2020, ¿el año para recordar por las mujeres? 6 mexicanas líderes reflexionan

La jurista Leticia Bonifaz, la activista Arussi Unda, la empresaria Gina Diez Barroso y 3 líderes más revisan el impacto que tuvo 2020 en las mujeres.

Foto: Dalia Empower
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CIUDAD DE MÉXICO. Un año histórico para las mujeres y un parteaguas, para bien y para mal, ha sido 2020.

En ello concuerdan Leticia Bonifaz, próxima integrante de la CEDAW en la ONU, Arussi Unda, activista; Gina Diez Barroso, fundadora de Dalia Empower; Juana Ramírez, presidenta de la Asociación de Emprendedores de México; Blanca Estela Pérez, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa, y Deborah Danah, fundadora de Canasta Rosa.

Al cierre de este 2020 y en vista de que ha marcado un hito en la historia global debido a la pandemia del virus de COVID-19, Dalia News+Media se dio a la tarea de realizar un ejercicio de retrospectiva con estas seis mujeres líderes, quienes desde hace tiempo destacan por su labor en favor de la igualdad de género en todos los sectores económicos y sociales de México.

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Desde su ámbito de acción, cada una de estas mexicanas reflexionó sobre las oportunidades, retos y pendientes de este ciclo anual que termina, así como de las acciones que urgen en la materia y de los objetivos que se han trazado para 2021.

Leticia Bonifaz

Integrante de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU a partir de 2021

Twitter: @leticia_bonifaz

Foto: Cortesía
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"El gran problema es que todos los temas de género y de igualdad se han considerado de mujeres. Y mientras no se integre y convenza al otro 50% o 49% de la población, vamos a seguir con dificultades"

-Dos palabras para resumir el año 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

Muy complicado...

Yo creo que pasaron dos cosas, fundamentalmente. Una, el confinamiento mostró el nivel de violencia doméstica que tuvimos. No solo en México y Latinoamérica, sino en todo el mundo. Y creo que esto fue muy significativo porque, además, la violencia también la sufren las niñas, las adolescentes, las personas mayores. Y el encierro provocó que esto creciera y que no siempre se pudiera atender de la mejor manera.

Y la segunda [parte es] que todas las labores de cuidado implicaron que las mujeres tuvieran mucho menos tiempo para el teletrabajo, en su caso, y de nuevo mostró que este tipo de trabajo no remunerado lleva muchísimas horas.

Muchas mujeres estuvieron atendiendo el tema de los hijos, de personas mayores. Con muy poco tiempo para ellas mismas.

La tercera, que ya con el impacto económico de la pandemia, las mujeres van a ser las primeras en perder los empleos remunerados y serán lanzadas al trabajo informal.

-¿Qué oportunidades habría abierto el 2020 paras las mujeres?

Sin duda, sí. Porque tener conciencia de la desigualdad en casa puede hacer que vayamos modificando los roles, sobre todo en las tareas de cuidado y en la atención de la casa. Sí estuvimos en este tiempo tan cercanos, pero esta desigualdad tan evidente podría ser un detonador de conciencia y de deseos de cambio.

-¿La pandemia trajo un impacto para la movilización de las mujeres este año?

Yo veo dos posibilidades. [La primera] que después del 8 de marzo [tras la marcha y el paro de las mujeres] la pandemia haya implicado un bajón en nuestra organización. Por otro lado, que estamos muy activas en redes, en WhatsApp, en formas de comunicarnos y que lo estemos manteniendo.

Para muchos espectadores externos, sobre todo del género masculino [la pandemia] pegó para mal al movimiento. Para nosotras, creo que seguimos muy activas y estamos ahí, aunque no tengamos la visibilidad pública.

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-¿Qué retos quedaron pendientes?

Uno de estos retos sería el de la visibilidad de las desigualdades en el hogar. Y, segundo, considerar que el impacto de la pandemia nos mostró también las grandes desigualdades económicas que existen y que no todas las mujeres las vivimos igual.

Las mujeres que van al día, las mujeres indígenas; tienen características muy particulares. Para mí, lo más importante sería acostumbrarnos a ver a todas, a conocer la diversidad y a conocer también las particularidades para evitar la generalización.

