CIUDAD DE MÉXICO. A los cinco años, Verónica Boquete, una de las futbolistas más reconocidas en Europa, se topó con una cruda realidad, pues para alcanzar su sueño de ser futbolista profesional se enfrentaría a desigualdades en oportunidades y salario por ser mujer.

“Cuando entré en mi primer equipo, me encontré con una norma que prohibía jugar a las niñas con los niños. Durante la semana sí podía entrenar con ellos, pero cuando llegaba el partido, no me dejaban jugar”, recuerda, en entrevista con Dalia Empower, la ahora centrocampista en la Associazione Calcio Firenze Fiorentina de la Serie A de Italia.

Frases como “el futbol no es para chicas” o “del futbol no vas a vivir”, no le causaron daño. Al contrario, cada vez que las escuchaba, ella se hacía más fuerte. De ese modo desarrolló un carácter tranquilo, resiliente y de acero. “Sobrepasar todos esos obstáculos te hace ser mejor y te hace ser consciente del altavoz que tienes para poder provocar el cambio en otras muchas situaciones”, explica a Dalia, el proyecto de educación que apoya el desarrollo profesional y personal a través de la enseñanza de life skills (habilidades blandas).

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‘Vero’, como le dicen de cariño, es un modelo inspirador para muchas mujeres y niñas en el mundo, pues ha sido una figura destacada que ayuda a cerrar la brecha de género. Ella fue el detonante detrás de la inclusión de mujeres futbolistas en los videojuegos de FIFA, luego de que una petición suya alcanzara más de 20,000 firmas en solo 24 horas.

Su carrera futbolística le ha permitido viajar por todo el mundo, desde Suecia hasta China, y también ha levantado uno de los trofeos más prestigiosos, la UEFA Women's Champions League con el FFC Frankfurt en 2015. Además capitaneó a España durante su primera participación en la Copa del Mundo ese mismo año aún mantiene el récord de goles de “La Roja” con 38 a su nombre.

Una líder adaptable y con un estadio 'propio'

Sencilla, segura y camaleónica, ‘Vero’ relata cómo ha sido su manera de liderar cuando ha estado al frente de los equipos o entrenamientos. “El líder debe adaptarse a cualquier situación. En mi caso tengo la posibilidad de adaptarme a distintos estilos. Lo más importante de un líder es saber en qué tipo de grupo está, qué tipo de compañeras y compañeros tiene y cuál es la manera más efectiva de liderar”, menciona.

En ocasiones, la futbolista profesional ha tenido que liderar con el ejemplo, otras con la palabra y, en otras situaciones, dejando que otras personas tomen el mando y se empoderen a sí mismas al tomar decisiones y dirgir al equipo.

Su trayectoria le ha valido un reconocimiento muy especial de la gente de su ciudad natal en Santiago de Compostela, España. El estadio principal pasó a llamarse Estadio Vero Boquete de San Lázaro, en su honor, lo cual ella describe como el mayor premio de su carrera. Hasta el día de hoy sigue siendo la única mujer con un estadio de futbol que lleva su nombre.

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La jugada con la que vence al síndrome del impostor

Boquete confiesa que no todo en su carrera han sido pensamientos positivos y sabores dulces. A veces no se siente merecedora de todo lo que ha logrado y ha sido víctima del síndrome del impostor, sobre todo, cuando la reconocen por ser pionera en algo o por haber jugado por primera vez en algún sitio. “Creo que en el éxito hay que relativizar un poco todo. Ni querer tener todo el reconocimiento ni tampoco ese síndrome del impostor de pensar o creer que no lo mereces”, señala.

Lo cierto es que sí ha experimentado esa situación en la que no se siente merecedora del reconocimiento que deriva de sus logros. Sin embargo, para enfrentar el síndrome del impostor, ‘Vero’ rememora los inicios de su carrera y todo lo que ha vivido para llegar al momento en el que está. Entonces, reconoce su esfuerza, su disciplina y hasta los sacrificios, y así encuentra la paz y la calma que la hacen confiar de nuevo en sí misma y sentirse digna del éxito que ha conseguido en sus propios términos.

