8 tips para ser mamá y profesionista, y no morir en el intento

Integrar el rol de profesionista y madre es un proceso personal, pero estos tips te pueden servir. Escribe Viviana Alcocer, consultora en desarrollo integral.

Foto: Shutterstock
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Una de las transiciones que me parecen más profundas y en ocasiones complejas, es la integración del rol de madre y profesional. Y aunque hay muchos artículos y libros escritos al respecto, es un proceso muy personal, el cual cada una lo vive de manera distinta.

En mi experiencia personal, los factores que han sido un reto para mí son el manejo de tiempo y de estrés, así como definir mi propio modelo de maternidad según mis necesidades personales y familiares y no solo considerar el modelo heredado por la sociedad y generaciones anteriores.

En cuanto a mi experiencia profesional de más de 20 años en diversos países, he visto muchas mujeres truncar su carrera profesional al momento de ser madres o limitar su crecimiento profesional por miedo a fallar en alguno de los dos roles o por desconocimiento de cómo ejecutar su día a día sin culpa o sentimiento de que están fallando a alguien.

Por eso hoy me gustaría compartir algunas acciones que he probado o visto en otras personas que son efectivas para combinar dos roles tan importantes en nuestro crecimiento integral.

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1 Visualiza y diseña tu vida

Crea una visión integral de tu vida donde seas específica en qué quieres para cada una de las áreas de tu vida: relaciones (contigo misma, pareja, familiar, amigos), carrera, contribución a la sociedad, manejo de tiempo, recursos financieros, hogar y entretenimiento.

Aterriza la visión que tengas de cada área en objetivos y metas específicas. No te claves en conceptos o percepciones; aterriza en acciones y situaciones específicas que quieras crear en tu vida.

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2 Prioriza, actúa, delega y elimina (PADE)

Ya que sabes lo que quieres. Será importante que priorices y decidas qué cosas quieres hacer, definiendo las acciones que tú tienes que hacer y aquellas que puedes delegar. No quieras ser perfecta; muchas veces hacer lo suficiente está bien. Renuncia a la idea de ser la mujer, esposa y ejecutiva perfecta. Mejor enfócate en generar las situaciones específicas que definiste en tu diseño de vida.

Ya que lo tengas claro, identifica todos los recursos que tienes para resolver las actividades que decidiste delegar. Este proceso de delegar es importante que lo hagas de acuerdo con tu visión de vida. Probablemente para ti una imagen que visualizas es contarles un cuento a tus hijos antes de dormir, o llevarlos al parque durante 30 minutos todos los días.

Mantén estas actividades que son muy importantes para ti o delégalas solo algunos días a la semana. Procura acomodar tu día laboral para hacerles espacio. Uno de los regalos de la pandemia fue demostrarnos a todos que home office y flexibilidad de horario son productivos y viables para la gran mayoría de los trabajos. Aprovecha esta flexibilidad para acomodar tu vida.

Por último, elimina aquellas actividades que no sumen o agreguen a tu visión de vida. Aprender a decir 'No' es fundamental para priorizar.

3 Lleva una maternidad balanceada con tus hijos

La autora Julie Morgenstern en su libro Time to Parent, describe el “trabajo” de ser padre o madre en 4 grandes categorías:

Las primeras dos categorías son como el back stage de la vida de tus hijos. Estas actividades son “invisibles” para ellos:

a) Ser proveedor. Aquí entra la parte de proveer los recursos necesarios para vivir adecuadamente. Recursos económicos, alimento, ropa, atención médica, etc.

b) Coordinar. Se refiere a arreglar y coordinar todo lo necesario para que tus hijos estén bien. Temas como su vida escolar, social, citas médicas, compra de libros, etc.

La categoría tres y cuatro son actividades que haces directamente con tus hijos.

c) Relación. Es el tiempo especial que dedicas a estar con ellos. Es cuando juegas con ellos y tú entras al mundo de tus hijos. Es tiempo dedicado y sin distracciones.

d) Enseñar. Es el tiempo que pasas con tus hijos, pero en esta ocasión integras al niño o adolescente al mundo de los adultos. Aquí es cuando les enseñas algo o los educas en algún aspecto específico.

Es importante que en tu rol de madre realices actividades en las cuatro áreas. Enfocarte solo en una o dos categorías no será suficiente para cubrir las necesidades físicas, emocionales e intelectuales de tus hijos.

Si tienes pareja, pueden determinar quién de los dos será más fuerte en alguno de los aspectos, pero es importante que ambos incluyan actividades en las cuatro categorías.

