Di adiós al síndrome del impostor y llega al puesto que sueñas

¿Cómo dejar de creer que no estás capacitada para aplicar al puesto que quieres? Entérate de la mano de una experta psicóloga.

Foto: Gerd Altmann /Pixabay
Foto: Gerd Altmann /Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO. Si llevas tiempo con la intención de aplicar a un nuevo puesto, pero no concretas tu postulación porque crees que te falta capacitación o, es más, obtuviste el cargo, pero tienes la impresión de que fue más por suerte que por tus aptitudes, quizá estés viviendo el síndrome del impostor.

“Es cuando la persona tiene el pensamiento de que su éxito o los logros profesionales que ha tenido son más cuestión de suerte y no producto de su esfuerzo, inteligencia y capacidad”, explica la psicóloga Maynné Cortés en entrevista para Dalia News+Media.

Este síndrome, puntualiza la experta, afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque suele ser más común en este último grupo debido a las habilidades socioemocionales con las que se educa a unos y otros.

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“Los hombres son criados en un ambiente que privilegia más ciertas habilidades socioemocionales, como decir lo que piensan y sentirse lo suficientemente empoderados para cumplir ciertos logros; la valentía y todas esas cosas que son necesarias para dar pasos importantes en lo laboral y que a las mujeres no se les desarrolla mucho durante la crianza”, señala.

Los síntomas

Si quieres saber si has experimentado o estás experimentando este síndrome hay algunas señales que te pueden ayudar a detectarlo:

¿Qué piensas de tus logros? Cortés explica que, aunque es importante reconocer que muchos de los logros son una combinación entre privilegio y esfuerzo; “uno no quita lo otro”.

Es decir, sí, puede ser que tuviste ciertas oportunidades de vida como una educación o cierto nivel socioeconómico que influyó en tus logros y eso hay que reconocerlo, pero también es cierto que has dedicado esfuerzo para alcanzar tus metas.

¿Te comparas con otras personas? “Decir: para este puesto van a aplicar muchas personas y seguramente todas van a estar súper capacitadas, para qué aplico”. También puede ser una señal de este síndrome.

¿Sientes que no estás lista para ese puesto? La psicóloga te invita a observar el entorno al que quieres ingresar para saber qué tanta experiencia y preparación tienen las otras personas. Luego, lo que observes, llévalo a tu propia experiencia y preparación, pero siempre recordando que no necesitas saber todo para dar el paso.

“Entender también que mucho de lo que necesitas saber para los lugares a los que quieres llegar, lo vas aprendiendo sobre la marcha. No siempre vas a tener el 100% antes de dar el paso. Es importante avanzar y lo que falte aprender lo vas a ir aprendiendo”, subraya.

El remedio

Si ya reconociste que vives el el síndrome del impostor, ahora ve al paso siguiente: trabajar en él y hacerlo retroceder. Maynné Cortés te aconseja estas tareas.

Entiéndelo. El síndrome está compuesto por varios ingredientes, como las dudas sobre tus habilidades; el miedo al fracaso o las ganas de mantener expectativas bajas para que siempre las puedas cumplir.

Por eso, recomienda identificar de dónde viene la angustia. ¿Es por fracasar? ¿Es por parecer incompetente? ¿Es por miedo a que tu familia piense que eres un fracaso? Analiza de dónde viene.

Escríbelo. Ya que identificaste de dónde viene te ayudará si lo pones en papel. “Nos vamos a dar cuenta de que (el síndrome) está muy arraigado al miedo al fracaso”.

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Piensa qué es el fracaso para ti. Platica contigo misma sobre el tema: ¿Qué significa fracasar? Recuerda que la posibilidad del fracaso siempre existe. No hay forma de quitarlo de la ecuación, pero también está la posibilidad de que por miedo al fracaso te quedes estancada o inmóvil.

“Por un lado es explorar en qué pienso cuando pienso en mí hacia adelante y qué me surge; qué emociones hay; qué siento cuando pienso en quedarme donde estoy. A lo mejor estoy más segura, pero estoy insatisfecha. No voy a ningún lado o es una forma de fracaso”, señala.

Si el lugar en el que estás ya es suficientemente incómodo, te puedes sentir más motivada para dar el siguiente paso. “De fracasar aquí a hacerlo intentando algo nuevo, mejor intentándolo”.

Habla con la gente que te quiere. Contarle a tu familia o amigas cómo te sientes y los miedos que tienes puede ayudarte a retomar perspectiva.

“A veces tener una voz externa que te quiere y te conoce es importante porque tiene una visión un poquito más objetiva de ti”, advierte la especialista.

Ve a terapia. Cortés recomienda acudir a terapia o a espacios terapéuticos, talleres o dinámicas, donde puedas abordar el tema porque es algo recurrente, es decir, no es algo que te ocurrirá solo una vez y menos si no has trabajado lo suficiente en el tema.

Busca información. Cuando reconozcas que el síndrome del impostor aparece o reaparece en tu vida, googléalo; lee artículos o “entra a Twitter y ve lo que pone la gente. Entre más entiendas cómo lo viven otras personas o cómo se define, es más fácil hacer el paralelismo y decir: ¡Ay! Esto a mí también me pasa”.

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