Pagos digitales y epidemias: China puso el ejemplo... hace 17 años

La experiencia de China ante la epidemia de SARS hace casi dos décadas tiene lecciones que hoy son más que oportunas ante la crisis económica que vive el mundo por la pandemia.

Foto: Pixabay
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CIUDAD DE MÉXICO. La pandemia de COVID-19 ha reiterado la importancia de digitalizar el comercio, pero ésta no es la primera vez que una enfermedad lo hace. En China, derivado de la epidemia por el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) en 2003, las transacciones digitales llegaron a tal permeabilidad en la población que hoy pueden realizarse desde compras y pagos de servicios, hasta aportaciones para personas en situación de calle.

Cuando llegó la epidemia de SARS a China el comercio electrónico no era tan confiable como lo es actualmente; sin embargo, ante las medidas de distanciamiento social tanto personas como negocios comenzaron a implementar e-commerce para evitar las ventas en persona, de acuerdo con una publicación en el sitio oficial del WEF titulada How digital payments can help countries cope with COVID-19, other pandemics: Lessons from China.

Fue precisamente en ese contexto que el consorcio chino Alibaba creó Alipay, plataforma móvil de pago en línea lanzada en febrero de 2004 y que actualmente es la más utilizada en ese país para realizar pagos digitales, por encima de WeChat Pay, Paypal o Amazon Pay.

Para que los pagos digitales lograran ser seguros y una opción viable para millones de personas, se unieron bancos, empresarios Fintech y el gobierno, que se encargó de la construcción de infraestructura y acceso a internet.

Años más tarde, en 2011, 64% de los chinos ya tenían una cuenta en un banco o un proveedor de dinero electrónico. En 2019, las plataformas de pago en línea no bancarias en China procesaron casi 35 billones de dólares.

Lecciones que pueden ayudar al resto del mundo

La infraestructura

Aunque el SARS impulsó los pagos digitales, desde tiempo antes China ya venía aplanando el camino para ese paso. En 1993, los Golden Projects -una serie de iniciativas del gobierno chino para acelerar las nuevas tecnologías de la información- establecieron: la construcción de redes de internet, la unión de puntos aduaneros a través de un sistema nacional de intercambio electrónico de datos y un sistema de tarjeta de pago unificado.

Es decir, para cuando la epidemia llegó, el país ya contaba con las infraestructuras básicas para impulsar los pagos digitales.

Las regulaciones

En China, durante la epidemia, los reguladores no cargaban con burocracia extra a las compañías de pago en línea. Fue en 2010 cuando se publicaron regulaciones para regir los pagos móviles. En ese momento, se actualizó el sistema de pago interbancario y esto ayudó a que Alipay o WeChat Pay pudieran integrarse de forma más rápida con los bancos.

Estándares globales y acceso a la población

Los países que se han quedado atrás en cuanto a los pagos digitales deberán desarrollar: identidad y mejoras en infraestructura bancaria e internet para poder unirse a esta nueva realidad. Otra consideración relevante es construir un sistema de pagos internos con estándares globales para participar activamente en la economía global.

Además, se debe poner especial cuidado en la protección de los datos, evitar el comportamiento monopólico en nuevos mercados y digitalizar tanto a los negocios como dotar de posibilidades tecnológicas a la población para que pueda integrarse a esta dinámica.

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