CIUDAD DE MÉXICO. La ministra de Finanzas de Perú, María Antonieta Alva, de 35 años de edad, ha hecho que los reflectores apunten hacia ella luego de implementar un ambicioso paquete de recuperación post pandemia, cuyo eje gira en torno a apoyos para las pequeñas empresas y los ciudadanos comunes.

Un perfil de la funcionaria peruana elaborado por Bloomberg, la pinta como una mujer que siendo aún muy joven ha llegado a un puesto clave en el gabinete del presidente Martín Vizcarra y no sin encarar fuertes críticas.

Antecesores y asesores ven con buenos ojos el liderazgo y capacidad de comunicación de Alva, quien ocupa ese cargo apenas desde octubre pasado, lo cual la convirtió en la única mujer en el grupo de ministros de finanzas de América Latina.

"Ha sido su empuje dentro del gobierno lo que ha llevado a una articulación tan clara de las medidas y la respuesta" ante la pandemia, dijo a Bloomberg, Jaime Reusche, analista del Servicio de Inversores de Moody.

Ricardo Hausmann, economista de Harvard y exprofesor de Alva. Hausmann, mencionó al mismo medio que en "una perspectiva latina, Perú es un líder claro en términos de respuesta macro". Hausmann lidera un equipo que asesora a Perú y otros países en la mitigación de los efectos económicos del nuevo coronavirus.

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Un criticado arribo al gabinete

Toni, como es conocida, es hija de Jorge Alva, un ingeniero civil que es rector de la Universidad Nacional de Ingeniería.

Su nombramiento en el gabinete de Martín Vizcarra levantó comentarios acerca de que había llegado a ese puesto porque justo era la hija de alguien más. Pero ella respondió: "Es imposible no pensar que esto es solo machismo". Y agregó: "Si yo fuera un hombre, eso no necesariamente habría sido cuestionado".

Alva asistió a la Universidad del Pacífico en Lima. En ese tiempo confundó una organización para ayudar a los niños pobres a asistir a la universidad y comenzó un grupo de debate sobre políticas públicas. Al graduarse, trabajó en el Ministerio de Finanzas.

En 2014, obtuvo una maestría en administración pública en Harvard, donde estudió con una beca. Luego trabajó en el Ministerio de Educación, en planificación y gastos públicos. Posteriormente, regresó al Ministerio de Finanzas a revisar el presupuesto nacional durante un par de años.

Al tomar las riendas de dicho ministerio en octubre pasado se enfocó en revertir la caída en el gasto público y en lograr que Perú volviera a crecer luego que en 2019 registrara una baja tasa de 2.2 por ciento. Sin embargo, ante la pandemia ese enfoque cambió a contener el parón económico.

Medidas inéditas en Perú

Tras consultar a expertos nacionales e internacionales, negoció con el gabinete soluciones que nunca antes habían sido aprobadas en el país como apoyos directos en efectivo para las personas, subsidios de nómina y préstamos comerciales respaldados por el gobierno.

Sumado a ello, Perú vendió hace dos semanas 3,000 millones en bonos en el mercado internacional a tasas históricamente bajas, lo que representó una muestra de confianza de los inversionistas.

No obstante, el plan de mitigación de Antonieta Alva no marcha tan rápido como para evitar que muchos peruanos pierdan sus empleos y se queden sin comida o sin refugio.

Además, la ministra enfrenta rumores que aseguran que renunciará y que su familia se está beneficiando del rescate económico. Ella ha negado su dimisión y ha dicho que su patrimonio está abierto al público para que pueda ser revisado.

El reto que enfrenta no es menor en un país latinoamericano de 32 millones de habitantes que pese a contar con instituciones económicas reconocidas y amplias reservas, tiene los sistemas de salud y educación con menos recursos en la región.