-¿Qué debería suceder para seguir avanzando y cómo hacer que suceda?

Yo vi muy positivamente que se haya aprobado en días pasados en la Cámara de Diputados el tema de los cuidados a nivel constitucional. Pero también este 2020 nos mostró que si no hay presupuestos, aunque estén trazadas las políticas públicas, si no hay dinero para llevarlas a cabo, se quedan al aire.

Hay que tener muy claro que debe haber una conjunción de esfuerzos para que esto camine no solo con el impulso de las instituciones públicas, sino con la gran actividad que también se desarrolla desde la sociedad civil.

Hay que ir complementando acciones y saber que no basta solo el trazo de la política pública, sino lograr su ejercicio y su eficacia total.

[Con respecto a la iniciativa privada], creo que va muy lento. No va en el ritmo deseado. Así como se empezó a hablar de empresas responsables, también que se vaya dando una etiqueta de empresas por la igualdad o, de alguna manera, que se hagan visibles las que ya están haciendo esfuerzos no solo para que haya igualdad adentro de sus organizaciones, sino que contribuyen a que afuera este proceso se vaya aligerando.

Para Naciones Unidas es una meta de 2020-2030, pero estamos ya a 10 años y el ritmo que llevamos es muy lento.

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-¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

Yo creo que los medios de comunicación tienen un papel preponderante porque a nivel educativo, en el medio urbano, ya formalmente las niñas y los niños están creciendo bajo situaciones distintas. Pero, efectivamente, el medio rural hace un total contraste.

De manera respetuosa, hay que ir entrando con mucha información a las comunidades. Por supuesto, hay resistencia. El gran problema es que todos los temas de género y de igualdad se han considerado de mujeres. Y mientras no se integre y convenza al otro 50% o 49% de la población, vamos a seguir con dificultades. Debemos lograr que muchos más hombres sean conscientes de que hay mucha tarea de su lado.

He estado haciendo estudios de cómo se empoderaron muchas mujeres, sobre todo a principios del siglo XX. Hubo padres y abuelos que fueron clave en el empoderamiento de las niñas. No todo queda en manos de la mujer. Los hombres pueden tener un rol activo muy importante.

Una mujer que ha estado bastante invisibilizada es Clementina Batalla. Fue la segunda abogada en México. Se casó con Narciso Bassols. Su padre le pedía acompañarla a los juzgados; le decía que iba a ir a la Prepa de la UNAM; le decía que podía ser abogada y que tenía todo para serlo. Es un caso claro de empoderamiento.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad para 2021?

Dentro de CEDAW ya estoy platicando con la actual integrante peruana para que juntas avancemos en el tema de las mujeres indígenas. Como chiapaneca que soy, siento que esa tiene que ser mi agenda; que no tengo margen para impulsar no solo el tema indígena para las mujeres mexicanas, sino sobre todo para toda América Latina.

Voy a mantener mi actividad en la UNAM como maestra y pienso darle mucha energía a la CEDAW y a una lucha por la igualdad de las mujeres en el mundo.

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Blanca Estela Pérez Villalobos

Pta. Nacional, Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa

Instagram: @blancaeperezv

Foto: Cortesía
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"[Como retos de 2020 quedan pendientes] crear y otorgar incentivos fiscales para las emprendedoras y empresarias; generar un piso parejo en consejos directivos y en áreas de tomas de decisión; crear políticas públicas para cubrir servicios de cuidados"

-Dos palabras para resumir 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

Resiliencia y reinventarnos

-¿Qué oportunidades habría abierto 2020 para las mujeres?

En realidad muchos especialistas y organismos han alertado que 2020 afectó algunos avances de empoderamiento de las mujeres. La pandemia ocurrida este año deja muchas lecciones para hombres y mujeres. Esta contingencia sanitaria marca un antes y un después en la humanidad.

-¿Qué retos quedan pendientes?

