¿Te ha pasado que quieres cambiar un área de tu vida y por más acciones que hagas y métodos que investigues, los resultados son nulos o mínimos? ¿Por qué si sabes qué debes hacer, no lo haces? ¿Por qué te autosaboteas?

Es inexplicable, frustrante y bastante común. La gran mayoría de nosotros tenemos algún área de nuestra vida con la cual batallamos; temas como malos hábitos, relaciones personales, situación laboral, dinero, manejo de tiempo, etcétera.

Seguramente tenemos mucha claridad de lo que queremos y qué hay que hacer para conseguirlo, pero por alguna extraña razón no lo hacemos de manera consistente ni obtenemos resultados permanentes. ¿Por qué pasa esto? ¡Por tus creencias!

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Nuestras creencias son la base de nuestros pensamientos, a los cuales reaccionamos con emociones que motivan nuestras acciones.

Si nuestras creencias contradicen los objetivos racionales que tenemos, difícilmente los lograremos. Pero ¿cómo podemos identificar y cambiar nuestras creencias? Te comparto algunas acciones que pueden ayudarte:

1 Escribe la narrativa de tu vida

Toma papel y pluma y escribe la narrativa de tu vida. Te darás cuenta de que se compone no solo de los hechos que has vivido, sino también de tu perspectiva e interpretación de estos.

Observa cuál es el tono de tu narrativa. Usas un tono de drama, sufrimiento, aventura, abandono, resignación, fracaso, frustración, injusticia, enojo, resentimiento, privilegio, etc. ¿Cuál es el centro de tu historia? ¿Hay algún tema que haya marcado tu vida entera y sobre el cual bases tu identidad y filosofía de vida?

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2 Identifica tus principales filosofías y reglas de vida

Extrae aquellas filosofías o leyes de vida que veas presentes en tu narrativa. Algunos ejemplos: “todos los matrimonios fracasan”, “no soy suficiente para___”, “nunca obtengo lo que quiero”, “nací con mala suerte”, “sólo las personas que son ___ pueden alcanzar___”. Estas filosofías de vida son las creencias en las que se basan gran parte de tus pensamientos.

3 Reconoce cuáles de ellas han influido en el área que quieres mejorar

Aquí será importante que analices el impacto que estas filosofías de vida han tenido en el logro de tus objetivos. Con frecuencia, cuando nos autosaboteamos es porque en el fondo no creemos que sea posible lograr ese objetivo. Y aunque racionalmente lo queremos, nuestras creencias son tan fuertes y arraigadas que buscamos por todos los medios demostrarnos a nosotros mismos que tenemos la razón.

Según la autora Marie Forleo, hay 5 fuentes que son el origen de las creencias:

a) Ambiente. Nuestro círculo más cercano es una de las fuentes más poderosas de las cuales “heredamos” o adoptamos creencias. Nuestra familia, amigos y maestros (entre otros) influyen fuertemente en qué creemos de la vida y de nosotros mismos, y en su mayoría ni siquiera las cuestionamos, solo las aceptamos en automático.

b) Experiencia. Las vivencias que vamos teniendo nos llevan a conclusiones sobre la vida y sobre nosotros mismos, con las cuales vamos formando creencias. Muchas veces estas creencias refuerzan creencias de nuestro ambiente. Por ejemplo: como nunca me han promovido en el trabajo, no soy capaz de crecer profesionalmente.

c) Evidencia. La ciencia y la tecnología van evolucionando y generando evidencia que altera nuestras creencias. Ejemplo: el hombre sí puede viajar al espacio.

d) Ejemplos. Las personas a las que estamos expuestos y sus circunstancias son ejemplos que analizamos y pueden tener influencia negativa o positiva sobre nosotros. Ejemplo: Mi tía estudió una carrera, formó una familia y creció profesionalmente (si ella puede, yo también).

e) Visión. Tener una visión propia, la cual surge de nuestra intuición y sabiduría interna, puede ser una fuente de creencias muy poderosa.

Reconocer el origen de tus creencias limitativas puede ayudarte a ser más consciente y también dejar ir aquellas que no te sirven para realizarte en la actualidad.

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4 Cambia las creencias limitativas por nuevas creencias

Aquellas creencias que ya identificaste, táchalas y sustitúyelas por nuevas creencias. Las nuevas creencias redáctalas en positivo y en tiempo presente, de manera clara y precisa.

Acerca de la narrativa que escribiste en el punto 1, reescríbela ahora con un enfoque más cálido y empático. Busca detalles, pistas y evidencia de que estas nuevas creencias ya han estado presentes en tu vida.

Revisa tu entorno, historia, evidencia científica, personas que sean modelos a seguir y crea una visión detallada de cómo sería tu vida si vivieras de acuerdo a estas nuevas creencias.

5 Aterriza tu nueva visión y creencias en acciones

Si hoy adoptaras estas nuevas creencias, ¿cómo vivirías tu día a día? ¿Cuáles acciones priorizarías? ¿Cómo usarías tus recursos (dinero y tiempo)? ¿Cómo serían tus relaciones?

Identifica aquellas acciones clave (máximo 2) por cada creencia nueva e inclúyelas en tu calendario para asegurarte que les darás un espacio en tu día a día y que no solo se quedarán como deseos abstractos.

Si te cuesta trabajo visualiza, identifica aquella persona que sea un modelo a seguir y averigua cómo actúa esta persona de manera cotidiana. Mantén presentes ejemplos de su vida y echa a volar tu imaginación y creatividad para empezar esta nueva aventura hacia tus objetivos y vida deseada.

Recuerda la frase de Henry Ford: “Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón”. Cada uno de nosotros escribimos nuestra historia y tomamos decisiones a cada momento. La opinión que tenemos de nosotros mismos y de nuestra vida es determinante para lograr la vida que te haga pleno y feliz. ¡Atrévete a creer en ti y en tu potencial!

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