CIUDAD DE MÉXICO. Kirén Miret está segura de algo: solo le falta volar. La inquietud por desarrollar todas sus ideas le ha hecho ser una rebelde ante sus cercanos y ante la vida.

La combinación de persistencia y un arduo trabajo de años la llevaron a convertirse en productora ejecutiva y directora en Shark Tank México y Colombia.

También hizo realidad un sueño al fundar Heladería Casa Morgana y tiene el cargo vitalicio de "comandante en jefe" de Niñonautas, un programa que saltó de la radio al mundo editorial, a través de libros.

Sin embargo, a lo largo de su vida Kirén ha aprendido duras lecciones en lo personal y lo profesional.

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En dos ocasiones Casa Morgana fue víctima de robos y vandalismo, hechos que le hicieron replantear muchas cosas, más no su intención de seguir adelante con el negocio.

“He sido clienta frecuente de la delincuencia durante varios años, pero no soy la única y no nos vamos a limitar. Puedes fracasar en el camino, pero vale la pena intentarlo antes que quedarse parada”, dice Kirén Miret.

Al hablar de los desafíos que enfrentan las mujeres emprendedoras, la autora de seis libros infantiles es contundente: ser mujer no es sinónimo de incapacidad, pero tampoco debe utilizarse como una ventaja para obtener cosas.

“Trabajé muy duro para conseguir lo que tengo y ser mujer nunca fue un impedimento, ni tampoco utilicé las ventajas del género, simplemente fui perseverante y comprometida. Tengo el carácter y las agallas para hacer que las cosas sucedan y da igual si soy mujer”, asegura Miret, mientras Mantequilla (un gato de 22 años) le demanda cariño frente a la cámara.

La productora ejecutiva es consciente de que en este momento se encuentra en una posición desde donde puede elegir con qué proyectos y personas quiere trabajar, aunque para llegar ahí tuvo que hacer sacrificios.

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En búsqueda de identidad y propósito

Cuando tuvo que escoger carrera universitaria, en sus propias palabras, no tenía idea de lo que quería hacer en la vida, pero en algo sí tenía una certeza al terminar la preparatoria: estaba decidida a descubrir el mundo con sus propios ojos.

Al concluir con sus estudios de educación media superior le dijo a su madre que quería hacer un año sabático. Pero conseguir una respuesta favorable no era la opción, pues en su casa, tanto a ella como a su hermana Maia, se les enseñó que debían estudiar o trabajar.

En ese momento, optó por la segunda alternativa y durante unos meses fue parte del Programa de Cuates del Papalote Museo del Niño con el objetivo de hacerse de algunos ahorros para después viajar de mochilazo por Europa. “Ese fue mi primer trabajo y lo iba a hacer bien”.

Tiempo después, entró al Tec de Monterrey condicionada por promedio, debido a que en su época escolar anterior se había dedicado a jugar futbol y tomar clases de karate, entre otras actividades. “Era una pésima estudiante en términos de desempeño académico”, reconoce Miret con una risa juguetona.

Antes de embarcarse por el Viejo Continente, la joven estudiante se inscribió a la carrera de Mercadotecnia sin tener claro los pasos que daría a su regreso a México. Sin embargo, estando allá le pidió a su madre que la cambiara a Comunicación.

Contra todos los pronósticos egresó de la institución con mención honorífica y habiendo descubierto su verdadera pasión.

Su madre, la mujer que la inspira

La historia de vida de la emprendedora no puede concebirse sin una mujer que a la fecha la sigue inspirando: su madre, Victoria, antropóloga de profesión.

Su mamá nació en Argentina, de padre polaco y madre rusa. A los 25 años, se trasladó a México para vivir ahí de manera temporal. Al cabo de un tiempo descubrió que en el país existían grandes oportunidades, por lo que regresó a su tierra por dos maletas de ropa y 500 dólares con los que inició su vida de manera oficial en territorio mexicano.

En México, conoció al padre de Kirén, quien había llegado a los cinco años refugiado de la Guerra Española y desde entonces construía una vida en este país.

A pesar de que hace unos años Victoria dejó de estar en el mundo terrenal para convertirse en "astronauta" de Kirén, la productora ejecutiva asegura que creció con el poderoso ejemplo de una mujer que se quedó viuda a los 45 años y sacó adelante a dos hijas.

“Mi madre siempre fue amorosa, ejemplar, culta, trabajadora; era espectacular. No la paraba nada ni nadie. Ella me marcó y definió de muchas maneras la mujer que soy”.

Rebelde siempre

Kirén se autodescribe como hija de otra familia, pues sus papás eran personas muy cultas, serenas e introspectivas, dedicadas al mundo de la intelectualidad. Pero ella se ubica en el otro lado de la cancha: es una amante de los deportes que no se detiene, sin importar que se haya fracturado todos los dedos de las manos y a la fecha tenga varias lesiones.

Su hermana Maia embona perfecto en el arquetipo familiar, ya que está inmersa en la divulgación de la ciencia, es editora y diseñadora industrial. “La admiro profundamente”.

