Marcelina Bautista, la mujer que ha pugnado por los derechos de las trabajadoras del hogar
Como trabajadora doméstica se dio cuenta que no tenía derechos y así comenzó su activismo. La BBC la enlistó en las 100 mujeres más inspiradoras del mundo.
CIUDAD DE MÉXICO. Entre los días más difíciles de la vida de Marcelina Bautista están aquellos en que intentaba acercarse a las personas que toman decisiones sobre la vida de México y era ignorada junto con su causa: las trabajadoras del hogar.
En el país nadie prestaba atención a un tema que comenzaba a tener relevancia mundial, puesto que se proponía ya un instrumento de la Organización Internacional del Trabajo que protegía los derechos de estas trabajadoras. En esos días, Marcelina era la única que pugnaba por esos derechos que durante años se les habían negado; incluso todavía hoy sucede. Por eso, su misión era ir de un lugar a otro a presentarse para conseguir apoyo.
No se imaginaba que tan solo unos años después, el tema tomaría fuerza, ya no estaría solo ella y su organización en la lucha.
"En las cámaras [de diputados y de senadores] -donde hablaba sobre las trabajadoras del hogar- empecé a incidir para cambiar las leyes. De repente había la oportunidad de ir a la Cámara de Diputados y yo sentía [que me escuchaban con expresión de]: ‘Esta ¿de qué está hablando? Esta, otra vez está hablando de lo mismo’”, contó.
Bautista aseguró que cuando las diputadas abordaban el tema, anteponían sus necesidades a su obligación legislativa de asegurar derechos humanos y laborales. En ese sentido, recordó que las legisladoras se negaban a que las trabajadoras tuvieran jornadas de solo ocho horas bajo el argumento de que las necesitaban más tiempo disponibles en sus casas cuando ellas regresaban por la tarde o por la noche de sus lugares de trabajo.
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Capacitación y activismo a escondidas
Para entonces, Bautista llevaba ya años abanderando la lucha con la cual se topó por casualidad cuando era trabajadora de una casa. Comenzó su vida laboral en esta actividad cuando tenía 14 años de edad, tras abandonar sus intenciones de estudiar ante la necesidad de ganar dinero. Fue entonces que viajó a la Ciudad de México desde su natal Oaxaca.
Ya en la capital mexicana, en una ocasión se acercó a una iglesia y se encontró con grupos sindicalistas que buscaban defender los derechos de los trabajadores. Aprendió muchas cosas ahí y se dio cuenta dio cuenta que esos derechos también hacían falta en su caso como empleada. Entonces, se reunió con otras cuatro trabajadoras del hogar y comenzaron a invitar a otras mujeres empleadas y a organizar capacitaciones sobre sus derechos, que, en ese momento, las leyes mexicanas no contemplaban.
“Con el tiempo armamos un grupo de trabajadoras del hogar. Yo empecé a estudiar diplomados sobre violencias laborales, feminismo, derechos humanos, la Constitución. Y fue ahí que me gustó mucho la parte de derechos”, indicó. Más tarde, Marcelina acudió al Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Trabajadoras del Hogar, en Bogotá, Colombia, donde comenzó a organizarse con otros países.
Sus empleadores desconocían que tomaba capacitaciones y hacía activismo. Pero, obviamente, recibieron las exigencias de Bautista en cuanto a los derechos que le correspondían. "Mis empleadores no sabían mucho porque toda esa capacitación la hice los domingos y cuando aprendes algo, pues, obvio, el cambio tienes que hacerlo. De repente, yo quería un día... no sé, aguinaldo, un día de descanso, o vacaciones. Entonces a varios empleadores se les hacía raro”, dijo.
Sin embargo, en algunos casos se enteraban de su actividad fuera de su horario de labores porque revisaban sus cosas personales y le advertían que no cumplirían con sus solicitudes. “Algunos empleadores revisaban mis cosas. Cuando yo salía se metían en mi cuarto y revisaban todo lo que es mis papeles. Entonces, una vez, una empleadora me dijo: 'Yo ya sé lo que tú haces y ni creas que te voy a dar lo que quieres'. Y cosas así. Y yo no decía nada porque ya había descubierto mis cosas”, narró.
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Su sueño cobra vida: un centro de capacitación y apoyo
Era el año 2000, recordó Bautista, cuando una beca de una fundación internacional (McArthur) logró que se cumpliera uno de sus sueños y de las cuatro mujeres que la acompañaban en la lucha: formar un espacio multidisciplinario para trabajadoras del hogar y a partir de allí surgió el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A C. (CACEH).
Desde ese momento comenzaron varias labores en paralelo que iban desde capacitación a mujeres, llevar el tema a la agenda pública y lograr la creación de un marco legal justo para esta área laboral. “Poco a poco empecé a hablar a las universidades, a los alumnos que estaban estudiando derecho, y me apenaba mucho porque yo decía: 'Si los abogados no están estudiando sobre este tema o sobre nuestros derechos, pues va a ser difícil'”.
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Y justo eso sucedía. Por ejemplo, en 2010, cuando se discutió el convenio 189 de la OIT. Bautista consideró que fue muy difícil que México se uniera. Aunque en 2015 las cosas comenzaron a cambiar, dijo. A las cámaras y a la opinión pública comenzaron a llegar mujeres feministas que tenían mayor perspectiva de derechos humanos y de género, con quienes pudieron impulsar el tema. “Empezó a ser más fácil porque se volvieron ellas las voceras de integrar dentro de la agenda legislativa el tema de las trabajadoras del hogar, que tampoco era tan fácil para ellas y nosotras seguíamos trabajando”, aseguró.
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Su premio más grande: ver a mujeres empoderadas
Hoy ya existen leyes en la materia y aunque todavía son insuficientes, Marcelina consideró que se ha hecho un avance importante en comparación con el pasado. Además, se han realizado campañas de concientización que han logrado que cada vez más personas consideren el trabajo doméstico como lo que es: en empleo, un trabajo.
Bautista ha ganado reconocimientos por su labor como el Premio Hermila Galindo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (2006); Premio de Derechos Humanos de la Friedrich Ebert Stiftung en Berlín, Alemania (2010); Premio Nacional por la Igualdad y la No Discriminación, otorgado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (2013), y recientemente fue reconocida como una de las 100 mujeres más inspiradoras del mundo por la cadena británica de medios BBC. No obstante, lo que da mayor satisfacción a Bautista es que las trabajadoras conozcan sus derechos y los ejerzan para evitar que sean víctimas de violencias en sus trabajos.
"Es una parte muy padre porque después de ver trabajadoras con mucho problema de humillación, problemas de violencia que ellas pasan en el trabajo, pues a veces piensas cómo le puedes cambiar la vida a alguien que ha sufrido tanto y cómo puede esta persona sobrevivir con tanta cosa. Y el proceso que llevamos sobre violencia, autoestima, empoderamiento; las ves en el otro lado donde ya son mujeres con derechos, reclamando esos derechos, organizándose”, contó.
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