Un divorcio, una mutilación

No hay que olvidar que nada es para siempre, así sea amistad, relaciones laborales o el matrimonio, escribe nuestra fundadora Gina Diez Barroso.

Foto: Dalia Empower
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Recuerdo perfectamente cuando tenía 27 años y tres hijos. El más grande tenía seis años y medio. Le seguía otro niño de dos y medio y una niña de tres meses. Mi hija chiquita había nacido con una dificultad respiratoria y había tenido que ser operada al nacer. Tenía unos tubitos en la nariz y la tenían que operar otras dos veces. Además no sabía qué pasaría con su desarrollo intelectual o si la falta de oxígeno le había dañado el cerebro.

Estoy totalmente convencida que para tener un hijo se requiere de madurez y para lidiar con una hija o hijo con necesidades especiales, se requiere una madurez mucho mayor.

Mi esposo nunca pudo manejar el problema de mi hija. Me había dicho que se quería divorciar, así que ya no vivíamos juntos. Él fue al psicólogo y el doctor muy inteligente le dijo: “No importa que tanto te quieras divorciar, un divorcio siempre es una mutilación”.

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Les cuento esto porque se me quedó muy grabado. Tenía mucha razón, pero hay otras muchas cosas importantes que les quisiera platicar no solo acerca de lo que implica un divorcio, también de las consecuencias de no divorciarse cuando el matrimonio es verdaderamente malo.

No creo que haya mujeres que se casen con la idea de que algún día van a divorciarse. Todas tenemos la ilusión y la esperanza de que tomamos la decisión correcta. Muchas veces creemos que simplemente por habernos “casado” estaremos juntos para toda la vida; y se nos olvida que el matrimonio es algo en lo que se tiene que trabajar todos los días.

Si damos el matrimonio por sentado, la vela se va apagando hasta que no hay posibilidad de encenderla. No hay que olvidar que nada es para siempre, que todo requiere esfuerzo; así sea amistad, relaciones laborales o el matrimonio.

Ahora bien, ¿qué pasa si esto no está en nuestras manos y nuestra vida en pareja empieza a ser inmanejable? ¿Qué pasa cuando de pronto el esposo no llega a la casa? ¿Qué hacer si ya no quiere que sigamos nuestros planes de trabajo? ¿Cómo lidiar con que simplemente no nos apoya ni quiere que continuemos con nuestros planes de emprender algo?

En algunos casos por evitar un conflicto, no nos atrevemos a terminar con algo que sabemos que a la larga va a ser un elástico que se va a romper. Así que aceptamos esa vida; pero nuestros sueños se ven interrumpidos. Lo peor es que ni con esos sacrificios el matrimonio se arregla. Son pretextos y aun así seguimos estando mal.

Si hay hijos de por medio, hay que luchar. Se los digo por experiencia. Hay que tratar, pero sin sacrificar. Con esto quiero decir que los niños aprenden lo que ven. De la misma forma que queremos que nuestros hijos sean exitosos, autosuficientes, que se den a respetar y que respeten a otros y que sean gente de bien; también queremos que sean mujeres y hombres que busquen y aspiren a tener una buena relación, llena de amor y armonía, y que logren tener un verdadero socio de vida.

No queremos que se aguanten en una relación llena de sufrimiento ni que sientan que las relaciones violentas son normales o que piensen que las faltas de respeto son la norma.

Es importante aprender a reconocer cuando una relación es toxica antes de que el daño a nosotras o a nuestros hijos sea irreparable. Hay que darnos cuenta que en la mayoría de los casos, sin importar lo mal o lo enferma de la relación en un matrimonio, el hombre esta “cómodo”. Es raro que sea él quien pida el divorcio, ya que puede llevar varias vidas y pretender que en casa todo está bien. De lo que no se da cuenta es que todos los personajes del núcleo familiar están siendo lastimados de diferente manera.

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Ahora bien, ¿cuál es la buena noticia de toda esta historia que parece una tormenta o un gran terremoto sin salida? Lo bueno es que al tomar una decisión, seguramente ya estás en lo más bajo del precipicio. Podría decir que llegaste al fondo del mar. A partir de ahí todo es para arriba.

Como el titulo de este blog lo dice: el divorcio si es una mutilación… pero se sale adelante. Lo peor y el momento más negro y difícil es vivir la incertidumbre y estar en la tormenta. Piensa en el terremoto que tuvimos. ¿Cuál fue el peor momento? No fue cuando terminó, sino en el momento que estaba temblando. Lo mismo sucede en una tormenta o en una mala relación.

Una vez que hayas tomado la decisión, sí te vas a sentir triste y sola porque tendrías que ser una muñeca de madera para no estar lastimada y triste. Reconoce esta sensación como un proceso normal y pasajero. Pero recuerda que no hay peor soledad que la soledad acompañada. Habla mucho con tus hijos; ellos van a estar mejor y van a ver una pareja sin pleitos.

Una gran preocupación en las mujeres es la seguridad económica. Es difícil, pero hay salidas. Hoy en día hay distintos formatos de trabajos dependiendo de profesión, grado de preparación y del tiempo que tengas disponible. Si necesitas fortalecer tus conocimientos tampoco es el fin del mundo. Hay formas en las que puedes prepararte y hay trabajos que requieren más habilidades personales y menos credenciales académicas.

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Te comparto un consejo importante que aprendí: cuando te divorcias de tu pareja, también debes alejarte de los buenos amigos que pensabas que eran tuyos, pero al final resultaron ser más cercanos a tu ex esposo. Es importante buscar amigos nuevos, una nueva vida y, de ser posible, encontrar intereses nuevos que no te recuerden todo lo que hacías antes. El mundo es enorme, hay miles de cosas que estoy segura no te has imaginado que son increíbles y que te encantará hacer.

Aprovecha esta nueva vida como un renacer y como una vida llena de nuevas experiencias y grandes oportunidades. Estoy segura de que pronto verás tu pasado como algo de lo que nunca debes arrepentirte.

Deja ese trago amargo como algo del pasado y aprende de los errores. Porque aunque creas que no, en todos los divorcios hay dos responsables. En la medida que puedas analizar cada proceso, no volverás a repetirlo.

Seguramente en esta nueva etapa tendrás una nueva forma de ser y de pensar, encontrarás distintos amigos y, tal vez, sin pensarlo, aparecerá una nueva pareja que te volverá a hacer vibrar y tal vez hasta enamorarte. La vida sigue y el amor llega.

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