A pesar de que ambas son diametralmente opuestas, el amor por el proyecto de Niñonautas las llevó a unir sus inteligencias para trabajar en el diseño editorial de los cuatro libros del programa de radio que han salido a la venta.

Además, escribieron uno juntas, Arañas, pesadillas y lagañas, que es el favorito de Kirén al describirlo como el que tiene “más carácter y ovarios”.

Niñonautas: un diálogo con las infancias

Niñonautas surgió desde una visión de adultos, pero tuvo su "despegue lunar" gracias a quienes en verdad mandan en la casa.

Miret comparte que Carmen Aristegui -a quien considera la mejor periodista de México- se ha caracterizado por hacer radio con una línea de investigación y análisis a fondo, pero, en algunos momentos, necesitaba respiros.

Así nació la idea. Un día se sentaron a platicar durante varias horas en el café de la mamá de Kirén, ubicado en San Jerónimo, y le sugirió a la periodista varias ideas de secciones. Una de ellas fue sobre datos curiosos y divulgación científica. La primera cápsula de Niñonautas abordó la historia del sandwich.

“Sin saberlo, Niñonautas se convirtió en un espacio para niños y todo tenía sentido, pues iban rumbo a la escuela en el coche o en el transporte y antes de llegar a clases lo escuchaban”, comenta.

La "comandante en jefe" de Niñonautas asegura que el éxito de la cápsula está en las manos que estuvieron involucradas desde su nacimiento, hace más de 15 años y en sus pequeños -y no tan pequeños- radioescuchas y, de manera reciente, lectores.

Un detalle curioso de la emprendedora es que odiaba la radio, le parecía un medio “espantoso”, pero terminó dedicándose a ello durante muchos años por un puesto que le ofrecieron y a la fecha es su medio de comunicación favorito por mucho.

Los helados: su sueño de una noche... literal

Casa Morgana es producto de un sueño, no en un sentido romántico. La fundadora asegura que en una ocasión despertó a mitad de la noche con el pensamiento de un sabor y lo anotó. Apagó la luz y regresó a la cama, pero al cabo de unos minutos se levantó porque las ideas surgían sin cesar.

El resultado fue la creación de un menú de helados y conos que hasta ese entonces no existían.

Frente a esa situación y fiel a su inquieta personalidad, Kirén se fue a estudiar heladería a Estados Unidos. Sin embargo, sus creaciones aún no le llenaban el ojo, entonces empacó maletas de nuevo y viajó hasta Italia, donde se graduó como maestra gelatera por el Italian Culinary Institute, en Asti.

Pero el camino para emprender no fue fácil. A su regreso tomó todos sus ahorros para comprar una máquina que estuvo parada durante un año, pues no sabía cómo arrancar el negocio.

“No quiero que esto suene como un mal consejo para las emprendedoras, pero soy la prueba viviente de que no necesitas ser experta en finanzas para hacer que las cosas sucedan. Todo se trata de tener determinación, pues con ese sentimiento, una empuja las cosas para que se hagan realidad”, detalla.

Esa misma motivación la llevó a fundar Casa Morgana, que lleva más de cuatro años operando con meses buenos y malos, como en cualquier negocio.

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Una cazadora de oportunidades

Aunque la directora en Shark Tank México y Colombia desconoce cuántas temporadas del programa se realizarán, sí sabe que es el gran proyecto de su vida por todo lo que significa.

Miret reconoce que nunca antes había trabajado con un presupuesto tan grande y al que le tuviera que invertir tantas horas de trabajo y desvelos, pero que al mismo tiempo le dejara plena libertad para ejecutar un plan como ella creía que era lo correcto, además de estar respaldada con un equipo tan sólido.

No obstante, la búsqueda de los 'tiburones' se convirtió en uno de los desafíos más grandes, pues el decirle a un empresario o empresaria que se tenía que sentar durante 15 días de 9 de la mañana a 7 de la noche (a veces más) a invertir su dinero, sonaba como una locura. Pero al final, los convocados entraron al 'estanque'.

Para la maestra gelatera la integración de Arturo Elías Ayub ha sido determinante en el show y la presencia de Rodrigo Herrera es fundamental, así como la colaboración de Carlos Bremer, Marcus Dantus, y a Jorge Vergara le agradece por su generosidad.

También a quienes en su momento aceptaron participar, como Patricia Armendáriz, Emmanuel, Ana Victoria García, Andrea Arnau y Mauricio Hoyos.

Tener a tanta gente talentosa reunida le hace sentir orgullosa porque Shark Tank le demostró sí podía hacer un proyecto de esa magnitud y con esa calidad.

Las experiencias le enseñaron a la rebelde Kirén Miret a no proyectar hacia adelante, ya que durante mucho tiempo se dedicó a hacerlo y, al menos por ahora, quiere dedicarse a disfrutar más lo que hace sin dejar de pensar en el futuro de manera práctica.

“Hay que aprender a dar un paso atrás y ver las cosas con perspectiva en el hoy. Yo no creo en la suerte, solo tomé las decisiones correctas en el momento correcto y eso es parte de la clave que me llevó a estar donde estoy”.