CIUDAD DE MÉXICO. Andrea Campos Guerra vivía episodios de depresión desde muy joven y buscó en la tecnología herramientas de apoyo, específicamente, aplicaciones especializadas en salud mental. Utilizó varias, pero en ninguna encontró lo que necesitaba. Ese fue el origen de YANA, la app que desarrolló y por la cual ha sido reconocida como una de las mejores emprendedoras de México por la Asociación de Emprendedores de México.

La aplicación, -cuyo nombre deriva de las siglas de la frase en inglés: You Are Not Along-, es un chatbot (agente conversacional automatizado) con el que las personas pueden platicar y las ayuda a manejar sus estados emocionales. Esto lo hace a través de estrategias basadas en la terapia cognitivo-conductual y de manera amigable y simple. Si es necesario, canaliza con líneas de crisis o con profesionales de la salud mental. La plataforma está soportada por especialistas en psicología.

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Andrea decidió crear la plataforma como solución a su necesidad personal, pero no imaginó el impacto que llegaría tener y que finalmente daría pie a su propia empresa.

“Al juntarnos para hacer esto [el equipo desarrollador] y empezar a hablar un poquito del proyecto y presentarlo un par de veces, pues nos dimos cuenta de la reacción muy interesante y muy bonita de gente que nos estaba escuchando; gente que quería descargar la aplicación; gente que se quería involucrar en el proyecto para desarrollarlo también, y entonces me di cuenta que claramente era una necesidad que iba mucho más allá de Andrea, y es cuando decido convertirlo en una empresa”, contó la emprendedora de 27 años en entrevista con Dalia Empower.

Así, convirtió su trastorno en una oportunidad para ayudar a otras personas y para su propio crecimiento. Andrea Campos constituyó la empresa en 2017, pero la aplicación comenzó a operar hasta 2020 debido a una serie de obstáculos no esperados que ha tenido que enfrentar.

La Asociación de Emprendedores de México (ASEM) la reconoció en su lista E-100 2021 como una de Los 100 Emprendedores de México de alto impacto positivo en su entorno. YANA ocupa el segundo lugar del listado y el primer lugar en el subranking de emprendimientos liderados por mujeres.

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Los retos: entre obtener inversión y salir del clóset de la salud mental

Uno de ellos tuvo que ver con el hecho de que este desarrollo tecnológico resultó ser disruptivo en en México y no existía una regulación sanitaria al respecto. Era la primera aplicación de esa naturaleza en México y, de hecho, la primera en habla hispana. Por lo tanto, no había antecedentes al respecto y la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios desconocía si la app entraba en la categoría de dispositivo médico y debía contar con un permiso especial, explicó la emprendedora a News + Media la plataforma de información y noticias de Dalia Empower.

Otro reto fue encontrar inversionistas que quisieran apostar al proyecto. “En el ecosistema [emprendedor] no se acostumbra relacionar algo que hace dinero con algo que hace el bien y, entonces, me acuerdo que los inversionistas me decían: Está increíble lo que estás haciendo; necesitamos más gente como tú y demás, pero yo no voy a invertir”, mencionó.

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Por otra parte, la presentación de YANA a inversionistas, usuarios, proveedores, etcétera, exigía contar el motivo que le dio origen. Por lo tanto, mencionó Andrea, debía hacer público su padecimiento y eso implicaba que su familia -que lo desconocía hasta ese momento- se enterara. Así que tomó la decisión de hablarlo con ellos lo que había vivido.

“Mi familia, en general, ubicaban pocas cosas [de su depresión], pero no ubicaban la profundidad de lo que había vivido durante 14 años. Fue un poco sorprendente darse cuenta, pero yo, forzosamente, tenía que platicar estas cosas para poder compartir mi historia y hacerle saber a la gente porque estaba tratando de resolver este problema tan grande [...] era como salir del clóset del tema de la salud mental, pero se tuvo que hacer”, aseguró.

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Comunicación poderosa: su habilidad clave

La salida al mercado de YANA coincidió con el inicio de la pandemia, en marzo de 2020. Al inicio mostró el crecimiento que el equipo había esperado, dijo Campos Guerra. Pero hacia octubre (el Mes de la Salud Mental) de ese año, la aplicación dio un enorme salto al pasar de 80 mil al millón de usuarios. A principios de 2021 acumula 8 millones. Eso atrajo a la empresa la mirada y, al fin, el dinero de los inversionistas.

Andrea considera que el éxito de la aplicación se ha debido en gran parte a la capacidad que ha tenido para comunicar su idea. “El saber comunicar y compartir y contagiar tu misión; el enamorar a otras personas de un sueño que tú tienes, es algo difícil de lograr y no es algo que no te van a enseñar en la escuela ni nada; es una habilidad blanda muy muy importante para poder construir un equipo y sumar a otras personas en lo que estás construyendo”, mencionó a Dalia.

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La emprendedora sabe que la plataforma aún tiene retos por delante, como lograr que las personas usen la herramienta como como prevención y no solo en situaciones de emergencia, como también sucede en todas las áreas médicas. No obstante, celebra su éxito hasta ahora y el haber hecho de una problema personal una oportunidad para que muchas personas mejoren su salud mental.