Cerrar brechas en oportunidades de desarrollo; crear y otorgar incentivos fiscales para las emprendedoras y empresarias; generar un piso parejo en consejos directivos y en áreas de tomas de decisión; crear políticas públicas para cubrir servicios de cuidados debido a la carga excesiva de trabajo para la población femenina, lo cual la limita para desempeñarse en otras actividades.

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-¿Qué debería suceder para seguir avanzando en el tema y cómo hacer que eso suceda?

Fortalecer sinergias con todos los actores estratégicos para diseñar políticas y acciones transversales; facilitar herramientas de capacitación, ya que estamos en una realidad que demanda adopción de nuevas habilidades.

-¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

Reforzar la implementación de estadísticas desagregadas, ya que son una gran herramienta de identificación de brechas de desigualdad, con la finalidad de diseñar acciones afirmativas en áreas focalizadas.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad en 2021?

Seguir posicionando la participación de las mujeres mexicanas en cúpulas empresariales, consejos directivos, plataformas comerciales, etcétera.

Arussi Unda

Vocera de la organización Las Brujas del Mar

Twitter: @lasbrujasdelmar

Foto: Cortesía
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"[En este 2020 ha quedado pendiente] el reconocimiento, por parte del Estado, de que hay un problema. Eso es algo que se nos debe"

-Dos palabras para resumir 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

En resistencia

-¿Qué oportunidades habría abierto el 2020 paras las mujeres?

Definitivamente creo que un paso grande que se logró este año fue la articulación, la creación de redes de mujeres; la expansión de redes de mujeres. Incluso en ciudades en donde no existía esa articulación. En localidades muy pequeñas. Es el logro más grande que hemos obtenido en 2020.

-¿Qué retos quedaron pendientes?

El reconocimiento, por parte del Estado, de que hay un problema. Eso es algo que se nos debe. Es algo con lo que se puede empezar a trabajar. Cuando hay un problema, el primer paso es reconocer que hay un problema.

-¿Qué debería suceder para seguir avanzando en el tema y cómo hacer que suceda?

En el momento en que nos demos cuenta de que las mujeres somos un pilar en esta sociedad, que somos un brazo fuerte de la economía del país, que somos más de la mitad de la población y que a todas nos atraviesa la misma violencia -que rememos todas para el mismo lado- en ese momento todo empezará a fluir de manera más sencilla para nosotras. Definitivamente tenemos que trabajar en articular nuestra unión.

-¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

A través de la historia, a las mujeres se nos ha negado conocer la historia de las mujeres. No conocemos la mitad de la historia. Es una deuda que tenemos con nosotras mismas. Es muy importante conocer nuestra historia para entender de dónde venimos, quiénes somos, a dónde vamos. Saber cuál es la agenda y contra qué estamos peleando. Ahorita es lo más importante: conocernos para reconocernos.

Ahora que estamos en una época digital y que el confinamiento hizo que nos acercáramos más a este espacio, tenemos una herramienta 24/7 a la mano. Desde nuestro privilegio tenemos acceso a internet, tenemos teléfono, a páginas, a blogs feministas, a libros en PDF, a preguntar, incluso, porque es válido. A preguntarnos a nosotras mismas: ¿De dónde viene esto? ¿Cómo puede ser que los libros de historia no hablen de cómo las mujeres mexicanas alcanzaron el voto? ¿Cómo fue esa lucha? ¿Quiénes la impulsaron? ¿Qué más hemos conseguido a través de la historia?

Así vamos a entender que los derechos que tenemos ahora no han sido otorgados, sino ganados en peleas de mujeres a través de la historia. Y ahora nos toca a nosotras una nueva pelea, que es la dignidad y la vida de las niñas y las mujeres. Es el derecho a vivir sin violencia. Igual y podemos tomar buenas ideas de nuestras antepasadas.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad en 2021?

Acercarnos -todas de la mano- a lo que es la historia que debemos conocer. Seguir ampliando redes de mujeres y articularlas; seguir peleando por nosotras. Vaya, ahora sí que no claudicar. Seguir con el dedo en la línea. El movimiento de mujeres en México ha tomado mucha fuerza y lo que tenemos que hacer es seguir tejiendo redes y estrategias para seguir con paso firme.

