Hoy más que nunca, en tiempos de home office, crisis, despidos e incertidumbre, recuerda el gran poder del agradecimiento. Esta puede ser una parte fundamental de tu liderazgo y cultura de trabajo en equipo.

El documento The Science of Gratitude publicado en 2018 por The Greater Good Science Center, menciona que ser agradecido puede traer varios beneficios tanto a nivel individual como grupal.

A nivel individual, algunos de los beneficios son: mayor felicidad y humor positivo, más satisfacción con la vida, menor probabilidad de sufrir burnout, mejor salud física, mayor resiliencia, menor fatiga, mejor calidad de sueño, entre otros beneficios.

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A nivel grupal algunos beneficios son: fortalecimiento de las relaciones, puede ayudar a la efectividad de los empleados y también puede incrementar la satisfacción del trabajo.

Y aunque escuchamos mucho acerca del agradecimiento, hoy me gustaría compartirte cinco maneras en que puedes fomentar la gratitud tanto en tu liderazgo como con tu equipo.

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1 Motiva a tu equipo a reconocer los esfuerzos y ser agradecidos entre sí

Hoy, con la mayoría de las empresas bajo trabajo remoto o híbrido, es fácil que no sepamos qué están haciendo nuestros colegas o miembros de nuestro equipo. Por ello, lo primero será establecer algún mecanismo de comunicación para que todos tengan visibilidad de los proyectos o entregables relevantes de cada miembro.

Después, deben definir cuál puede ser una manera sencilla de celebrar un logro profesional o personal. Puede ser una mención en la reunión semanal del equipo, un correo o mensaje de whatsapp a todos cuando algo se concrete o, si están trabajando en la misma oficina, tener una campana que puedan tocar cuando reciban una buena noticia de su trabajo o se dé un logro. Acompañarse en los logros fomenta un sentido de pertenencia y compañerismo.

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De manera adicional, motiva a todo tu equipo a no dar por sentado los esfuerzos de las personas y, aunque sea parte de su trabajo, a comprender que dar las gracias nunca sale sobrando. Porque no sólo están los hechos, sino también la forma en que se hacen las cosas, y una buena actitud siempre vale la pena agradecerla.

2 Fomenta la reflexión sobre el trabajo, el plan de vida y los sueños.

Cuando estamos trabajando, es fácil caer en el acelere diario, operando, contestando email, atendiendo reuniones y videollamadas, etcétera. Esto puede generar fatiga, hastío y hasta burnout.

Por eso es importante que todos tengan claro cómo su trabajo aporta a su plan de vida y también cómo los ayuda a contribuir al mundo y a su comunidad.

Estoy convencida DE que el trabajo debe ser una fuente de bienestar. Y no solo bienestar económico, sino en materia de autoestima, realización, sentido de pertenencia y aportación de valor al mundo.

No hay nada más emocionante que estar en un trabajo que disfrutas, aprecias y te apasiona. Por eso, reflexiona frecuentemente en los regalos que el trabajo te da y mantén esto muy presente.

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3 Lleva un diario de agradecimiento

Al final de tu jornada reflexiona acerca de cuáles son las 3 cosas que te ocurrieron durante el día por las que quieres dar gracias.

Procura no repetir y piensa cada día qué cosas o interacciones tuviste por las cuales quieres agradecer.

Poco a poco, verás que son muchas las cosas buenas que te pasan durante el día y, aunque también puedes tener eventos o situaciones desagradables, en la mayoría de los casos son mayores las cosas buenas que las malas. Aprécialas y disfrútalas para que no pasen desapercibidas.

4 Enfócate en aquello que quieras aumentar en tu vida

Uno de los grandes poderes que tenemos como individuos es nuestra atención. Aquellos pensamientos y situaciones que reciben nuestra atención serán los que crecerán en nuestra vida.

Por lo tanto, cuando estamos con la frecuencia de agradecer y buscar continuamente cosas, personas o situaciones positivas que nos ocurren, les estaremos dando más poder y cada día habrá más cosas por las cuales quieras agradecer. Con frecuencia me doy cuenta de que muchos de los pensamientos que nos generan sufrimiento y angustia son suposiciones futuras o hechos pasados que no podemos cambiar. El único regalo que tenemos es el presente, dale tu atención y disfrútalo a cada instante.

5 Establece un día de ayuda a la semana

Una de las maneras de sentirse con abundancia y plenitud es cuando ayudamos a otros. Puedes dedicar un día a la semana para que cada miembro de tu equipo le ofrezca ayuda a alguien dentro o fuera de ese mismo equipo.

Está comprobado que cuando nos ayudan, despiertan en nosotros las ganas de ayudar, y así, gradualmente se crean una cadena de favores que son los que tornan la cultura organizacional hacia una más colaborativa y de apoyo.

Empieza ya a construir el hábito personal de apreciar y agradecer, y llévalo a cabo con las personas que te rodena, tus seres queridos y colaboradores de trabajo. Pronto verás los frutos y beneficios que traerá a tu vida y a la de los demás.