorarla durante las próximas semanas.

“Puede hacer preguntas como: ¿Cómo le afecta la situación actual en este momento? ¿Qué consejos tienen las personas para motivarse en el entorno actual?”.

2. Enfoca también tu estrategia en la creatividad y la innovación. No solo se trata de crear planes concretos a ejecutarse, debe existir tiempo para la experimentación y resolución de problemas.

El esquema que proponen Doshi y McGregor es el siguiente:

Lunes: Reunión de rendimiento en la que se traten los siguientes aspectos:

1. ¿Qué impacto tuvimos la semana pasada y qué aprendimos?
2. ¿Qué compromisos tenemos esta semana? ¿Quién es responsable de cada uno?
3. ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente con los compromisos de esta semana?
4. ¿En qué áreas deberíamos experimentar para mejorar el rendimiento esta semana?
5. ¿Qué experimentos realizaremos y quién está a cargo de cada uno?

Martes a jueves: Al menos una reunión individual con miembros del equipo o reuniones de grupos pequeños en las que los empleados puedan colaborar en los experimentos de la semana y abordar problemas juntos.

Viernes: Reflexión. Recopila información sobre los experimentos de la semana y verifica cómo está la motivación y progreso cada integrante.