También creo que 2021 será un año en que se van a definir muchas cosas [en las elecciones intermedias]. La cultura cívica se ha perdido mucho en términos generales y no hemos estado suficientemente involucradas en conocer quiénes son las personas que deben representarnos. Si bien, el derecho al voto lo ganaron nuestras antepasadas con una lucha muy fuerte, lo mínimo que les debemos es hacer un buen uso de él.

Deborah Danah

Fundadora del marketplace Canasta Rosa

Twitter: @CanastaRosa Instagram: @deborahdana

Foto: Cortesía
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"[Un reto pendiente de este año es] que haya más igualdad [de género] en el mundo de los negocios y en el mundo del capital de inversionistas para emprendimientos"

-Dos palabras para resumir 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

Retador, diferente, oportunidades y tecnología.

-¿Qué oportunidades habría abierto 2020 paras las mujeres?

La pandemia nos ha llevado a repensar muchas cosas y ha hecho muchos cambios en cómo la gente consume o resuelve cosas básicas, de su día a día. Se han abierto muchas ventanas y una de ellas es el hecho de que muchas personas tienen que trabajar desde casa. Ha hecho que más mujeres vean que también pueden emprender o empezar un negocio porque ya todo mundo lo está haciendo así.

-¿Qué retos quedaron pendientes?

Que haya más igualdad en el mundo de los negocios y en el mundo del capital de inversionistas para emprendimientos. Es algo que se ha venido trabajando desde hace un par de años, pero todavía hay una disparidad enorme. Que haya más acciones en todo el mundo, incluyendo privados, gobierno, etcétera, para que eso empiece a suceder.

Nosotros, desde Canasta Rosa, nos dimos cuenta que teníamos que jugar un papel importante ahí. Hoy estamos apoyando a negocios a que reciban préstamos y, a futuro, buscamos fomentar que los fondos privados vean hacia estos emprendimientos y entiendan el potencial que tienen para ayudar a reducir esa brecha de género. N

Nosotros mismos, como Canasta Rosa, también [tenemos el reto] de poner el ejemplo con nuestros levantamientos de capital y crecimiento para que vean que claro que se puede.

-¿Qué debería suceder para seguir avanzando en el tema y cómo hacer que suceda?

Se debe comenzar por impulsar una mayor representación de las mujeres en todos los diferentes puntos o entidades que impactan este tema. Que haya mujeres en consejos, en fondos de capital privado, en puestos directivos de las empresas. Ahí es donde empieza a suceder de verdad el cambio.

Pero sin ser ficticio ni tampoco incentivado por algún tipo de bono o premio; eso, creo, al final no tiene un impacto a largo plazo. Cuando ya es representación, creo que sí lo tiene porque se desarrolla una visión más inclusiva. Está comprobado que se logran mejores resultados, que [la equidad] funciona y [por ello] se busca

Hay cosas que ya comenzaron a realizarse. Por ejemplo, que los consejos deben tener al menos una mujer para ser parte de diferentes grupos o tener diferentes certificaciones.

Creo que también en temas de educación, que sé muchos emprendimientos están atacando eso. Pero sí veo [como principal acción] poner requerimientos para que ciertas empresas puedan formar parte de diferentes reconocimientos o certificaciones en igualdad y diversidad. Es lo que al final logrará que suceda.

¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

Lo veo de dos maneras. Una es metiendo mucha difusión a las historias de éxito y a los resultados de aquellos que buscan inclusión y diversidad en sus equipos. Al final, los números no mienten y eso siempre ayuda a mover.

La otra manera es publicando las injusticias que suceden. Lo que he visto es que los casos de éxito sí han logrado que las firmas reciban buen PR [reputación] y ha motivado a muchas emprendedoras en Canasta Rosa. Pero sí he visto que cuando suceden cosas negativas o injusticias, no se quiere hablar o publicar. Tiene que salir a la luz para que la gente se dé cuenta que las cosas no pueden seguir así.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad hacia 2021?