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4 Desarrolla una rutina de bienestar y cuidado personal

Esta es una de las áreas que con mayor frecuencia descuidamos las mujeres. Sin embargo, es fundamental que tengas una rutina de bienestar y cuidado personal, ya que tú eres el motor de tu vida.

Si estás enferma, deprimida o agotada, no podrás hacer nada de lo que es importante para ti y tus seres queridos. Por lo tanto, una manera de cubrir esta parte es seguir la rutina H.A.C.E.S. La cual significa:

a) Hidratar. Toma al menos 2lt de agua.

b) Actividad física. 30 minutos al día, ya sea caminar o hacer algún ejercicio en particular que disfrutes.

c) Comida. Come de manera regular y alimentos que te den energía y te ayuden a estar sana y sentirte ligera.

d) Espiritual. Procura alguna actividad que te ayude a conectarte con tu yo interno y a escuchar tu propia sabiduría. Algunas actividades pueden ser: meditación, oración, journaling, etc.

e) Sueño. Duerme de siete a nueve horas diarias. Esta actividad es fundamental para renovarte y mantener tu salud física y mental.

5 Dedica tiempo a relaciones de adultos

La falta de tiempo y priorización de actividades puede aislarte y hacerte tener una rutina diaria de “métro-boulot-dodo” como describe Pierre Béarn en su poema a la rutina cotidiana, es decir: traslado-trabajo-dormir.

Aunque la vida familiar y profesional absorban la mayor parte de tu tiempo, deja espacio para alguna amistad o si eres soltera, tiempo de pareja. Las relaciones con adultos son parte importantes para tu bienestar y también evitan que sufras de burn out

6 Incluye diversión y ocio

Una parte que subestimamos cuando somos adultos es la diversión y el ocio. Ambos son súper importantes para nuestro bienestar integral.

Cuando estamos tan ocupados, damos prioridad a las obligaciones y dejamos como opción la diversión y las distracciones. Es importante que planees esta parte, ya que quizá tienes ocio indiscriminado, es decir, lo haces de forma inconsciente como perder tiempo en redes sociales o desvelarte por horas frente a una pantalla viendo maratones de series que ni siquiera te gustan tanto.

Planea tu tiempo, pero también deja espacios de tiempo de ocio en los cuales tengas libertad de hacer lo que quieras y relajarte. Esto será de gran ayuda para el manejo de estrés.

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7 Cambia pensamientos que ya no te funcionan

Identifica si tienes pensamientos o creencias que te provoquen sufrimiento y transfórmalos en algo positivo. Un ejemplo puede ser: "Solo puedo ser una buena madre si estoy en casa y no trabajo".

Evalúa si tus creencias son ciertas y busca evidencia en personas que conoces directamente o figuras públicas, y reta tus creencias.

¿Realmente no hay una buena madre que trabaje? ¿Solo con estar en casa es suficiente para ser buena madre? La verdad es que no. Ser buena madre va más allá de estar en casa.

Abandonar tu carrera profesional puede tener otras consecuencias como presión económica, mayor dedicación a las labores domésticas, estrés de pareja, etc. Esto puede tener peores impactos que las horas que no estás en casa mientras tus hijos están desocupados (fuera del horario escolar). Cada vez que digas siempre o nunca, revisa si estás generalizando y no siendo objetiva.

Será importante que hagas conscientes estas creencias y las actualices al nuevo ritmo de vida, a tus necesidades y a las necesidades de tu familia. Cada situación es distinta y no hay soluciones universales.

8 El tiempo es relativo

La autora Laura Vanderkam, en su libro 168 horas, habla de los beneficios de planear semanalmente y ver la semana como un total de 168 horas en vez de siete días.

Este cambio de perspectiva te dará mucho más opciones y posibilidades. De estas 168 horas, si restamos las 56 horas que dormimos y las 40 horas que trabajamos, aún nos sobran 96 horas a la semana. ¿Cómo las estás usando?

Decir: “Todo el tiempo estoy trabajando”, es una creencia que no te ayuda. La semana tiene muchas horas libres, las cuales debemos usar conforme a nuestras prioridades y visión de vida.

La maternidad y la carrera profesional son dos áreas de nuestra vida que pueden darnos mucha satisfacción y felicidad. Ambas son compatibles y complementarias para ayudarte a ser una persona más integral, plena y autónoma. Disfruta el día a día y siéntete orgullosa de quien eres y el ejemplo que das a tus hijos y colaboradores.

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