Educación sexual en México, lejos del placer y cerca de la culpa
Una educación sexual pobre afecta más a las mujeres. Si es integral e incluyente ayuda también a desarrollar habilidades socioemocionales.
CIUDAD DE MÉXICO. En México, la educación sexual se limita en los centros escolares al aspecto biológico y al uso de métodos anticonceptivos, dejando fuera aspectos como el placer y las emociones, lo cual genera consecuencias negativas, sobre todo para las mujeres, como un desarrollo personal deficiente, violencia de pareja o embarazos no deseados.
Expertas en la materia indicaron que una educación sexual integral, adecuada a cada edad, incluyente y que contenga el elemento del placer es clave para aumentar la calidad de vida de las personas, potenciar una sociedad más próspera y con igualdad de género.
“Cuando empezó a hablarse de esto [la educación sexual] era únicamente el tema de lo biológico; decirles a las niñas que se prepararan para la menstruación, el miedo de alguna manera, el VIH, en fin. Y como que ha sido una educación sexual que ha dejado de lado grandes temas, que ha dejado de lado cómo es el placer”, indicó la sexóloga Silvia Susana Jácome García.
“En países donde las religiones cristianas han tenido un peso específico fuerte, hay una invisibilización y casi, diría yo, una satanización al placer. Como que se asocia, desde esta mirada, como malo, pecaminoso, desordenado y nada que ver, nada que ver. De hecho, en los últimos años el tema del placer se ha venido, pues se ha insistido”, señaló.
La coach sexual y de vida, Verónica Maza, coincidió en esto y dijo que hoy se relaciona el placer con el coito heterosexual y las formas de realizarlo. Pero esa relación de conceptos que hacen las personas es incorrecta.
“Esta ausencia de una educación del placer, la gente la ha promovido pensando que si se habla de placer a sus hijos e hijas, ellos van a ir corriendo a buscar ese placer, y la neta es que no es así. Esa es una lógica en la mente de los adultos tal cual, que además, los adultos también, como no han tenido una educación en el placer, no saben que se puede dar, que existe. Entonces pues, otra cosa bien importante que casi no se sabe ni se promueve es que existen derechos sexuales [...] y uno de esos derechos sexuales es nuestro derecho al placer, y la gente no sabe que hay un derecho humano a sentir y a explorar el placer”, indicó.
Creo que urge también que desde la sexología se forme, se capacite a docentes para que impartan la educación sexual de la mejor manera
Silvia Susana Jácome García, sexóloga
Sin oportunidad para tomar decisiones informadas y libres
Las expertas coinciden en que la educación sexual mexicana se centra en cuestiones biológicas e incluso en castigar o culpabilizar la sensación de placer. Por lo tanto, se encuentra muy lejos de instruir sobre cómo ejercer la sexualidad de manera adecuada y en cada edad de vida.
“Cuando yo era adolescente, la masturbación no era solamente pecado, sino que nos contaban tal cantidad de mentiras... Que nos íbamos a quedar estériles, ciegas; iban encaminadas a limitar el placer y generar culpa [...] renunciar al derecho, este derecho, y cuando lo hacen, generan culpa. En general, una mirada más actual del autoerotismo, ya no se condena de la misma manera, pero todavía hay lugares”, indicó Jácome García.
Señaló que esta culpabilidad creada aleja a las personas de tomar decisiones libres e informadas y, por ende, están más propensas a tomar actitudes de riesgo. Estas últimas derivan en aumentos de embarazos no deseados, desarrollo de enfermedades de transmisión sexual o violencia de pareja.
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“[Cuando existe educación sexual] retrasan el inicio de las relaciones sexuales, pero sobre todo, lo hacen con mayor responsabilidad. Que esto, es fundamental. Lo hacen tomando las medidas necesarias para evitar otras cosas porque nos hemos centrado en dos: embarazos adolescentes, enfermedades de transmisión sexual, pero hay un tercer elemento muy grave y muy peligroso que es la violencia”, indicó.
En México, la tasa de fecundidad en adolescentes en 2020 fue de 68.5 nacimientos por cada mil. Ese año 17.4% del total de partos ocurridos en el país -cifra equivalente a 373 mil 661 nacimientos- fue de niñas y adolescentes con edades entre 10 y 19 años, según el documento Segunda Fase de Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes 2021-2024 del Gobierno Federal.
El documento también señala que 14.7% de las mujeres entre 20 y 24 años que tuvieron su primera relación sexual entre los 10 y 14, manifiestaron haberlo hecho por convencimiento, coerción o violación, que es la violencia a la que se refiere Jácome García.
Otra cosa bien importante que casi no se sabe ni se promueve es que existen derechos sexuales [...] y uno de esos derechos sexuales es nuestro derecho al placer, y la gente no sabe que hay un derecho humano a sentir y a explorar el placer
Verónica Maza, coach sexual y de vida
Habilidades socioemocionales, otra bondad
Una educación sexual adecuada e integral propicia más bien decisiones informadas en las personas con respecto al ejercicio de su sexualidad. Incluso ayuda a desarrollar habilidades sociales y emocionales entre las personas jóvenes, con las que luego se convertirán en personas adultas solidarias y empáticas, menciona el documento.