Compartir con el mundo los datos duros de lo que la comunidad de Canasta Rosa ha logrado al ser incluyente, y mostrar ese caso de éxito en nuestro ecosistema que, como te decía, incluye desde capital hasta venta y crecimiento de negocio. [El plan es] mostrar ese ejemplo para motivar a otros emprendimientos y negocios a buscar eso por los beneficios que puede traer.

Juana Ramírez

Presidenta de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM)

Twitter: @JuanaSohin Instagram: @juanaramirezsohin

Foto: Cortesía
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"Yo siempre he pensado que las empresas son el mejor motor de esta formación social [sobre violencia de género y paridad]"

-Dos palabras para resumir 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

De claroscuros…

En materia de salud las mujeres hemos demostrado que no hemos caído en el falso dilema de si primero es la economía o la salud. En el caso de mujeres al mando de Estados y entidades ha sido natural la tendencia de priorizar la salud por encima de cualquier otro criterio. Ese falso dilema ha sido un problema.

Te podría citar [como casos] Nueva Zelanda, Alemania, Bogotá, incluso Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, un poco más rechazada políticamente, pero extendió el uso del cubrebocas desde el comienzo de la pandemia, independientemente de que no se hubiera definido una tendencia por parte del gobierno central.

Hay una buena experiencia global de por qué tenemos que hacer que las mujeres tomen las decisiones de salud en las posiciones de liderazgo.

[Pero también ha sido un año] de oscuridad porque la pandemia ha incrementado los casos de violencia de género, ha generado un retroceso en las posibilidades de las mujeres que ahora están en casa, haciendo home office y cuidando de los hijos.

¿Qué oportunidades habría abierto el 2020 para las mujeres?

En el tema de salud, vemos, por evidentes razones [la pandemia], que se necesitan más personas para el cuidado de los enfermos y ahí he visto más actividad [económica] para las mujeres. En otras industrias, las digitales, de tecnología, hay un mayor número de mujeres en áreas STEM [science, technology, engineering, and mathematics, por sus siglas en inglés], aunque no al ritmo que quisiéramos.

[También se han dado] algunos hitos como la vicepresidenta electa de Estados Unidos y la forma en que Angela Merkel [canciller de Alemania] ha brillado durante esta pandemia.

El mundo se empieza a acostumbrar, de a poco, a ver mujeres en puestos de liderazgo y en toma decisiones, y a admirar su capacidad de liderazgo.

-¿Qué retos quedaron pendientes?

Si tenemos en cuenta la afirmación del Programa de las Naciones Unidas que dice que ninguna mujer que habite hoy la tierra conocerá la equidad de género porque al ritmo que vamos se necesitarían 202 años, pues muchísimas cosas quedan pendientes.

Todavía estamos hablando de la importancia de la participación de las mujeres en la administración en donde no hemos podido legislar que siempre existan mujeres en las posiciones de alta dirección y en las instituciones. Aún tenemos un porcentaje de mujeres CEO muy reducido.

En temas de violencia de género, de certeza jurídica para las mujeres, todavía nos quedan muchos pendientes.

En materia de emprendimiento también se nos queda pendiente el desarrollo de programas más trascendentes para impulsar el emprendimiento liderado por mujeres, que incluyan financiamiento e inversión con una perspectiva de equidad, y capacitación y entrenamiento para disminuir la aversión al riesgo y conocer el mercado.

Un tema fundamental en los emprendimiento femeninos es que una de las razones de su fracaso, de acuerdo con lo que mencionan las mujeres, es que no tienen tiempo suficiente para dedicar a su proyecto porque hacen labores del hogar y de cuidados. Eso ni siquiera aparece como una de las causas de fracaso en el caso de los hombres.

Con la pandemia, 97% de los enfermos del mundo son cuidados por una mujer. Entonces, con este incremento de enfermos, las mujeres tienen ahora tareas de cuidados adicionales a las que ya tenían. Este factor de fracaso se combatirá solo con educación orientada a compartir las labores entre hombres y mujeres.

-¿Qué tendría que suceder para seguir avanzando en el tema y cómo hacer que eso suceda?