“En el fondo, todos los deportistas tenemos mucha confianza en uno mismo, aunque en muchos momentos puedas perderla o puedas dudar, al final siempre vuelves a esa confianza. [Yo vuelvo] a mis inicios, mis orígenes; pienso en todo lo que he tenido que pasar e ir superando a lo largo de mi carrera y de mi vida, y cuando valoro todo ese camino puedo pensar que me merezco esto y dejo de lado ese síndrome del impostor”, explica.

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Sororidad y activismo por la equidad, otro eje de su profesión

Desde febrero de 2015, Boquete es embajadora de la UEFA para el desarrollo del futbol femenino y desde 2017 forma parte de la comunidad de futbolistas CommonGoal. Confiesa que desde todas sus trincheras ha levantado la voz para pedir igualdad salarial y de condiciones laborales para sus compañeras. Una amplia brecha de género impera no solo en el futbol europeo, sino a nivel mundial.

En 2020, El Míster, sitio mexicano de noticias deportivas, dio a conocer el Primer Informe de Futbol Femenil de América Latina, el cual documenta el número de ligas profesionales que existen en la región, cuáles tienen patrocinios, cuáles son las condiciones laborales y salariales, y quiénes son las jugadoras con mayor impacto en redes sociales. El reporte señala que uno de los mayores problemas y el más importante que enfrenta el futbol femenil es la desigualdad salarial.

De acuerdo con datos de El Míster, el sueldo de una jugadora profesional mexicana está entre los 5,000 y 150,000 pesos mensuales. Pero la mayoría de ellas no supera los 10,000 pesos. En Brasil es de 22,000 pesos mexicanos; en Colombia una jugadora profesional gana entre 10,000 y 22,000 pesos mexicanos y en Perú entre 2,000 y 4,000 pesos mexicanos.

Boquete sabe que debe continuar abriendo camino para más mujeres jóvenes que buscan hacer carrera en el balompié. Por eso participa activamente como embajadora de la organización Girls United (Chicas Unidas), una organización que nació en Quintana Roo por iniciativa de Romina Calatayud, emprendedora social mexicana, que busca empoderar a niñas y adolescentes a través del futbol en México y en Londres.

‘Vero’ invita a las jugadoras a perseguir su sueño de ser futbolistas profesionales, pero también a que complementen sus estudios con otra carrera. Hay tiempo para lograrlo, asegura. “El futbol me ha dado todos mis principios y valores. Te enseña a ser responsable, a respetar, a integrarte y perseverar”, señala. Para ella, un juego de futbol es como una vida en pequeño: lo que se aprende en el campo se aplicará en la vida real, dice.

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‘Vero’ no se arrepiente ni un día de lo que ha vivido. “Todas mis decisiones me han llevado a donde estoy hoy y a ser la persona que soy. Si vuelvo atrás, no cambiaría nada. Lo mejor que me ha dado el futbol es la gente, mis amigos, la gente que te motiva, que te llena, a la que admiras; [esa gente] viene de este deporte. Todos los momentos vividos buenos o malos y lo que comparto con estas personas es lo mejor de ser futbolista”.

La vida de Boquete lejos del balón es casi imposible de pensar. Claro que le gustaría ser madre, pero aún está enfocada en su profesión y mientras su cuerpo y su salud se lo permitan, seguirá desempeñándose en el mediocampo.

Es maestra de profesión y actualmente estudia una Maestría en Dirección Deportiva en una universidad suiza. Cuando llegue el tiempo de retirarse del futbol está segura de que será entrenadora profesional, tanto a nivel femenil como varonil. Y eso, entrenar a varones, sería otro paso más para las mujeres dentro del deporte del balompié.