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“Una educación sexual que sea inclusiva y relevante culturalmente, ayuda a lxs jóvenes a desarrollar las habilidades sociales y emocionales que necesitan para convertirse en personas adultas solidarias y empáticas. Este tipo de educación sexual, a menudo -y temprano- conduce a la apreciación de la diversidad sexual, a la prevención de la violencia, tanto en el noviazgo como en la pareja, al desarrollo de relaciones sanas, a la prevención del abuso sexual infantil, a la mejora del aprendizaje social/emocional y al aumento de la alfabetización mediática”, indica Planned Parenthood en su blog ¿Cuáles son las metas de la educación sexual?
Brecha orgásmica
La educación sexual que incluya el placer debe ser acorde a cada etapa de la vida, señaló Maza. Eso se traduce en que, a la niñez se le enseña que el placer es tocar sus rostros o realizar actividades que les den placer, mientras que a las mujeres adultas se les proporcionan las herramientas suficientes para que puedan explorar su sexualidad.
También deben abordarse las múltiples posibilidades de relacionarse con otras personas que existen, las orientaciones e identidades sexuales, las relaciones sexoafectivas, agregó Jácome García. “Una mirada, por ejemplo, de cómo yo siendo una persona adolescente, puedo decidir sobre mi sexualidad, ejercerla a nivel pareja, solitaria; las múltiples aristas que implica ejercer la sexualidad, un vínculo afectivo, una experiencia erótica, etcétera, etcétera”, explicó.
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Sin embargo, dado que esta educación no existe, las personas recurren a otras para buscar información. En el caso de los hombres, buscan a sus pares y tienen la confianza de preguntar con mayor libertad porque entre ellos existe un menor tabú respecto a la sexualidad. Pero dado que tampoco sus pares tienen mucho conocimiento, suelen propagarse únicamente mitos entre ellos.
Por su parte, las mujeres en el pasado no tenían a quién recurrir debido al grado de vergüenza y culpa introyectado en ellas. Aunque eso ha ido cambiando a través del tiempo y las generaciones más jóvenes también comienzan a recurrir a sus pares.
“¿Qué pasa? Que las mujeres vivimos con mil lagunas; que no tenemos ni la menor idea. Y los hombres crecen con información errónea sobre la sexualidad. Entonces, ahí vamos, y sobre todo las mujeres son las que se quedan insatisfechas, y ahí se abre una brecha orgásmica entre hombres y mujeres”, señaló Maza.
Esta brecha orgásmica a la que se refiere es la diferencia que existe entre una mujer -específicamente heterosexual- y un hombre con respecto a la posibilidad de llegar a un orgasmo. La posibilidad es menor en las mujeres, debido a un desconocimiento sobre la forma de estimular y generar placer.
En 2017, un estudio mostró que menos mujeres heterosexuales tuvieron orgasmos durante el mes previo al sondeo, con 65% de ellas. En contraste, 95% de hombres lo experimentó. El documento se denomina Differences in Orgasm Frequency Among Gay, Lesbian, Bisexual, and Heterosexual Men and Women in a U.S. National Sample, publicado por la International Academy of Sex Research.
A la falta de información sobre sexualidad, se suma que a las mujeres lejos de hablarles de placer se les responsabiliza de las actividades de anticoncepción (cuando la relación es heterosexual), lo que provoca que deban estar en continua alerta, subraya Verónica Maza.
“Las mujeres han tenido encima la principal responsabilidad de la anticoncepción, con todo lo que eso implica: buscar un método, tener dinero para usarlo, enfrentar los efectos secundarios o estar teniendo un control preciso. Y eso también va constriñendo nuestro placer y nuestro deseo, y los hombres no tienen tanta carga”, explicó.
Para evitar que esto siga sucediendo, es necesario que se comience a considerar a la sexualidad humana como parte de un todo y se revise que siempre somos seres sexuados, por lo que la educación debe incluir las distintas aristas del tema, incluido el placer como el derecho humano que es, destacó.
“Nos falta manejar esa asertividad. Yo veo, y esto lo veo con muy buenos ojos, que hay esfuerzos por parte de la sociedad civil, de sexólogas y sexólogos para dar educación sexual, pero esto tendría que darse en las escuelas. Quienes imparten educación sexual en las escuelas no son sexólogos. En el mejor de los casos serán psicólogos, pedagogos... Creo que urge también que desde la sexología se forme, se capacite a docentes para que impartan la educación sexual de la mejor manera [...] hay escuelas, hay docentes que simplemente se brincan lo que viene en el programa: 'Como no va de acuerdo a mis creencias, pues entonces, me brinco ese tema'”, señaló Jácome García.
¿Qué pasa? Que las mujeres vivimos con mil lagunas; que no tenemos ni la menor idea. Y los hombres crecen con información errónea sobre la sexualidad. Entonces, ahí vamos, y sobre todo las mujeres son las que se quedan insatisfechas, y ahí se abre una brecha orgásmica entre hombres y mujeres
Verónica Maza, coach sexual y de vida
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