Guía para hablar con tu hijos sobre sexualidad

La sexóloga Paulina Millán y la psicóloga Montserrat Camacho te explican qué debes y qué no debes hacer al platicar con niños.

Foto: Pixabay
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CIUDAD DE MÉXICO. Para muchas personas hablar de sexualidad con sus hijos es un tema escabroso, en el cual se mezclan tabús, miedos y hasta sentimiento de vergüenza. Sin embargo, hablar con niños y jóvenes sobre esto es fundamental para su desarrollo y las decisiones sexuales que tomen a lo largo de su vida.

En Dalia News+Media consultamos a Paulina Millán, sexóloga y directora de Investigación en el Instituto Mexicano de Sexología (Imsex), y a Montserrat Camacho, especialista en psicoterapia infantil de la Clínica de Atención Psicológica Integral (CAPI), con el objetivo de ofrecerte una guía si es que tienes dudas sobre cómo abordar este tema con tus hijos y temes cometer errores.

¿Cuándo y cómo?

La sexualidad es parte de la vida de las personas, desde que nacen hasta que envejecen. Montserrat Camacho explica que a partir de los tres años de edad de tus hijos puedes comenzar a tocar el tema de la forma más clara y natural posible, pues a esta edad ellos comienzan a notar las diferencias entre niños y niñas.

“Empiezan a tocar su cuerpo, a tener este contacto más claro con la parte sexual. Nosotros tenemos que empezar a hablar con ellos desde ese momento para que comiencen a conectar con su cuerpo. Esto es importante porque si yo no empiezo a hablar con ellos desde que son chiquitos, cuando llega la etapa adolescente más trabajo nos va a costar generar vínculos afectivos y de comunicación para que puedan hablar”, explica la psicóloga de CAPI.

La sexóloga Paulina Millán recomienda que a partir de los seis años de edad abordes información sobre cómo se hacen los bebés, es decir, sobre reproducción.

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8 consejos para charlar con ellos

**1 Llama a las cosas por su nombre. **Nombra los órganos sexuales tal cual son. Es importante para evitar mandar el mensaje de que es una parte del cuerpo ‘mala’, pero también que ellos mismos puedan nombrarlos claramente y sin prejuicios si llega a darse algún incidente o abuso.

“Los niños luego luego empiezan a identificar que hay algo raro porque no le estamos dando un nombre y cada quien tiene una forma diferente para llamarlo. Le decimos ‘allá abajo’ o ‘tú cosita’. Yo sé que para muchos papás y mamás es incómodo decir las palabras porque muchos venimos de educaciones más conservadoras, pero es importante decirlas”, indica Paulina Millán.

**2 Prepárate para varias pláticas. **Aunque muchos padres creen que deben establecer una sola plática profunda, larga y solemne, la realidad no es así.

“Si vemos que una pareja se besa en una película, podemos aprovechar para empezar a abordar el tema. Cuando los llevamos a la granja y preguntan por qué un animalito mama de la mamá, podemos aprovechar para explicarlo y traerlo a la cotidianidad; hablarlo a partir de esos momentos para que no se genere tensión (…) Mientras más natural se entregue la información es mejor”, señala Camacho.

**3 Consulta libros. **Para quitarte un gran peso de encima al explicar temas como el embarazo, Paulina Millán recomienda que recurras a los libros. En particular, recomienda el clásico ¿De dónde venimos?, escrito por el psicólogo Peter Mayle.

“Yo le puedo hablar a un niño o una niña, pero en abstracto es complicadísimo que entiendan porque durante la vida vamos pasado por distintas etapas de desarrollo y la abstracta es la última. Entonces, a veces lo que necesitan para comprender son los dibujos”, puntualiza.

Una opción que sugiere es darles un libro infantil sobre el tema y leerlo junto con ellos para explicarles y atender sus dudas.

  1. Maneja información adecuada para su edad. Ambas expertas coinciden en la importancia de dar información que pueda ser comprendida y útil para la edad que tienen tus hijos. Conforme van creciendo puedes profundizar en los temas o integrar nuevos elementos.
  2. Devuelve sus preguntas. Si tus hijos llegan a preguntarte sobre un tema específico, pregúntales dónde lo escucharon para saber qué es lo que saben o entienden sobre el tema. Muchas veces lo que quieren saber es algo muy concreto y explicaciones muy elaboradas o con información no adecuada para su edad puede confundirlos.

“Por ejemplo, para qué son las toallas sanitarias. De repente ya les queremos dar toda la explicación de la menstruación cuando en realidad se soluciona con: es algo que se usa en la ropa interior de las mujeres en la edad adulta. Y ya, con esa explicación para ellos en este momento es más que suficiente”, acota Millán.

  1. Información sin prejuicios. Para la psicóloga Montserrat Camacho es importante evitar mitos, tabús y prejuicios durante las conversaciones. “Si nuestra sexualidad no ha sido plena o la veo como algo malo porque así me educaron tengo que evitar transmitir eso a mis hijos porque es lo que van a desarrollar. Van a imitar lo que ellos observan”.
  2. Habla sobre conductas públicas y privadas. No todo se reduce a los órganos sexuales y la reproducción, también es importante hablar sobre lo que es público y privado.

“Decirles que hay partes de tu cuerpo que no puedes enseñar en público y también sobre los tocamientos. Ayúdales a que reconozcan sus propios límites. La educación debe estar orientada a saber que lo que se siente bien, está bien, y lo que no, lo debemos parar y pedir ayuda. Esas cosas ayudan mucho en el tema de la prevención del abuso sexual”, señala Paulina Millán.

  1. Gánate su confianza. Las expertas coinciden en que es muy importante que los niños y adolescentes sepan que eres una fuente de información y de apoyo. Que se sientan tranquilos de hacerte preguntas y tengan la confianza de hablar sobre el tema contigo.

¿Qué debes evitar?

De acuerdo con Paulina Millán, quien también conduce el podcast Sexópolis, debes evitar estas acciones:

  1. Regañar cuando te hagan preguntas sobre sexualidad o hacer como si no te hubieran preguntado nada.
  2. Cuida cómo reaccionas ante las situaciones. La comunicación no verbal también importa y mucho. “Por ejemplo, si están jugando al doctor, la manera en que reacciono ante el juego es más importante que el juego en sí. Muchos de estos juegos son por curiosidad. Si yo empiezo a decirle que está mal o es un cochino, la información que estamos dando es que todo lo relativo a esa zona es negativo”.
  3. No interpretes con ojos de adulto sus conductas. Son niños. Cuando tocan su cuerpo lo hacen sin componente erótico o sexual. Están conociéndose y explorándose.

Montserrat Camacho considera que los padres no deben:

  1. Esperar a que los niños pregunten y posponer hablar del tema.
  2. Mentir. Si haces esto y se enteran de la realidad en otro lado, no te preguntarán más.
  3. Enseña con el ejemplo. “Por ejemplo, si como mamá hago del baño con la puerta abierta por miedo a que se me caiga, ¿qué privacidad me estoy dando yo?” Si, al contrario, le explicas que cierras la puerta para proteger tu privacidad, el niño aprenderá a hacer lo mismo.

Si quieres conectar con la Clínica de Atención Psicológica Integral CAPI, puedes consultar sus redes sociales y página de internet.

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