Nos vamos a enfrentar con una recesión económica el próximo año y todavía con meses de confinamiento. Así que creo que las medidas para la erradicación de la violencia de género son vitales y hay una responsabilidad del gobierno, pero también de la comunidad. También tenemos que seguir educando a las mujeres porque llevamos tantos siglos de violencia que no identifican cuando una acción es violencia. [Es necesario también] garantizar el acceso democrático a la salud.

En materia de emprendimiento tenemos que seguir trabajando para fomentar, inspirar y capacitar a las emprendedoras. Buscar proyectos productivos donde haya una verdadera decisión de emprendimiento para la mujer y acompañarlos con capacitación y oportunidades de financiamiento y acceso a capital.

-¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

Yo siempre he pensado que las empresas son el mejor motor de esta formación social porque por un lado están generado fuentes productivas, de sostenibilidad familiar y económica. Por otro, las empresas se preocupan por capacitar a sus equipos de trabajo, no solamente para que hagan mejor su labor, sino para que sean mejores personas.

Los programas de entrenamiento de las empresas tienen que incluir esta conciencia sobre lo que significa la violencia de género y sobre comportamientos de equidad.

Desde las empresas podemos hacer una gran diferencia. Creo que desde el sector privado se han generado mucho más rápidas y eficientes. La autorregulación privada es bien importante. Por supuesto, el gobierno debe hacer su parte.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad hacia 2021?

Cada vez que una mujer asume una posición de liderazgo, primero tiene una responsabilidad con las demás y con los demás. Mi primera responsabilidad es hacer un papel que honre la decisión que tomó el Consejo Directivo de la ASEM al confiarme [en octubre pasado] la presidencia de la asociación por dos años.

En segundo lugar, hoy 35% de nuestros afiliados -más de 22,000- son mujeres. Uno de nuestros objetivos es incrementar este número y para ello tenemos planes bien interesantes el siguiente año.

Y tres: independientemente del género, la ASEM tiene que seguir trabajando en varios frentes, como la ley de pago a 30 días en la que hemos insistido sobre la importancia de pagar a los emprendedores a tiempo para reducir la tasa de mortalidad empresarial. El 75% de las empresas en México se muera en los primeros dos años de vida.

Vamos a trabajar en la reciprocidad fiscal, es decir, la ASEM promueve la formalidad porque genera incremento en la recaudación tributaria y por tanto, más recursos para programas sociales. Pero queremos que pagar impuestos signifique tener reglas del juego claras, facilidades para hacer negocios en el país y para que los emprendedores en sus primeros años no tengan la misma carga tributaria que todas las compañías.

Tenemos que trabajar en la visa emprendedora; que México importe talento. Pero las condiciones migratorias todavía dificultan que los emprendedores extranjeros puedan venir a montar firmas mexicanas.

Gina Diez Barroso

Fundadora de Dalia Empower y presidenta de Diarq

Twitter: @ginadiezbarroso

GDB MasterClass
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"Uno de mis propósitos es que todas las empresas -desde mipymes hasta trasnacionales- estén certificadas por Dalia como 100% responsables en diversidad, raza y género"

-Dos palabras para resumir 2020 en el tema de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres...

Resiliencia y lucha

-¿Qué oportunidades habría abierto el 2020 paras las mujeres?

Yo sí creo que se han abierto oportunidades por la gran necesidad de empleo que ha surgido entre las mujeres que no necesariamente eran emprendedoras. Se ha abierto una gran oportunidad de crecer el ecosistema emprendedor con ellas. En este ámbito la mujer puede ser un motor enorme. Creo que el ecosistema emprendedor va a crecer muchísimo con ellas y hay que apoyarlas para que logren escalar sus emprendimientos.

Veo también que las mujeres estamos muchos más unidas que antes a raíz de la pandemia. Estamos logrando ser mucho más escuchadas.

[Se han abierto] oportunidades de aprendizaje que antes no tomábamos mucho en cuenta. Por la crisis sanitaria hemos estado en más cursos y hoy estamos más preparadas y nos hemos dado cuenta que eso abre puertas en todos los ámbitos.

