Cuando hablé por primera vez hace unos meses del pensamiento híbrido, honestamente no sabía que el concepto ya existía y mucho menos sabía que normalmente se relaciona con un discurso dado por Steve Jobs en la Universidad de Stanford hace varios años.

Lo único que tenía sumamente claro era que la capacidad de conectar los puntos, es directamente proporcional a la capacidad de entender el sistema sobre el cual nos desarrollamos como humanidad. Y no me refiero solo al sistema económico, sino también al sistema que conforman las sociedades, al sistema corporativo, sistema de consumo, sistema regulatorio, sistema ambiental, entre otros.

También parte de mi descubrimiento fue encontrar a Ray Kurweil, un “futurista” que propone la tesis de que el siguiente gran salto de la humanidad está en que nuestro poder cerebral se expandirá hasta acercarnos al poder de cómputo de la nube, como cuando hace dos mil millones de años nuestros ancestros mamíferos desarrollaron, para ese momento, lo que era una nueva característica cerebral: el neocórtex.

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En fin, el punto es que ya sea por la razón de Steve Jobs o por la propuesta de Ray Kurweil, para mí el pensamiento híbrido no tiene vuelta atrás. Ya está aquí y cada vez más se hace evidente la urgente necesidad de desarrollarlo y más aun, aplicarlo. ¿Pero qué significa esto? Si me permites, yo te voy a proponer mi propia reflexión que me llevó a hablar por primera vez de este concepto.

Como bien debes haber notado, el mundo está en un momento de extrema transformación, un momento de incertidumbre, un momento de confrontación social y escasez de recursos ambientales al mismo tiempo. Las complejidades que estamos viviendo no tienen más que un origen, un sistema que nosotros mismos hemos creado y que ahora estamos viendo que no necesariamente trajo los resultados que habíamos planeado. La creciente brecha de desigualdad, el cambio climático, la violencia, la mala distribución del sistema alimentario, por dar un ejemplo.

Nuestra mente ha funcionado tradicionalmente bajo un pensamiento analítico, el cual identifica las variables y bajo un análisis lineal toma decisiones. Pero, por otro lado, tenemos el pensamiento con enfoque sistémico, el cual analiza las variables y antes de tomar decisiones se centra en “conectar los puntos” para expandir las reflexiones y sacar conclusiones en un plano de mayor profundidad en el entendimiento.

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Entonces, ante problemas tan complejos, como los que buscar erradicar el Desarrollo Sostenible, mi propuesta es el desarrollo del pensamiento híbrido, entendido como la capacidad de hacer un proceso analítico muy detallado sin perder de vista el enfoque sistémico. No es pensar de forma tradicional, es pensar considerando nuestra realidad y capacidad de cambio, pero obligándonos a llevar nuestras decisiones a un espacio de innovación, flexibilidad, aceptación de la incertidumbre y del riesgo a favor de lograr resultados que promuevan el bien común y la transformación del sistema.

* Las opiniones expresadas por la autora de este espacio no representan la visión ni la postura de Dalia Empower