Cuestionar la masculinidad para ser un padre diferente
Es común en México la figura del padre ausente, de manera física o emocional. Cuestionar la masculinidad puede hacer la diferencia.
CIUDAD DE MÉXICO. “Con mi padre de pequeño no tuve un acercamiento porque se fue a trabajar a Estados Unidos y cuando regresó era un desconocido para mí. Poco a poco se fue acercando, pero por el trabajo que él tenía, yo no lo veía en todo el día. Ahora, puedo tener más acercamiento con él, pero es difícil porque no se hizo desde el principio”, cuenta Eduardo Pérez, un joven de 23 años que labora en el sector financiero y que recientemente inició su camino en el análisis de las masculinidades.
La historia de Eduardo es conocida por millones de mexicanos. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el padre se encuentra ausente en 4 de cada 10 hogares mexicanos. Sin embargo, aun en los casos donde 'sí aparecen en la foto', la concepción tradicional del hombre como proveedor económico ha perpetuado paternidades ausentes emocionalmente.
“En el Día del Padre en México no tendríamos mucho qué celebrar sino mucho qué preguntarnos. Por esto del abandono, la paternidad irresponsable... Que sirva el día para preguntarnos qué no hemos hecho o qué podemos hacer para tener un compromiso de paternidad real desde lo que nos corresponde”, plantea Edmundo Castelán, fundador del círculo Hombres Necios, creado en la Ciudad de México para hablar sobre la masculinidad, el machismo y los sentimientos.
En ese círculo, Eduardo Pérez ha encontrado un espacio seguro para platicar con otros hombres sobre sus sentimientos, las relaciones de pareja y, por su puesto, la relación con su padre, a quien, pese a las dificultades, considera un "gran ejemplo".
Género, machismo y masculinidad
“Debemos hablar de una idea central, que es el género. El género, a diferencia del sexo, es una construcción cultural. Son los roles culturales que cada sociedad establece que deben jugar las personas que nacen en un cuerpo de mujer y en un cuerpo de hombre”, explica Claudia Calvin, fundadora de Mujeres Construyendo, red global que impulsa la voz de las mujeres como agentes de cambio.
Por eso, para poder hablar de masculinidades, se debe comprender que en México esta construcción se ha dado con base en estereotipos y valores. A los hombres se les permite la violencia y que ocupen el espacio público; mientras que las mujeres o madres “buena" son las que se quedan en casa y cuidan de los hijos.
“El machismo es una de las expresiones extremas de la masculinidad y tiene un costo inmenso para la sociedad”, señala Calvin. El costo se ve reflejado en la salud, la justicia, los temas laborales, entre muchos otros.
Pero la construcción de masculinidad no es la misma en México que en Asia; en el campo o en la ciudad; entre hombres de clases sociales altas y bajas. Por eso se habla de masculinidades, en plural.
“La respuesta corta (a la pregunta ¿qué son las masculinidades?) es: cómo entendernos, como varones, y lo hacemos con ese entendimiento. Hablar de masculinidades nos permite hablar de eso. Y no es lo mismo lo que significa o lo que se espera de un hombre en todos los momentos históricos, regiones y culturas”, puntualiza el doctor Ali Siles, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
Entre el abanico de masculinidades -donde se encuentra la tradicional, muy relacionada con la violencia o reprimir las emociones- también existen masculinidades positivas o alternativas que buscan relacionarse de una manera distinta.
Cuestionar la paternidad en 4 puntos
Durante la primera sesión virtual de Hombres Necios a la que Eduardo Pérez se integró, el tema central fue la relación que los participantes tienen con sus padres.
Esa charla le motivo a abrir la conversación con amigos y familiares sobre la paternidad y sobre los estereotipos que rodean a los hombres y la construcción de su masculinidad.
“Muchos de los hombres que van (a Hombres Necios) no son papás, pero todos tenemos un tema con nuestro padre. ¿Cómo nos enseñaron a ser hombres y sobre la masculinidad? Hay un porcentaje mayoritario donde no hay contacto físico; no se habla de lo emocional. Ni nuestros padres nos demuestran sus emociones ni nosotros podemos mostrar las nuestras; solo el enojo o lo relacionado con la violencia”, reflexiona Edmundo Castelán.
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Los padres proveedores de… ¿qué?
En este sentido, Ali Siles explica que la paternidad se ha relacionado durante mucho tiempo con la figura del proveedor de cosas materiales: comida, vestimenta y vivienda. Ante eso, propone un nuevo significado de la palabra proveer, en la que cual quepan factores intangibles como tiempo, cariño y cuidados.
“Es algo problemático. Cuando uno habla con los varones, hay un conflicto en ellos: si me dedico a trabajar para proveer materialmente lo más posible, eso me quita tiempo y energía para proveer de otra manera. (Se debe) pensar cuál es la función principal de proveer o pensar también en términos emocionales... ¿Qué es la mas importante? o ¿ todas son importantes?”, cuestiona.
Relaciones más horizontales
Por otro lado, también recomienda reflexionar sobre las relaciones en la familia, en específico sobre la paternidad, de maneras menos jerárquicas, donde los padres son la autoridad y los hijos dependen de ella. El objetivo es transitar a una relación más horizontal, en la cual se genere un consenso o se pueda alcanzar un modelo de liderazgo.
Antes que padre, hombre
Por su parte, Claudia Calvin considera que, para replantear la relación con la familia, los hombres deben ir un paso más atrás y analizar quiénes son como hombres.
“Desde dónde se están relacionando, qué tipo de lenguaje usan, cómo juegan con los niños y las niñas (…) Un punto de partida es que se tienen que meter a leer, estudiar y tocar (estos temas) con expertos. Tienen que empezar a ver cómo se relacionan como hombres y desde ahí, ver qué tantos estereotipos reproducen desde su paternidad”, recomienda.
Preguntas para revisar tu paternidad
Edmundo Castelán recuerda que la paternidad es una responsabilidad compartida y no es distinta a las responsabilidades de las madres. Pero ¿cómo saber qué tipo de padre eres?
“Creo que una de las preguntas básicas sería la de la presencia: ¿qué tan presente estoy en mi rol de padre? Y presencia relacionada con lo emocional, lo afectivo, presencia económica y qué tanto conozco a mi hija o mi hijo. Conocerlo puede ser desde sus gustos y necesidades, no solo materiales, sino emocionales y afectivas”, sugiere y acota son preguntas que los hombres deben plantearse a sí mimos para saber qué tanto se conocen y qué concepto tienen de ser hombre.
Eduardo Pérez continúa su camino de autoconocimiento y de revisión sobre masculinidades. Aún no sabe si en el futuro será padre, pero tiene claro que puede aportar sus nuevos conocimientos a sus sobrinos y otros niños en desarrollo.
“Expresarles que no tienen que encajar en la masculinidad que se vende en todos lados. Que pueden sentirse vulnerables, frágiles, expresar sus sentimientos y también sentirse fuertes y valientes o hábiles, sin que signifique que busquen una posición de poder. Que tenemos a nuestra disposición sentirnos de todas las maneras”, enfatiza.
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