CIUDAD DE MÉXICO. El 15 de mayo Finlandia anunció que había frenado la pandemia por COVID-19 en el país con 287 muertes hasta ese día. Al frente del gobierno de ese país se encuentra una joven feminista que proviene de una modesta familia homoparental: Sanna Marin.

Marin, de 34 años, asumió el cargo de primera ministra de Finlandia el 10 de diciembre de 2019 convirtiéndose no solo en la ministra más joven de ese país, sino del mundo. Seis meses antes de su nombramiento era ministra de Transporte y Comunicaciones.

En estos días, cuando el planeta libra la lucha contra el virus SARS-CoV-2, Finlandia ha destacado entre los países que mejor han gestionado la crisis y que, de manera coincidente, son conducidos por mujeres.

A mediados de marzo, aún sin víctimas mortales, la nación declaró el estado de emergencia y aplicó fuertes restricciones como cierre fronteras, escuelas, comercios y espacios culturales, así como el aislamiento de Helsinki, la capital. Al 18 de mayo registra 6,380 contagios confirmados y 300 muertes.

Entre prejuicios y derechos humanos

Sanna Marin nació en 1985 en Helsinki, capital de Finlandia. Sus padres se separaron cuando ella era muy joven. Posteriormente, fue criada por su madre y su nueva pareja: una mujer.

El haber crecido en una familia homoparental, en tiempos en que todavía existían gran prejuicio e invisibilización de este tipo de familias, formó parte de la ideología de Marin.

“Soy de una familia homoparental y eso sin duda me ha condicionado para que la igualdad, la paridad y los derechos humanos sean muy importantes para mí”, dijo a medios de comunicación días antes de asumir el cargo de primera ministra.

Empleada desde los 15 años

Marin no tuvo grandes lujos durante su época de estudiante. De hecho, fue la primera persona de su familia en ir a la universidad, donde estudió Ciencias de la Administración.

A los 15 años, Sanna comenzó a trabajar. Hasta entonces su madre dependía de apoyos económicos y prestaciones estatales. Marin trabajó en una panadería, vendió periódicos y fue cajera mientras estudiaba la universidad.

Para ella la política era algo lejano, relacionado solo con personas que se encontraban en un nivel socioeconómico superior. “Me parecía algo para otra especie humana superior a mí. Nunca me había imaginado que acabaría siendo mi trabajó”, declaró para Manaiset en 2015.

Fue precisamente mientras realizaba sus estudios universitarios que se inició en la política tras unirse a las juventudes socialdemócratas.

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El salto a la vida pública

Tras su ingreso a las juventudes socialdemócratas, en 2012, fue seleccionada como concejal del ayuntamiento de Tampere. Ahí comenzó a ganar popularidad y cobró relevancia nacional.

Para 2014, ya era vicepresidenta del Partido Social Demócrata. En 2015, era parte del parlamento finlandés por el distrito de Pirkanmaa y cuatro años más tarde fue reelegida para esa posición.

En 2019, fue nombrada Ministra de Transportes del país y en 2019, tras la dimisión de Antti Rinne, fue elegida para el cargo máximo de Finlandia.

Sanna Marin defiende abiertamente la causa feminista, los derechos para las minorías y el ambientalismo.

Tiene una hija con su pareja Markus Räikkönen.

Con información de La Vanguardia y El País.