Otra gran oportunidad es el networking. Hoy, de pronto, estás en Zoom con personas que nunca en tu vida hubieras alcanzado [de otra manera]. Las mujeres tenían redes horizontales y no verticales, pero con la pandemia se dan cuenta que es fácil tener redes verticales. La tecnología ha traído una gran oportunidad para ellas.

-¿Qué retos quedaron pendientes?

Hay muchos. Yo creo que uno es la salud mental y se está hablando de ello suficientemente.

Es algo que la mujer está cargando más que nunca a raíz de la pandemia. Me refiero a que las mujeres pretenden controlar la salud mental de su familia. Pero no es algo que se controla. En la mujer recae si el hombre está abusando del alcohol o los hijos abusan de las drogas, o la depresión o comportamientos suicidas de los hijos.

Cuando acabe el COVID, eso no se va a acabar. Es un tema pendiente del que se tiene que hablar de frente. Es un tabú y no veo que se esté manejando.

También, desde luego, terminar con la violencia de género. [Primero es necesario] definir qué quiere decir la violencia porque muchas personas piensan que la violencia es el moretón y el hospital, y acaba en feminicidio.

Pero empieza desde cómo te ven, desde un maltrato, un grito, desde prohibirte estudiar, con un ‘te casas porque es la persona correcta’.

Otro tema pendiente es seguir poniendo a las mujeres en puestos de liderazgo para que lleguen a ser dueñas de empresas o consejeras. [Esas posiciones] son las que van a derramar en la pirámide, en todos los sentidos y en todas las empresas.

-¿Qué debería suceder para seguir avanzando en el tema y cómo hacer que eso suceda?

Las diferentes asociaciones que hay, tenemos que unir fuerzas. Las mujeres tenemos la mala costumbre de jalar solas. Y creo que tenemos muchísima fuerza. Lo demostramos el día 8 y el día 9 de marzo [pasados].

Yo tengo un dicho: Nadie sabe la fuerza que tienes, hasta que la fuerza es lo único que te queda. Yo siento que los días 8 y 9 de marzo nos dimos cuenta de la fuerza enorme, el compromiso y la valentía que tenemos. Es necesario unirnos para que suceda lo que tiene que suceder. Si las diferentes asociaciones de mujeres nos pudiéramos unir para lograr estas cosas con una tarea clara, con tiempos definidos, paso a paso y logrando metas, 2021 puede ser un gran año para la equidad.

¿Qué herramientas utilizar para ser más conscientes sobre la igualdad de género?

Creando el índice de responsabilidad en diversidad, raza y género [tema en el que ya trabaja Dalia Empower]. Pero, primero, importantísimo, invitar a los hombres a este esfuerzo. A que se sumen porque hoy, como sabemos, tienen una mayoría abrumadora en liderazgo en estas empresas.

Hay que invitarlos a que se convenzan del cambio, a que se sumen a este esfuerzo y a que estén dispuestos a ser medidos y certificados. En el momento en que tengamos más hombres involucrados, será un esfuerzo de toda la humanidad y no solo del 50 por ciento.

-¿Qué plan estás trazando desde tu trinchera en favor de la paridad hacia 2021?

Nosotros, en Dalia Empower, estamos trabajando en un plan muy claro para lograr la paridad. Primero, en la parte de mujeres en puestos de liderazgo; luego, sobre mujeres en consejos, y tercero, en la medición de las empresas.

Lo que no se mide, no se puede arreglar. En México, siento que empresas no saben dónde está su política de género ni sus fallas.

En Dalia creamos Dalia Insights, que mide en dónde están paradas las empresas con sus políticas de género, cómo se ven y cómo las perciben los empleados. Ahí entra el trabajo de análisis e investigación de Dalia con el fin de guiar a las empresas hacia los cambios que precisan hacer en su política de género, raza y diversidad; para que sean organizaciones responsables en el tema y se conviertan en un ejemplo que, además, haremos público.

Entre más empresas certificadas haya en México, menos problemas habrá en la materia.

Entonces, uno de mis propósitos es que todas las empresas -desde mipymes hasta trasnacionales- estén certificadas por Dalia como 100% responsables en diversidad, raza y género. Ése sería mi sueño y meta, y creo que sí se podrá lograr.

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