CIUDAD DE MÉXICO. El Estado mexicano está a punto de asumir más responsabilidades en las labores de cuidado, luego que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen al respecto.

La comisión que preside la diputada morenista, Aleida Alavez Ruiz, aprobó reformar los artículos 4 y 73 de la Constitución para la implementación del Sistema Nacional de Cuidados, por unanimidad con 23 votos a favor.

Éste fue turnado a la Mesa Directiva para su discusión y votación en el Pleno de la Cámara de Diputados el próximo 4 de noviembre.

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La adición al Artículo 4 se lee así:

“La ley establecerá la concurrencia de la Federación, Entidades Federativas, Municipios y demarcaciones territoriales de la Ciudad de México en el sistema nacional de cuidados. Tendrán prioridad en dicho sistema las personas que requieran cuidados por enfermedad, discapacidad, niñas, niños, adolescentes y personas mayores, quienes vivan en condiciones de extrema pobreza, y las personas que realicen actividades de cuidado de las anteriores sin remuneración alguna”.

Durante su discusión, la diputada Lorena Villavicencio Anaya señaló que hablar del tema (derecho al cuidado) es romper el paradigma de la autosuficiencia y asumirnos como seres interdependientes.

Las legisladoras aseguraron que el dictamen busca evidenciar que el trabajo de cuidado recae solo en las mujeres, pese a que es responsabilidad compartida con la familia, la sociedad, el Estado y el mercado.

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El dictamen propone la creación del Sistema Nacional de Cuidados que contempla el derecho a recibir y a brindar cuidados. Arguyen que el reconocimiento de este derecho permitirá encaminar políticas públicas que consoliden un sistema integral de cuidados.

¿Por qué es importante?

“Las mujeres mexicanas participan cada vez más en el trabajo remunerado, con la consecuente transformación de roles en los hogares que conlleva”, apunta el estudio Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, realizado en 2016 por ONU Mujeres.

Las mujeres en México contribuyen con 60% del total de horas dedicadas al trabajo remunerado y no remunerado (tiempo total de trabajo), mientras que los hombres con 40 por ciento. Pero no solo las mujeres, las niñas de 12 años y más triplican el valor registrado por los hombres.

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La situación no ha mejorado con los años y menos después de la actual emergencia sanitaria mundial.

Entre los factores que acentuarán la brecha de pobreza extrema en las mujeres a partir de la crisis derivada de la pandemia de COVID-19 está la disminución del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el abandono de empleos debido al rediseño de la fuerza laboral y los esquemas de trabajo, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres.

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Ambas organizaciones apuntan que las mujeres que estén en edad reproductiva correrán más riesgo de padecer la pobreza extrema, pues además de la disparidad de ingresos debido al género, son ellas quienes asumen la mayor parte de las labores de cuidado en sus hogares.